Voces de caza
Perfil de un cazador: Juanma Rabazo
Nombre: Juan Manuel Alonso Rabazo
Algunos datos biográficos: Cáceres, 1955. En esta ciudad ha transcurrido mi vida, junto a mis padres (q.e.p.d.) y mi hermano Ángel. Aquí me casé con Juani y ambos hemos llevado adelante el negocio familiar. Trabajo y familia. Y la caza alrededor de Cáceres.
¿Cómo nació tu afición a la caza? ¿Cómo fueron tus primeros años? Pues como a casi todos, a mí también me nació acompañando a mi padre de morralero, y enseguida una escopetita y luego ya con todas las de la ley. Los primeros años fueron decisivos porque descubrí mi devoción por el monte y que la mejor manera de quererlo es cazando.
¿Qué, dónde, con quién y cuándo has cazado? Caza menor sobre todo, y también mayor en muchísimas ocasiones. En mano con los míos, al salto y ahora sobre todo torcaces con cimbel. He cazado siempre dentro de la ley y como la misma autoriza. Ni un año sin caza.
¿Cómo empezó tu modalidad favorita y qué encuentras en ella? Una vez vi cazar con cimbeles a un señor, ahí en “El Rincón de los Toros” (Sierra de San Pedro) y me picó la curiosidad. El flechazo fue imponente. Desde entonces, caza la que sea, pero donde esté un día de torcaces que se quite todo.
¿Qué te parece la actual situación de la caza menor en España, y sobre todo de tu región? La caza menor en España ofrece perspectivas muy diversas. Se oyen maravillas de algunos sitios y catástrofes en otros. Como quiera que sea, la caza artificial va sustituyendo a la natural. Y eso creo que no tiene vuelta de hoja, por desgracia. La presión del hombre – y no precisamente del cazador – acaba con los espacios vírgenes en los que la caza se refugia. Repoblaciones artificiales, es lo que hay. En nuestra región, un desastre absoluto.
Perros, armas, munición. Cuéntanos lo tuyo. He tenido perros de búsqueda y de cobro, y de distintas razas. Empecé con una paralela y luego he tenido superpuestas y repetidoras. Munición del 6, del 7 y ahora sobre todo del 8. Me va divinamente.
Cuéntanos brevemente cuál y cómo es tu jornada ideal de caza. Un día soleado y limpio, con algo de aire y mis cimbeles en su sitio. Que se muevan las palomas en los alrededores y yo las traiga al puesto para abatirlas, yo o el amigo que me acompañe. Eso, y el taco a mediodía, el paraíso terrenal.
Cualquier tiempo pasado fue mejor o confías en el futuro. No soy muy optimista si miro a lo que tenemos delante. Por el contrario, con frecuencia echo de menos aquellos años setenta y ochenta.
Unas palabritas para los ecologistas anticaza que nos amenazan continuamente. Les hemos dicho ya tantas cosas inútilmente, que no merece la pena perder un minuto con ellos. Que estudien, a ver si aprenden algo.
¡Gracias, Juanma!
Autor: Salvador Calvo Muñoz