Reacciones inmediatas a la suspensión de la caza del lobo
El consejero Juan Carlos Suárez-Quiñones afirma que estas decisiones «dañan los intereses generales de forma importante y también la sostenibilidad de la especie».
Desde la Federación de Caza de CyL instan a la Junta «resolver esta situación a la mayor brevedad» por el aumento del rechazo que la especie provocará entre ganaderos.
Un ganadero que ha perdido ovejas y ha sido denunciado muestra su ira contra los animalistas y los «acuerdos de despacho» que se toman sobre el mundo rural.
Redacción | Queda suspendida la caza de lobos al norte del Duero tras el auto del Tribunal Superior de Justicia de Castilla y León (TSJCyL) que resuelve el recurso contencioso-administrativo interpuesto en junio de 2017 por la Asociación para el Cuidado y el Estudio del Lobo Ibérico (Ascel). Por el momento y de forma cautelar, no se podrán cazar. La noticia ha provocado la sorpresa y el enfado del sector de la caza, que considera desacertada esta decisión judicial. «El TSJ parece desconocer las verdaderas consecuencias de la suspensión de la caza del lobo en Castilla y León, en caso contrario no hubiera estimado esta medida cautelar», afirman desde la Federación de Caza de Castilla y León (Fedecacyl).
El TSJCyL explica en su fallo que no se cumplen «las garantías» para cazar lobos de forma controlada debido a que los niveles poblacionales de la especie, su distribución geográfica y su tasa de reproductividad no permiten que «la caza pueda realizarse». Por ello, impide la aplicación del Plan de Aprovechamientos Comarcales de Lobo en los terrenos cinegéticos situados al norte del río Duero en Castilla y León para las temporadas 2016/2017, 2017/2018 y 2018/2019.
Reacciones inmediatas
El consejero de Fomento y Medio Ambiente de la Junta de Castilla y León, Juan Carlos Suárez-Quiñones, ha sido uno de los primeros en valorar esta imposición, haciendo referencia a las sentencias que contravienen normativas de su Gobierno autonómico. Suárez-Quiñones ha explicado que decisiones judiciales como esta «dañan los intereses generales de forma importante y también la sostenibilidad de la especie, que exige su control para un crecimiento ordenado».
El consejero insiste que la Junta «defiende los intereses generales», entre los que se incluyen los de los ganaderos que sufren pérdidas por los ataques del lobo, y defiende la necesidad de cazar ejemplares para permitir la supervivencia de la especie. Por este motivo, trabajarán para cambiar las consecuencias que ha provocado el recurso de de Ascel.
Fedecacyl admite que no estaba personada en este proceso porque «el interés del lobo es relativo», aunque muestra su «absoluta solidaridad» con los ganaderos y resto de afectados y sostiene que la sentencia «vuelve a dar la razón a los anticaza». Van a premiar a la Junta castellanoleonesa para que resuelva este problema a la mayor brevedad: «Reclamamos una rápida actuación de la Junta para adaptar la regulación sobre el lobo al ya modificado Decreto que regula la conservación de las especies cinegéticas y que esta situación se solvente a la mayor brevedad para evitar las graves consecuencias que tendría la suspensión permanente de la caza del lobo».
Desde la propia Federación están «seguros» de que se seguirá cazando el lobo en Castilla y León. El ente federativo entiende que «la mayoría de los ciudadanos, que no tiene conocimiento de la especie más que por los documentales o por las informaciones parciales y sectarias de estos grupos animalistas radicales, puede caer en el error de pensar que las poblaciones de lobo están en recesión en Castilla y León cuando no es así». Informes del sector de la caza han avalado la gestión cinegética del lobo, pese a que sus argumentos no hayan sido compartidos por entidades zoológicas de España.
Indignación y rabia
La Federación de Caza de Castilla y León mantiene que si la suspensión de la caza del lobo se dilata en el tiempo provocaría «un desequilibrio de las poblaciones» del cánido y «el consecuente mayor rechazo» hacia la especie por parte de los afectados, entre los que principalmente se encuentran los ganaderos. Claro ejemplo de ello es la indignación de este ganadero que pierde ovejas por el ataque de lobos y además es denunciado por la Guardia Civil por el «abandono» de reses muertas en el campo.
«Somos unos gilipollas […] somos peor que los corderos que estamos criando». El ganadero afectado muestra su ira ante las decisiones que se adoptan en despachos sin tener en cuenta la realidad del campo. El ganadero perjudicado despotrica también acerca del sector animalista y grita:«Yo soy el animalista que cuido del «ganao»; soy animalista yo, vosotros sois…».
Desde Fedecayl concluyen que «ganaderos, cazadores y Administración saben que la única forma de gestionar el lobo de forma eficaz es a través de la caza y que no hay recetas mágicas para resolver el problema de la convivencia del hombre y el lobo si no es a través de un aprovechamiento cinegético ordenado». Por este motivo, y ante las continuas muestras de indignación en el mundo rural, instan a la Junta de Castilla y León a «resolver esta situación a la mayor brevedad».