Un grupo de asturianos pedirá medidas contra el jabalí
Un grupo de ganaderos, agricultores y vecinos de Asturias solicitarán batidas de caza controladas para intentar solucionar los daños causados por el jabalí. Los grupos vecinales de Gijón y Villaviciosa enviarán, de forma conjunta con los respectivos ayuntamientos, una petición de cacerías a la Consejería de Desarrollo Rural con el fin de alejar a los jabalíes de las zonas de seguridad para poder cazarlos. El director general de Recursos Naturales del Principado reconoció el pasado octubre «la imposibilidad de eliminar a corto plazo al jabalí de entornos urbanos».
Ya no pueden más. Ganaderos, agricultores y vecinos de Gijón y Villaviciosa han decidido unirse para buscar una solución a los daños ocasionados por los jabalíes. Sus fincas aparecen, casi a diario, arrasadas por los suidos. Ni los cierres, ni otros animales los frenan. Su presencia ha aumentado en los últimos años más de un «200%». Un crecimiento difícil de contener, ya que parte de estos concejos está calificada como zona de seguridad. Es decir, no se puede cazar. Una limitación que los afectados esperan que pueda modificarse.
La solución para ellos es clara: hay que permitir las cacerías controladas. Por esa razón, durante el encuentro celebrado ayer en un antiguo lagar del Infanzón, acordaron que las federaciones vecinales de ambos municipios envíen, de forma conjunta con los ayuntamientos, un escrito a la Consejería de Desarrollo Rural, solicitando la posibilidad de hacer batidas con perros. Su función sería la de llevar a los jabalíes fuera de las zonas de control donde, entonces sí, estarían esperándolos un grupo de cazadores.
Empieza la guerra
La reunión, convocada por ganaderos, contó con la presencia de Toño Migoya, responsable del departamento de Medio Rural de la Caja Rural de Gijón y gran conocedor de la situación. Aportó distintos informes enviados por el Ayuntamiento de Gijón al Principado de Asturias para informar de la difícil situación. El primero de ellos, fechado en junio de 2014. Tres años después, la solución parece igual de lejos que entonces. «La única opción es hacer cacerías controladas con perros y cazadores profesionales», afirmó.
El propio director general de Recursos Naturales del Principado, Manuel Calvo, reconocía en octubre pasado «la imposibilidad de eliminar a corto plazo al jabalí de entornos urbanos». Un problema que viven de cerca en zonas como Les Mariñes. «No son solo los daños que producen en la agricultura y la ganadería. Circular en moto por la noche se convierte en un peligro», explicaba el presidente de la Asociación de Vecinos San Clemente de Quintueles, Adolfo Martínez, quien acudió en representación del resto de agrupaciones vecinales maliayas afectadas.
El Consistorio maliayo también envió en octubre un escrito al Ministerio de Fomento solicitando medidas inminentes para los continuos accidentes ocurridos en la autovía A-8 por la presencia de jabalíes.
Peligro al volante
El peligro en la carretera se suma así a los daños causados en las fincas. Así, Adolfo Martínez recibe cada poco quejas de vecinos que, a pesar de tener los recintos cerrados, amanecen con sus terrenos destrozados. La última le llegó, acompañada de unas fotografías, hace unos días. «Apoyaremos cualquier decisión que se tome para acabar con este problema», aseguraba ayer.
El ganadero Adrián Álvarez, por su parte, cuenta con varias fincas tanto en Gijón como en Villaviciosa. Ninguna se libra de la presencia de los jabalíes. «Al no permitir la caza, entran en ellas todos los días. Veo difícil poder encontrar una solución», lamentó.
Igual de pesimista es Mónica Piñera. De familia ganadera ve cada vez más difícil seguir con la tradición familiar. «Para los que vemos la ganadería como nuestro futuro, la situación es muy complicada», aseguró. Ha vivido en sus propias carnes el peligro de encontrarse con uno de estos animales en la vía. Iba de acompañante en el coche, pero el conductor no pudo evitar la colisión contra el quitamiedos.
Informa Alicia G-Ovies para elcomercio.es