Repercusiones de la superpoblación de animales de caza en Guadalajara

5 septiembre, 2017 • Noticias de caza

Las poblaciones de corzo, ciervo y jabalí se han disparado en Castilla-La Mancha en los últimos años y Guadalajara es una provincia exponente de este incremento.

Las zonas declaradas de emergencia cinegética y las batidas extraordinarias son las medidas que la Administración considera como suficientes para controlas la superpoblación.

Los accidentes de tráfico por presencia de animales salvajes se han multiplicado según los datos recogidos por la Delegación Provincial de Tráfico en Guadalajara.

No hay más que darse una vuelta por la mayoría de los pueblos de la provincia para verlos por cualquier parte, incluso en zonas en las que antes nunca habían estado. Hablamos de corzos, animales ubicados tiempo atrás en la Sierra Norte de Guadalajara, que en los últimos años han llegado a zonas impensables. Los corzos son una de las especies que se han convertido en un problema por la superpoblación, pero no es la única. También hay superpoblación de conejos, superpoblación de jabalíes y superpoblación de ciervos. Éstos, de momento, están relegados a la zona del Señorío de Molina pero los agricultores aseguran que ya están empezando a salir de ese hábitat.

Desde Atica, la asociación que engloba a los cotos de caza de Guadalajara, aseguran que en los últimos quince años la población de ciervos se ha multiplicado en toda Castilla-La Mancha casi por cuatro, la de jabalíes por tres y la de corzos por diez. Datos regionales que, según Javier García, presidente de ATICA, son perfectamente extrapolables a la provincia de Guadalajara.

Datos de animales abatidos

Según los datos oficiales de capturas facilitadas por la Consejería de Agricultura y Medio Ambiente de Castilla-La Mancha, desde 2001 hasta 2015 el incremento de algunas especies ha sido muy importante.

En la temporada 2000-2001 se abatieron en toda la región 980.000 conejos, quince años después 2.129.000, un 117 por ciento más. En ciervos en el año 2000, apenas se cazaron 18.600, el año pasado se superó la cifra de 69.000, un 272 por ciento más.

Una situación parecida tienen los jabalíes cuya captura en quince años ha subido un 202 por ciento pasando de 19.100 a casi 58.000.

Pero el que más ha crecido, sin ninguna duda, es el corzo: en el año 2001 en Castilla-La Mancha se capturaron 873 animales de esa especie, el año pasado casi 8.900 fueron abatidos. Un 883 por ciento más en tan solo quince años.

En el caso de Guadalajara las capturas de los últimos dos años también muestran un importante aumento. Los jabalíes abatidos han subido un 10 por ciento, los ciervos casi un 7 y los corzos rozan el 14 por ciento. Los únicos que no tienen una subida espectacular son los conejos, cuya captura apenas ha aumentado un 0,6 por ciento entre 2014 y 2016. Y eso a pesar de los daños que están causando a las cosechas en algunas partes de la provincia.

Causas de la superpoblación

No hay una única razón que justifique el importante aumento de la población de estas especies en nuestros montes. Los agricultores lo achacan a que los cotos no hacen su trabajo de controlar el número de animales que hay. Desde la Delegación Provincial de Agricultura se señala que los cazadores muchas veces buscan sólo el trofeo y se matan machos dejando a las hembras, una selección que se convierte en un problema porque las hembras paren entre dos y tres crías en cada gestación.

Los cazadores, aunque están de acuerdo en parte con esos argumentos, aseguran que hay otras muchas razones. La principal, que Agricultura les pone muchos límites a la hora de cobrar piezas, pero, además, añaden otra que no se puede controlar: la tremenda sequía que está cambiando el hábitat de los animales y que les obliga a comer cultivos porque no tienen otra cosa.

Aseguran que en breve los problemas los darán los jabalíes ya que los campos están llenos de bellotas muy pequeñas que no servirán para darles de comer. “En el caso de los conejos- asegura Javier García- la situación es parecida, no hay ovejas que coman el monte, las hierbas son altas y los conejos que necesitan plantas bajas no las encuentran y se van a los cultivos”.

Y esto hace que los que más están sufriendo la superpoblación sean, sobre todo, los agricultores. SegúnÁngel Morales, director adjunto de la Asociación Provincial de Agricultores, APAG, el problema es que no existe una reglamentación que obligue a los cotos a regular esa superpoblación “Los agricultores están indefensos. Se ven obligados a hacer seguros de caza pero esos seguros, que suelen llevar una franquicia, cubren lo que cubren”.

Los agricultores, al límite

Para los agricultores la solución pasa porque la administración tome cartas en el asunto. Piden una reglamentación acorde con la situación y que se haga cumplir. Ponen como ejemplo la normativa que hay en la Comunidad Valenciana que obliga a los cotos a cazar, a controlar las poblaciones y que establece multas de hasta 15.000 euros si no lo cumplen. “No estamos en contra de los cotos- señala el portavoz de los agricultores- pero queremos que haya un documento que establezca qué poblaciones debe haber y que se cumpla”.

Según los agricultores las cosechas de girasol y de maíz son un desastre este año. Primero por la sequía, que se ha llevado el 30 por ciento de la producción, y después por los corzos y jabalíes que en algunas explotaciones han arrasado con el cien por cien de los cultivos. La paciencia de los hombres del campo se está agotando y ya han señalado que si la Administración no les escucha tendrán que tomar medidas.

Pero la Administración no parece dispuesta a dar ningún paso. Al menos, el delegado de Agricultura de Guadalajara, Santos López, ya ha confirmado que no se va a hacer de momento ningún cambio normativo porque desde la Administración regional creen  que ya existen los mecanismos para luchar contra esa superpoblación.

Una de las medidas son las batidas extraordinarias, en el caso de los daños a la agricultura si los titulares de cotos lo solicitan y se certifica que hay un daño en los campos, se permite la caza de hembras y machos de ciervo, “además- recuerda el delegado- tenemos dos zonas declaradas de emergencia cinegética y eso supone que se hacen descastes – batidas de caza- de forma habitual. En la zona de Molina- recuerda el delegado- con que el titular del coto lo comunique, se le permite hacer una caza de hembras.”

Pero esas medidas no convencen ni a los agricultores, que piden más control, ni a los propietarios de los cotos de caza. El presidente de Atica, Javier García, asegura que la administración les pone muchas trabas cuando piden permisos para cazar. “Los cotos son los responsables de controlar la superpoblación pero la administración nos pone muchas trabas. El plan técnico de caza dice que los cotos deben velar por el aumento de la caza y una cosa es incompatible con la otra. La administración me pone un tope y yo no puedo pasar de ese tope de caza porque si no soy sancionado por la Administración. Los agricultores se quejan de que no cazamos ¿cómo lo hacemos?”

Aún así Javier García reconoce que hay cotos que no ponen todas las medidas para evitar estas situaciones, y considera que en esos casos se debe aplicar la ley “si es así- afirma- son los cotos, los que deben hacerse cargo de los daños que se produzcan a la agricultura. Los cazadores tienen que cazar más y el que cometa errores que lo pague. Los agricultores tienen la facultad de pedir daños, así aparece en la ley de caza. Donde los cazadores no estén haciendo su trabajo bien, que se les castigue y se les multe”.

Accidentes de tráfico disparados

Pero los agricultores no son las únicas víctimas de la superpoblación de especies. Desde hace unos años se han multiplicado de forma importante los accidentes de tráfico en los que se ven involucrados animales. Así lo confirman las estadísticas de la Delegación Provincial de Tráfico en Guadalajara.

Estas estadísticas recogen sólo los casos en los que interviene la Guardia Civil de Tráfico,

Los datos oficiales que maneja la Dirección Provincial de Tráfico hablan de 172 accidentes causados por jabalíes desde el año 2014, casi 600 causados por corzos y 25 por ciervos.

¿Y cuáles son las carreteras más conflictivas? Pues las hay de todo tipo. En la A2 se han producido 27 accidentes por jabalíes y 85 por corzos, en la N-320 18 por jabalí, en la N-211 que va a Molina 14 por ciervo… En cuanto a carreteras menores hay a montones: la CM 110, La CM 101, la CM 1003… y así hasta una decena, y otras muchas con accidentes que ni siquiera aparecen en las estadísticas.

El director provincial de Tráfico, Francisco de las Alas Pumariño, reconoce que el problema es importante. De hecho el pasado mes de marzo ya se mantuvo una primera reunión con diversos organismos para ver cómo se atajaba el tema. De las Alas Pumariño, considera que es prioritario crear un grupo de trabajo con las distintas administraciones implicadas y buscar soluciones.

De hecho, los conductores de las zonas con superpoblación están temerosos y todos saben que a primera hora de la mañana y a última de la tarde hay que conducir con precaución para no tener un accidente.

Afortunadamente los choques no suelen tener víctimas  “son accidentes con daños materiales y heridos leves” señala el Director Provincial, pero son accidentes que causan muchos trastornos, entre otras cosas porque los conductores ni siquiera saben cómo tienen que actuar si se encuentran en esa situación.

Cambio normativo: ya no los cubre el seguro

Tiempo atrás el seguro de los cotos se hacía cargo de los daños en caso de accidente, sin embargo, desde hace dos años, se ha producido un cambio en la normativa y la responsabilidad recae en el conductor. Unos cambios que los conductores no conocen y les llevan a tener problemas con el seguro. Para evitarlos, las aseguradoras recomiendan que el seguro incluya daños cinegéticos y además demostrar que se ha producido un accidente. La primera medida,avisar a la Guardia Civil de tráfico para que dejen constancia del accidente, y la segunda tomar fotos de coche y del animal. Si esto falla las aseguradoras podrían negarse a pagar los daños.

Si la señal p24 no aparece con el número de kilómetros afectados se entiende que incluye a toda la carretera.

En otros casos la administración también tiene que hacer frente a las responsabilidades correspondientes. Según el director provincial de Tráfico el titular de la carretera está obligado a señalizar debidamente la presencia de animales a través de la señal p24, si dicha señal no aparece con el número de kilómetros afectados se entiende que incluye a toda la carretera. Además hay carreteras que tienen que estar valladas, como las autopistas y autovías, si no lo está, si la valla está rota, o la señal p24 no existe, el conductor del coche accidentado puede pedir responsabilidades al titular de la carretera.

Informa Nuria Fernández Monje para guadalajaradiario.es


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