Un anticuario critica al Seprona por incautarse de animales disecados sin documentación
Al anticuario José Manuel González le investigan como supuesto autor de un delito contra la flora y la fauna silvestre por guardar y mostrar en su «museo» unos cuarenta animales disecados de los que no tiene documentación. Afirma que los cazó su padre en Angola y se trajeron a España de forma legal, y que debido al interés que despertaban abrió las puertas de su casa para que la gente los viera. González no entiende el revuelo montado y dice que regalará o quemará los animales si no se encuentra una solución.
José Manuel González, el anticuario tudense al que el Seprona ha requisado cuarenta animales disecados que tenía en situación ilegal, justifica la posesión de esas especies. Según cuenta González, su padre, que estuvo enrolado en el ejército portugués y sirviendo durante un tiempo en Angola, aprovechó la estancia en ese país para cazar algunas especies autóctonas. Estas entraron en España de forma legal y con los papeles en regla y, visto el interés despertado, creó en su vivienda un museo abierto para todos aquellos interesados en animales exóticos.
«¡Pero si mucha gente tiene perdices en casa para comer!», se justificaba ayer el anticuario. Todos los animales intervenidos quedaron depositados a disposición judicial. A José Manuel González se le investiga ahora como supuesto autor de un delito contra la flora y la fauna silvestre.
«Nosotros habíamos intentado legalizar todos los animales de caza que teníamos» asegura González, que no entiende el revuelo que se ha generado. Intenta quitarle hierro al asunto: «El Seprona tiene que matar el día y decir que hacen algo. Vienen cada dos por tres».
Según González, el museo, situado en una vivienda aneja al anticuario que regenta en la avenida de Portugal de Tui, lleva abierto cerca de cincuenta años. «Incluso representantes de la Junta gallega llegaron a visitarlo y les ofrecimos que nos lo compraran, pero no pudo ser». El anticuario insiste en que todas las piezas están en la antigua vivienda de su padre, aneja al establecimiento donde vende antigüedades. Espera que esta incautación no afecte en modo alguno a su negocio.
En el interior y el anejo, el Seprona se encontró con 40 ejemplares disecados de aves silvestres y dos mamíferos, que fueron intervenidos por carecer de las preceptivas autorizaciones y certificaciones que acreditasen su legal tenencia y procedencia.
Informa Carlos Ponce para lavozdegalicia.es