Una cabra montés asusta a un grupo de personas que volvían de un entierro
El alcalde de la localidad valenciana de Sumacárcel alerta del daño que las cabras hacen en los brotes de los árboles plantados por agricultores.
No se trata de un caso aislado, pues en abril otra cabra se paseaba diariamente por un colegio de Antella, lo que suponía un riesgo para los escolares.
La presencia de cabras montesas en el entorno del casco urbano de Sumacárcel no es nueva. La proximidad de las montañas propicia que en algunas épocas del año y, especialmente, a determinadas horas en que reina la tranquilidad, se dejen ver por la carretera o junto a las viviendas más periféricas. Pero verlas corretear con descaro por las calles a plena luz del día sí resulta una imagen insólita. Sucedió el domingo, cuando un macho de unos cuatro años sorprendió a los vecinos que alrededor de las seis de la tarde se encontraban en la avenida del Júcar, que discurre junto al río. El animal asustó en su carrera a un grupo de personas que, al regreso de un entierro, se había detenido en el mirador que en ese punto se abre al Júcar.
Se da la circunstancia de que esa mañana se había disputado una carrera por las montañas de Sumacárcel, por lo que no se descarta que el animal llegara al pueblo huyendo de la presencia humana en su hábitat natural, o simplemente entrara cuando vagaba en busca de comida y agua. No es ya un caso aislado. Como ya informó Levante-EMV, un ejemplar de cabra montés se ha acostumbrado a pasear por uno de los patios del colegio de Antella en busca de alimento.
La presencia de estos animales en núcleos habitados en presumiblemente consecuencia de un aumento de la población en las montañas más próximas, donde se refugiaron a raíz del incendio que en 2016 se declaró en Bolbaite, que también afectó a varios municipios del valle de Cárcer, incluido Sumacárcel.
El alcalde de esta localidad, Txema Peláez, comentó ayer que el daño que las cabras estaban ocasionando en los campos al comerse los brotes más tiernos de los árboles ha provocado que muchos agricultores hayan acabado vallando sus parcelas y recordó que ya el año pasado solicitó a la Consejería de Medio Ambiente que realizara un censo de cabras montesas que permita valorar si hay un exceso de ejemplares o se trata de un problema derivado de una población estable que se ha asentado en estas montañas. «No sabemos realmente si hay muchas o no, si se trata de una plaga o es algo controlado», incidió Peláez, mientras señalaba que la Consejería no ha contestado a esa petición. El alcalde comentó que, si bien es cierto que en los últimos años se han podido ver con cierta frecuencia estos animales junto a la carretera o por el cementerio, al menos en su caso, «hacía un tiempo que no había visto». De hecho, apuntó que tampoco los corredores que habían participado por la mañana en la carrera por la sierra dijeron haber visto cabras.
«Si hay superpoblación hay que tomar medidas porque, si no, lo acaba pagando el agricultor», comentó el alcalde, mientras indicaba que la actual regulación para poder realizar un control cinegético de la población de cabras montesas impone unas condiciones que provocan que no sea interesante para los cazadores.
Cabe recordar que hace ahora cuatro años, también durante el mes de mayo, se pudo contemplar una estampa muy parecida en las calles de Turís, donde un vecino pudo fotografiar a tres cabras que paseaban tranquilamente por una calle buscando una zona de sombra.
Informa levante-emv.com