Sabor a despedida
El comienzo de la berrea ha traído la despedida de la media veda. Este año se despide una forma distinta. Despide la esperanza de volver a cazar un ave simbólica. Despide el zigzagueo entre encinas regando de pólvora el campo sin tocar la pluma. Despide la emoción de las mañanas de final de verano. En sí, despide parte de la esencia cazadora de todos los que hemos soñado […].
Llegaron las lluvias. Los lomos de los reyes de la sierra comienzan a mojarse y, acompañado de la bajada de las temperaturas, la brama comienza a retumbar por los montes, convirtiéndolo en escenario único y mágico para los que lo amamos. Las mismas lluvias que saludan el celo del ciervo, despiden la media veda. Largo camino queda y su vuelta… a soñar.
Este año comenzábamos a limpiar escopetas y preparar cartuchos con mal sabor de boca. La posible moratoria de la tórtola común hacía sombra al comienzo de su caza. El buque insignia de la media veda en la mitad sur de la península no levanta cabeza, cayendo la población sin frenos. El cambio de hábitats que ha sufrido España perjudica a la población europea mientras que la marroquí se beneficia e incrementa su población gracias a los usos agrícolas de allí.
La moratoria abre un nuevo frente, oscuro, para el futuro. Los días de migratorias en el estío llegan a su fin. La codorniz en el norte ha visto mermada su población; los nuevos mecanismos de la agricultura resultan barreras que muchas no logran superar. La paloma, posiblemente de las tres aves habladas, la que más lejos está del término de migratoria. Las invernadas de torcaces que se vivían hace ya unos años son casi un sueño en la actualidad. Las mañanas frías contemplando el cielo cubierto de palomas ha dado paso al aumento de la especie en torno a los núcleos urbanos. Madrileños… qué deciros.
¿Qué pasará entonces con los comederos explotados cinegéticamente? En este mismo portal se publicó la entrevista a Gregorio Rocha que, como experto en esta ave, aseguraba que la mayoría de estos comederos no sobrexplotaban su caza. La tórtola que viene, con el cambio de hábitat que ha sufrido, subsiste y es capaz de criar, en parte, gracias a los comederos para su caza. En estos, encuentran la ansiada comida para llenarse el buche de grasas con el fin de prepararse para su largo viaje. Marruecos, con una tasa de reproducción muy superior a la de España, sigue ofreciendo increíbles tiradas para cazadores de todo el mundo. La tórtola, allí, ha encontrado un lugar en el que criar a gusto y contra eso lo tenemos muy crudo.
La realidad a la que nos enfrentamos es que la tórtola que se tira en Marruecos no es la misma que la que se tira aquí. El cambio, en el entorno ha sido fulminante para el progreso de una especie que hacia la boca agua al pensar en ella —y en el plato—. Si la agricultura ha modificado las poblaciones de esta ave, su fuente de alimento y de recursos se establecían en los comederos cinegéticos. La aprobación de la moratoria provocará una brusca reducción de la alimentación artificial, eliminando así grandes puntos reproductores en la península. Estos, por las zonas en que me muevo, se han basado en el disfrute de esta pequeña ave y, como segundo plato, el paso de torcaces que cogían altura al son de los disparos. A patos y a palomas, no vayas…
El comienzo de la berrea ha traído la despedida de la media veda. Este año se despide una forma distinta. Despide la esperanza de volver a cazar un ave simbólica. Despide el zigzagueo entre encinas regando de pólvora el campo sin tocar la pluma. Despide la emoción de las mañanas de final de verano. En sí, despide parte de la esencia cazadora de todos los que hemos soñado con esta especie. La esperanza de las nuevas temporadas se tornará en recuerdos.
Ignacio Candela