La rehala, la gran olvidada

4 abril, 2017 • Pluma invitada

En una montería, varios son los puntos importantes para que ésta se realice con éxito, pero sin duda alguna, en mi humilde opinión, las rehalas y rehaleros son el alma de la montería española por excelencia. Son el punto más importante y a veces también el más olvidado, pero indudablemente a todo cazador se nos pone el vello de punta cuando escuchamos latir el monte.

Ahora que la temporada de caza ha llegado a su fin, las escopetas, rifles, cuchillos y cananas están guardados esperando con impaciencia a que llegue la media veda, que es la marca de salida hacia la nueva temporada.

Pero, ¿qué pasa ahora con las rehalas durante todo este tiempo? Probablemente, pocos monteros se harán esta pregunta, ya que solo los rehaleros y aquellos que viven a su alrededor son conocedores de la complicada tarea que durante toda la temporada de caza, y también fuera de ella, exigen nuestros fieles compañeros de batalla. Y es que, si en temporada de caza el cuidado y supervisión de los canes de una rehala debe ser constante para la obtención de los mejores resultados en una montería, durante la época de veda estos deberes no son menos importantes.

Solo quién tiene una rehala sabe las labores que esta conlleva; sabe que los perros se alimentan los 365 días del año, que las perreras deben mantenerse siempre limpias. Sólo un rehalero sabe la importancia de estar pendientes de las montas, de los partos, de separar a los cachorros, de las vacunas, de conocer aquellos que se llevan bien y de separar aquellos que se llevan como el perro y el gato, pero sin gato.

Por todo ello, la rehala se merece ser nombrada como la parte fundamental e imprescindible de cualquier montería, debe ser elevada al máximo grado, debe estar en el punto más alto de la pirámide.

¡Qué duda cabe! Quién tiene una rehala tiene un tesoro.

Bea Alcoya


Hay sólo 1 comentario. Yo sé que quieres decir algo:

  1. Dani Gomez (PLAYMOCAZA) dice:

    Desde luego la rehala es su lama y el trabajo de los perros debe ser duro. Por mi parte mas reportajes de estos tiempos de guarda me gustaría ver.

    Saludos

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