Por treinta monedas de plata
Después de una larga (que no participativa, si exceptuamos para el extremismo animalista) tramitación de la Ley de Protección de Animales Domésticos de Galicia, habemus anteproyecto.
Como decimos en Galicia: Non foi sen tempo (ya es hora). Y más cuando, si bien entendemos que era un tema que había que abordar para las mascotas y animales de compañía, nunca entendimos desde gran parte del sector la contumacia de incluir a los animales de trabajo dentro de este texto legislativo.
Nuestros animales, le disguste o no al extremismo animalista, no son animales de compañía sino de trabajo, tampoco de producción. Por cierto, de igual manera que los perros de guarda, policía o pastoreo. En este sentido, no se ha considerado ni una sola de las alegaciones que presentamos desde diversos colectivos cinegéticos, entre ellos la Asociación Gallega de Caza Mayor, Mesa Gallega por la Caza y la Asociación Española de Rehalas.
Finalmente, el animalismo nos ha derrotado una vez más, así que preparados para el bofetón que se avecina… porque el animalismo radical habita en la Dirección General de Conservación de Feijoo.
A modo de ejemplo: art 9.b. Prohibición de collares de castigo y eléctricos, redactado como sigue: «La utilización de cualquier mecanismo… queda expresamente prohibido o el empleo de instrumentos o métodos de sujección, retención o educación dañinos, como los collares eléctricos»
Otrosí, art 9.f. Prohibición de adiestrar a los cachorros hasta los 6 meses de edad: «Obligar a los animales a desempeñar trabajos o actividades en las que el esfuerzo exigido supere su capacidad o bien se ponga en peligro su salud. No obstante, la prohibición de desempeñar trabajos se aplicará en todo caso a animales menores de 6 meses de edad».
Hay más perlas, pero estas dos son de las mejores. Aunque la más importante es que esta regulación, simplemente, no sea de aplicación a los perros de trabajo, como los de caza o pastoreo, por lo menos durante su acción de trabajo y transporte.
En fin, visto que este despropósito legal preocupa poco a nuestros federativos gallegos y menos a nuestros cazadores, enfrascados en quién mata más o quién emplaza más jabalíes en los campeonatos, entonemos entonces una canción elegiaca por la caza con perros en Galicia, tal y como la conocimos. Quizá, tal y como se estila en alguna cultura africana, nuestros perros acaben por acompañarnos al monte, pero sin cazar…
Créditos de agradecimiento: Evidentemente, a la consejera doña Beatriz Mato. También, a su fiel directora general doña Ana Díaz, incansable defensora de este despropósito. No dejemos atrás a la autora intelectual y reconocida anticaza, la subdirectora Susana Cuesta. Y por supuesto, tiene que haber un colaborador necesario en toda traición, que en este caso es don Javier Nogueira, a la sazón presidente de la Federación Galega de Caza, que nos ha vendido y vendió la idea hasta la extenuación de que esta ley no nos iba a afectar. Lo hizo en público y lo hizo delante de la Asamblea General de la entidad de la que soy asambleísta.
¡Ahora, a votarles a todos ellos una vez más!
Saludos para los inductores/as de la ley, y sobre todo para los traidores del sector que callaron como meretrices durante su tramitación.
Espero que las 30 piezas de plata sean suficientes para acallar su conciencia como cazadores. Eso si alguna vez la han tenido…
Eloy Saavedra
Asambleísta de la Federación Gallega de Caza