Voces de caza
Philip Lymbery: «Los animales de granja consumen más antibióticos que nosotros»
Philip Lymbery es tajante: «La ganadería intensiva es insostenible». Es director ejecutivo de Compassion in World Farming (CIWF), tiene 51 años y es británico. Licenciado en Biología. Esta casado y tiene un hijastro, un perro y unas cuantas gallinas rescatadas. El medio ambiente es un sistema de soporte vital para todos. Le criaron como católico y cree en Dios, pero no es practicante. Afirma que el 84% de los antibióticos que se usan en España se destinan a la ganadería.
¿Algún día nos avergonzaremos?
Sí, miraremos atrás y nos preguntaremos cómo pudimos hacerle eso a los animales y a nosotros mismos.
¿Tan grave es la ganadería intensiva?
Es insostenible. Dos tercios de los 70.000 millones de animales que se crían cada año pasan su vida encerrados, hacinados sobre sus excrementos sin acceso a pastos o forraje.
¿Qué comen?
Un tercio de los cereales producidos en el mundo, el 90% de la harina de soja y el 30% de las capturas totales de pescado. En España, el 74% del total de los cereales (incluidas las importaciones) se utiliza para alimentar a los animales.
Parece absurdo.
Los animales de granjas industriales consumen más calorías de las que producen. Convertimos en carne alimentos que deberíamos comer. Si se destinaran las cosechas a los humanos, se podría alimentar a 4.000 millones de personas.
También consumen antibióticos.
Sí, la mitad de los antibióticos que se utilizan en el mundo, lo que constituye un caldo de cultivo para nuevos supermicrobios resistentes a los antibióticos. En España, el 84% de los antibióticos que se usan están destinados a la ganadería.
¿Para prevenir posibles enfermedades?
Sí, profilaxis rutinaria. La OMS advierte que, si no se reduce este uso abusivo, pronto entraremos en una época postantibióticos en la que las enfermedades que ya habíamos erradicado volverán a azotar a la humanidad.
Estamos empezando a verlo.
En el 2009 se registraron 200.000 casos de intoxicación alimentaria por la Campylobacter en la UE, la segunda causa mundial de infecciones gástricas.
Y consumen inmensas cantidades de agua.
La agricultura intensiva es la causa principal del agotamiento del agua en el mundo, se bebe el 70%. Y los granjeros industriales están entre los mayores consumidores de petróleo.
No suena muy bien…
Las consecuencias de anteponer los beneficios a las personas son: nuevas enfermedades, muerte de los campos y miles de millones de personas hambrientas. La mitad de suelo europeo afronta problemas de calidad.
¿Las piscifactorías son más sanas?
Se requieren entre tres y cinco toneladas de peces pequeños para producir una tonelada de peces de piscifactoría.
¿Viven mejor que las vacas y los cerdos?
Viven hacinados en espacios pequeñísimos, con frecuencia padecen cataratas, que les deja ciegos, heridas en las aletas y la cola, e infecciones producidas por parásitos. Un estudio ha revelado que las concentraciones de sustancias químicas son significativamente mayores en las muestras de peces de criadero.
¿Cuáles son las consecuencias de comer carne barata para la salud humana?
Los alimentos de ganadería industrial contienen más grasas saturadas, menos cantidad de omega 3, nutrientes esenciales y proteínas.
¿Por lo que comen y les inyectan?
Sí. A los pollos industriales se los alimenta para que engorden deprisa y produzcan carne con mucha grasa y pocas proteínas. Una porción de pollo de supermercado contiene hoy un 50% más de calorías que en 1970, y 2,7 más de grasa.
Entonces no es bueno ni para ellos ni para nosotros.
Las granjas industriales son inherentemente crueles. Gallinas ponedoras en jaulas tan pequeñas que ni siquiera pueden mover las alas, pollos de engorde que se desploman bajo el peso de sus enormes cuerpos, cerdos y vacas encerradas en gigantescas naves sin vida social y sin acceso a pastos durante toda su vida.
¿Es una tendencia en declive?
Se prevé que en el 2030 al menos el 75% del crecimiento de la producción se produzca en granjas de animales confinados.
¿Hay soluciones alternativas?
Los herbívoros deben pastar, la tierra de labranza y el ganado deben convivir en armonía, así convertimos la vida vegetal que nosotros no podemos comer en alimento comestible. El pescado debe alimentar a las personas y no a los animales de granja. Hace falta políticas que promuevan ese cambio.
El argumento es que no hay comida para todos.
El sistema actual produce alimentos para 16.000 millones de personas. Desperdiciamos la mitad. Y darle a los animales los cereales que podríamos consumir no tiene sentido.
¿Se resiente el medio ambiente?
La ganadería industrial es uno de los principales detonantes de la extinción de especies y contribuye a la contaminación de nitrógeno en el entorno. Los pesticidas son la causa de la desaparición de los insectos polinizadores necesarios para la supervivencia.
La OMS recomienda menos carne.
Sí, y de mayor calidad. La carne barata es mala para el medio ambiente, para los animales y para nuestra salud. La vinculación entre la carne procesada y la carne roja y ciertos tipos de cáncer y cardiopatías está más que demostrada.
¿Qué comeremos?
Entre otras cosas las algas cubrirán las necesidades proteicas de gran parte de la población y se está creando carne artificial a partir de células madre. Hay una retahíla de soluciones que harán que la ganadería industrial forme parte del museo de la crueldad.
Inma Sanchís para lavanguardia.com