Promueve la cultura cinegética, pero evita las batallas
El autor del blog Cuaderno de Caza ofrece unas pautas para enfrentarse a la ira animalista que acosa a los cazadores, explicando que hay que contar a la sociedad la realidad de la caza.
Hablar de caza o promover la cultura cinegética hoy en día es casi un acto de heroicidad por la gran controversia que genera nuestra afición.
El ecologismo y los animalistas nos tienen en el centro de su punto de mira y nos someten a una persecución radical, criminalizando cada paso que damos.
Y además lo hacen con saña, sin escrúpulos y atentando contra todos los principios de honorabilidad que rigen a los hombres.
Pero justo en esos momentos, cuando nos vemos ferozmente atacados e insultados, es cuando debemos evitar caer en la tentación de seguirles el juego y participar de la refriega.
Promueve la cultura cinegética, pero evita las batallas
Debemos entender que entre cazadores y animalistas hay un segmento mucho mayor que se llama sociedad y que es quien verdaderamente ejercerá de juez para dictaminar sentencia.
Es posible que el litigio sea complejo de ganar, pues ellos, quienes juzgan, la sociedad, a menudo está demasiado despegada del mundo rural como para entender su casuística y lo que en él acontece a diario.
Pero pocas veces a lo largo de la historia, la razón y la verdad cedieron ante la manipulación y la mentira.
Y esa es la constante a la que debemos ampararnos para no descuidar la rectitud del camino.
Cuidemos el mensaje, pero también las formas
Esa sociedad que nos juzga se mantiene atenta en la lejanía a lo que decimos y a los que nos dicen, a lo que ocurre y a cómo gestionamos cada situación.
Evalúa con gafas de aumento el tránsito de información y aunque es susceptible de caer en el discurso pobre e irreal que promueven unos cuantos, me niego a poner en tela de juicio su intelecto, pues al final, siempre termina prevaleciendo para posicionarse del lado de la razón.
Y esa, la razón, la tenemos nosotros, salvaguarda nuestra actividad, por lo que únicamente debemos perseverar en el mensaje y en las formas que lo acompañan en el momento de difundirlo.
Descender a su nivel nos perjudica más que a ellos
Como cazadores, somos muchos los que nos sentimos acosados cuando compartimos nuestra afición y experiencias en medios de carácter público.
Quien más, quien menos, ha sido foco en algún momento de las iras e insultos de animalistas y anticaza.
Y como seres humanos hay momentos en los que sentimos el impulso de responder, de descender a los infiernos en los que se asienta su nivel y obsequiarles con las mismas caricias que ellos nos regalan.
Sin embargo, la educación, el respeto y los valores que ellos adolecen deben ser nuestra seña de identidad y un ejemplo representativo de nuestro colectivo y de la forma en que vivimos este noble arte que es la caza.
Denunciemos los ataques
La mejor forma de combatir esas oleadas de odio, ataques e insultos es denunciarlos, llevarlos a condición pública, para que muestren fielmente la realidad que vive el cazador y sea el espectador neutral quien se encargue de enjuiciarlas.
Hagamos notorios esos mensajes que nos desean la muerte, que nos tildan de sádicos y asesinos o cuando descorchan una botella de champagne para celebrar un accidente venatorio.
Pero no nos enfrentemos a ellos, no caigamos en el error. Tenemos herramientas mucho más eficaces a nuestro alcance y tomarse la justicia de nuestra mano, no favorece el bien común.
Respeta y exige respeto
Ellos abanderan una cruzada taotalitaria que trata de marginar y prohibir cualquier acción que no consideren afín a sus ideales.
Quieren que involucionemos hacia tiempos pasados en que unos pocos sostenían el peso del poder y dictaban el devenir de todos los demás.
Nos quieren interponer una nueva dictadura basada en el liderazgo de lo absurdo.
Hablan de respeto, pero la realidad es que no toleran a nadie que no comparta su doctrina.
Por ello nuestra posición debe ser diferente, mucho más abierta y mucho más flexible.
Nosotros a lo nuestro
Centremos nuestra atención en lo verdaderamente importante, sin dedicar un solo segundo a todos aquellos que buscan criminalizar nuestra actividad sin criterio alguno.
La sociedad necesita conocer qué es la caza, entender cuál es su significado y los innegables motivos que la llevan a ser totalmente necesaria.
Hablemos de ciencia, de conservación, de control de especies, de carne de caza, de economía rural…
Hablemos de gestión
Es ahí es donde debemos poner el foco y unificar el mensaje para dotarlo de fortaleza.
El valor de los argumentos con el peso del respeto Debatir y poner en valor nuestros argumentos resulta interesante e incluso nos permite aprender, más aún si cabe cuando el interlocutor que nos escucha mantiene una postura contraria.
Haces pensar y te obligan a reflexionar, todos crecemos, todos nos enriquecemos.
Pero la mejor de las discusiones debe ir alineada con el máximo respeto entre quienes la protagonizan.
Pues cuando falta eso, cuando incurrimos en la traición del insulto, deja de ser didáctica y es ahí cuando cobra sentido el título de este artículo: Esfuérzate en promover la cultura cinegética, pero evita entrar en batallas.
¡Un abrazo y al monte!
Álvaro Fernández González