Un debate sobre la caza que deriva en injurias de «asesino»
Un debate centrado en la ideología animalista de la líder del Pacma y en los argumentos técnicos del directivo de la Federación Madrileña de Caza.
Tras el debate en Intereconomía, Antonio García fue calificado en redes sociales como «retrógrado y primitivo hombre de las nieves» y «asesino».
Redacción | Miles de cazadores se concentraron el 15 de abril por las calles de cuarenta ciudades españolas para defender la caza como modo de vida y exigir que se ponga fin a los ataques de las organizaciones ecologistas y del sector animalista. Desde todos los puntos de España, los cazadores alzaron voces y mensajes para defender sus derechos.
El sector cinegético está cansado de los agravios de los animalistas y ecologistas, y exige que se ponga fin a ello. Cada vez son más los aficionados a la caza que sufren este tipo de insultos y ataques, que han aumentado en los últimos años.
La Fundación Artemisan se ha encargado de analizar el impacto económico de la actividad cinegética a nivel nacional. Este se concreta en 6.500 millones de euros. Además, la caza mantuvo durante ese año más de 180.000 puestos de trabajo (directos e indirectos).
Sin embargo, el partido animalista Pacma condena la caza y pesca porque las considera «un atentado contra la vida de seres indefensos». Los animalistas atacan a un colectivo muy amplio que ha decidido ofrecer su punto de vista con argumentos que quieren que la gente conozca: la repercusión social, medioambiental y económica de la caza es patente.
Respeto frente a ideología
En el programa ‘La redacción abierta’ de Intereconomía, el presidente de la Federación Madrileña de Caza (FMCaza), Antonio García, y la presidenta de Pacma, Silvia Barquero, han debatido acerca de la caza.
«No sois necesarios» ha comenzado diciendo Barquero. García ha replicado que «la caza es una actividad reglada y necesaria que genera un 0.3% del PIB». «Los animales disfrutan de la vida como nosotros, y los derechos solo los tenemos los humanos, no los animales», ha indicado el presidente de la madrileña. Barquero, respondió a ello diciendo que «los animales tienen su propia personalidad; vivir, vivir en paz y en libertad y ellos deberían tener los mismos (derechos) que nosotros». De hecho, uno de los temas abordados fue el de los perros de caza, con una carga de “mascotismo” que, para García, «para nada puede parecerse a nuestro trato con nuestros fieles compañeros».
El presidente de FMCaza ha confirmado a Cazaworld que su participación en el debate —para el que fue avisado con menos de 24 horas de antelación— se realizó desde una perspectiva técnica, y no ideológica, como la que él representa desde la Federación. Los datos aportados por Barquero durante el debate, comenta García, fueron «generalistas y sin argumentación». No obstante, considera que la representante de Pacma acaparó las intervenciones a partir de la mitad del debate y considera que el presentador pudo igualar las intervenciones de forma adecuada.
Una de las afirmaciones que quedó «perplejo» a García fue el referido a las experiencias con la «vacuna anticonceptiva» para jabalíes. No quiso opinar sobre este asunto por carecer de «los suficientes datos» para hacerlo, pero se refiere a ello como una experiencia piloto que carece de resultados publicados y, además, resulta inviable para realizar de manera general. Reconoce que le preocupa «el contenido ideológico» de dichas «pruebas».
«Mascotismo» ideológico y amenazas
Tras el debate, en el que García considera que se mostró el respeto que manifiesta el sector cinegético, surgieron insultos en las redes sociales dirigidos hacia el representante de la entidad federativa en el que se le calificaba, extrapolando al resto de cazadores, de «retrógrado y primitivo hombre de las nieves» y «asesino». La comparación llena de odio se concluyó comparando al colectivo cinegético con «La Manada».
García afirma que se han denunciado estos hechos ante la Policía Nacional porque «no podemos tolerar que nos llamen asesinos y más aún se nos compare con “La Manada”. No somos violadores de la naturaleza; realizamos una actividad legal y por tanto denunciaremos cualquier incitación de éste tipo que pueda tratarse de un delito de odio».
Frente a los insultos generados tras el debate, y por un discurso durante el mismo que pudo llevarse hacia un «plano político» y que estuvo caracterizado por ataques a los cazadores «de manera genérica e injustificada», García concluye que el debate «ayudó en el sentido de que se argumentaron razones y datos de una actividad legal, regulada y reglada, mucho más que otras».