Retos de la caza con arco
Artículo de Gonzalo Pérez, miembro de la Comunidad Arquera Hispánica
En cualquiera de esas tardes en el puesto esperando el jabalí o incluso los conejos, mientras miro la punta de la flecha que tengo en el resto de mi arco me pregunto a mi mismo: ¿Qué le contarías a un compañero que se interesa por esta forma de cazar?
La caza y lo que cada uno siente a cada lance es pura sugestión, no podría asegurar que todos sientan lo mismo que yo, si sé que el cazador arquero de una u otra manera siente cosas que a la postre le marcan en su vida cinegética para siempre. Una vez te has adentrado en esta forma de cazar los éxitos que valoras distan mucho del numero de piezas abatidas en la temporada y de cuantas de ellas podrían ser susceptibles de ser altamente valoradas por La Junta Nacional de Homologación de Trofeos de Caza. Nuestros abates son todos trofeos de medalla que si bien no la merecen las características del propio animal si la merece el trabajo bien hecho para poder haberlo abatido, ya que el esfuerzo, tesón y meticulosidad empleados no son los mismos que usamos cuando dejamos colgado el arco y nos da por llevar el rifle.
El cazador arquero parte de la base que hay varios hándicap con los que tiene que lidiar en el campo, unos son naturales y otros legales, dado que al tener diversas leyes de caza lo que pueda valer aquí no valdría en otros sitios. Los legales se nos escapan, son cosas que nos pueden gustar más o menos pero que están ahí y no queda más que respetarlos aunque algunos sean verdaderas tomaduras de pelo.
Dentro de los hándicap naturales están, la dificultad de acercarte a un animal sabiendo interpretar y sin subestimar hasta la mas mínima brisa, ya que cuando hablamos de acercamientos a dos, tres o a lo sumo cuatro decenas de metros en el monte el mínimo detalle obviado se convierte en la alerta del animal que no dejará que culminemos el lance.
Llegado este momento un arquero sabe decirse a si mismo: «No he matado pero he cazado» expresión muy extendida entre nosotros. Meterse a poco más de veinte metros del animal en un rececho aunque no se haya culminado con la suelta de una flecha es un logro del que poder estar satisfechos y por el que poder sentirse inmensamente cazador.
Los buenos aficionados a los recechos con arma de fuego sabrán y valorarán en su justa medida esto que digo, porque saben lo difíciles que se les ponen a ellos a veces algunos recechos y nosotros nos plantamos casi hasta poder escuchar su respiración. Después de un lance así, no perdemos la ilusión ni nos aborda el pensamiento de que haber llevado el rifle o la escopeta habría sido mejor porque habríamos culminado el lance. Para nada, eso es lo que nos da fuerza y experiencia para poder aplicarla en el siguiente lance. Tenemos el gen del positivismo a flor de piel, no nos desmoralizamos, al contrario nos motiva más.
Para cazar con arco y mantenerse en la afición es necesario cambiar los conceptos básicos, hay que cambiar el chip, los estereotipos de la caza que todos conocemos son diferentes, ni mejores ni peores, diferentes. Hay que conocer el equipo que manejas y conocerse así mismo para poder dar lo mejor de los dos en un lance, no basta con comprar un arco , antes de cazador arquero hay que ser arquero y una vez que lo eres puedes aplicar lo aprendido en la caza; antes no debes por el bien de todos.
La caza con arco exige de ti y del equipo, hay que cumplir con ella igual que un animal te cumple en la plaza. No se debe tirar por encima de las posibilidades que se tienen, tanto en la distancia como en la técnica o incluso del equipo, hacerlo puede significar una mancha en la reputación de un colectivo que trabaja duro por dejar patente la responsabilidad con la que desarrolla su actividad.
El equipo en los tiempos que corren dista mucho de parecerse a unos rudimentarios útiles para cazar como podría pensar quien no conoce la caza con arco, ya que manejamos equipos capaces de mover flechas pesadas con una velocidad considerable y otras mas ligeras que permiten a los arqueros experimentados hacer tiros sorprendentemente largos con una eficacia fuera de toda duda.
Dado que nos intentamos poner a distancias cortas solemos usar camuflajes no convencionales aunque ya los compañeros que cazan con armas de fuego también los usan, no así tanto los denominados 3D que permiten romper la silueta humana y con ello logramos el engaño con mas facilidad, aunque los animales lo que mas detectan son los brillos de la piel o pelo y sobre todo el movimiento.
Cuando conseguimos coger distancia de tiro aprovechamos una bajada de cabeza hacia el pasto para encararnos el arco y abrirlo, si no nos da oportunidad por la constante alerta los movimientos deben de ser tan lentos como inapreciables. Si no lo haces así, en cualquier sitio con una mínima presión hacia los animales te será imposible tirar, de ahí el enganche al que casi todos hacemos referencia en torno a la caza con arco, la descarga de adrenalina en esos instantes es brutal y sinceramente cuando la sientes estas deseando volver a vivir algo parecido.
La mayoría usamos telémetros que nos ayudan a ser mas precisos con lo que la tecnología sumada a la experiencia y buen hacer del cazador se traduce en mejores resultados y en confianza y credibilidad hacia el resto del colectivo.
Poco a poco se va viendo que la caza con arco es una estupenda herramienta de gestión de caza, ya que se ejerce presión exclusivamente sobre el animal que te brinda el lance y los demás no la sienten porque no hay disparos, eso se traduce en ingresos para los cotos en forma de ventas de reses en descaste y menos abortos por la tranquilidad que reina en el acotado. Hay importantes fincas que ya gestionan así la quita de excedentes y les está yendo fenómenal.
Cuando al principio de estas reflexiones hablaba de la pregunta que me hago a mi mismo sobre que decir a alguien que se interese por la caza con arco… podría decirle cientos de cosas que me puedan venir a la cabeza, pero al final siempre me llega la mas corta y mejor de todas: entrena, pruébala y de aquí a un año me cuentas que has sentido en este tiempo.
Un saludo desde la administración de Comunidad Arquera Hispánica, suerte y buena caza para todos.
Gonzalo Pérez.