Reclamos de caza
La caza como la vida misma exige cierta picardía en algunos momentos. Pues bien, para acercar a los animales a nosotros, el cazador emplea los reclamos de caza.
Los reclamos de caza consiguen imitar los ruidos y voces que producen las piezas. Al llamar la atención de la presa, ésta se acerca más y así es más fácil que el cazador acierte. Todos los reclamos suelen ser de alta calidad y logran una gran eficiencia al engañar al animal.
Dos tipos de reclamos de caza hay. Por un lado, los reclamos de caza tradicionales como el silbato, el fuelle o el botón. Los reclamos de caza tradicionales necesitan que el cazador sople, silbe o ejerza fuerza sobre el silbato, fuelle, etc.
Por otro lado, los reclamos de caza electrónicos o mecánicos son los que se da cuerda o se pulsa y, por sí solo sigue sonando. Éstos últimos, los reclamos de caza electrónicos están prohibidos en algunas comunidades en España. No obstante, y pese a estar permitidos los tradicionales, hay ocasiones que los cazadores son sancionados por portar estos reclamos de caza, que en teoría por ley, están permitidos.
Hay reclamos de caza mayor que logran simular los ruidos que emiten los animales de gran tamaño. Hay reclamos de jabalíes, reclamos de corzos, reclamos de ciervos, reclamos de zorros, etc.
También existen muchos reclamos de caza para aves. Por ejemplo, hay reclamos de codorniz, reclamos de perdiz, reclamos de patos, reclamos de palomas, reclamos de zorzales, reclamos para mirlo, etc. Los reclamos consiguen, de una manera muy sencilla, imitar el canto de las aves. De esta manera, el cazador tiene más fácil la práctica de la cinegética con estos pájaros.
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