«Son ricos, es una casa para ricos y punto»

“No es un hotel. No es un resort de caza. No es para explotarlo. Es una casa familiar para disfrute personal que se ha reformado y la casa refleja el estado de la propiedad. Son ricos, es una casa para ricos y punto”. Con estas palabras zanja David Moraleda, letrado de Inmobiliaria del Bullaque S.A, la propiedad que está detrás de dos grandes terratenientes y empresarios: el naviero Alejandro Aznar -presidente del Grupo Ibaizabal y las bodegas de Marqués de Riscal, que tanto gustan a la realeza- y a su mujer Mónica Oriol, expresidenta del Círculo de Empresarios, cuando se le pregunta si la casa de 1.900 metros construidos que la familia tiene en la Finca Cabañeros, dentro del Parque Natural del mismo nombre, es para uso privado o se están construyendo un resort de lujo para cazadores, como se extrae de las denuncias de grupos ecologistas como SEO Bird Life.

Las 20 habitaciones y 16 plazas de parking levantan para los grupos ecologistas sospechas de que el naviero no solo vaya a utilizar la propiedad «para uso personal y de sus amistades y compromisos», como recalcan sus abogados. Hablamos de Alejando Aznar, vástago de una estirpe cuyas posesiones en Ciudad Real se remontan a más de cien años. De hecho, este coto privado es el que da nombre al parque nacional. En él han ido cazando figuras del poder político desde hace décadas. Sobre todo desde que lo hicieran visitantes ‘ilustres’ como Francisco Franco, Manuel Fraga, José Solís o los marqueses de Villaverde.

Una multa recurrida de 200.001 euros

Vamos por partes. ¿Dónde está el origen de la polémica? Alejandro y Mónica decidieron acometer en 2012 las obras de su casa de recreo en la Finca Cabañeros, de 7.000 hectáreas. Allí, sobre una antigua casona familiar que data de 1930, hicieron la reforma. Mientras solicitaban las licencias y antes de obtenerlas, Alejandro y Mónica comenzaron a edificar un aparcamiento para 16 vehículos y una explanada encofrada para la evisceración. Es decir, un espacio de más de mil metros habitual en las fincas de caza donde obligatoriamente se tiene que habilitar un sitio para manipular las reses o, si no, se deben mandar a una sala de despiece. Tanto como el aparcamiento como la explanada de evisceración recibieron el visto bueno del técnico del parque (cuyo infome adjuntamos) y de Basilio Rada, el presidente de la Comisión Mixta de gestión de los Parques nacionales de Castilla la Mancha.


¿Qué pasó? Los ecologistas dicen que ni el aparcamiento ni la explanada aparecían en la primera licencia y los demandados que las dos nuevos espacios superaron perimetralmente las medidas por las que obtuvieron la licencia. Desde el entorno de Alejandro Aznar lo resumen: «Presionados por los grupos ecologistas se aplica la Ley de manera purista». Sea como fuere, el 26 de mayo de 2015, la secretaría de Estado de Medio Ambiente condenó a una multa de 200.001 euros por infracción muy grave a Inmobiliaria del Bullaque. Sentencia que no es en firme ya que está en la actualidad recurrida por lo contencioso-administrativo.

El letrado de Alejandro Aznar quiere dejar muy claro que la finca nunca se ha planteado como un hotel ni se va a hacer actividad lucrativa alguna y eso que el objeto principal de la sociedad que adueña la popiedad es «la caza con fines comerciales». «El parque natural no permite la explotación normal de un coto de caza, aunque quisieran no se podría. No hay regadío ni siembras productivas. Solo lo mínimo para lo que los animales coman. Ellos han hecho este año una o dos monterías, ¿eso es un uso comercial? Además, si ponen tantos impedimentos, que nos expropien. Es una finca vacía de derechos», asegura Moraleda.

Los dueños privados del parque nacional

Si usted cree que los parques nacionales son enteramente de titularidad pública, está equivocado. De las 40.856 hectáreas de este parque que ocupa las provincias de Ciudad Real y Toledo son de proiedad pública un 55.19% y de propiedad privada el restante 44.81%. Los propietarios de la finca están particularmente dolidos con esta polémica porque ellos poseen la propiedad que dio origen al Parque Nacional de Cabañeros. La finca de la polémica es propiedad de la familia Aznar desde 1940. La finca de la familia Aznar originariamente tenía 16.900 hectáreas que la familia redujo después de que el Gobierno comprara una parte por 4,8 millones de euros. Entonces los Aznar se quedaron con 7.000 hectáreas y la casa original. En 1983 vendieron 17.400 hectáreas al Ministerio de Defensa de Narcís Serra por 800 millones de las antiguas pesetas. Años más tarde, en 1995, la Junta de Comunidades de Castilla La Mancha del socialista José Bono creó el Parque Nacional de Cabañeros. La creación forestal hizo que la finca familiar al completo quedase dentro de las lindes del espacio protegido. Dentro del parque está también El Avellanar de Alberto Alcocer, o un 50% de Las Cuevas, propiedad de Alberto Cortina, además de otras.

Otro de los puntos calientes dentro del Parque Nacional Cabañeros ha sido la caza. Por ley, dicha actividad está prohibida dentro del lugar. Sin embargo, se ha autorizado a los propietarios de las fincas a llevar a cabo un control de población de caza mayor. En principio, ese permiso caducaría en 2017, pero recientemente se ha prorrogado gracias a una enmienda del PP en el Senado hasta 2020.  “El control de población lo llevamos a cabo los propietarios porque el Parque no tiene capacidad ni medios para hacerlo, ni tampoco está legitimado para hacerlo dentro de las fincas privadas. Si no existiera ese control de población se haría un daño a la vegetación tan acusado que se comprometería la propia conservación del Parque”, declara una voz autorizada por Aznar.

Fuente: vanitatis.elconfidencial.com