Paloma torcaz. Las ciudades se inundan de manchas azules.
Esa inteligencia que las caracteriza, hace que se comporten en las ciudades del sur de Madrid como animales totalmente confiados, sin miedo alguno a las masas de gente o a los ruidos, pero en cuanto despliegan sus alas para ir a comer a 1 km de las ciudades, cambian el chip y se sumergen en su carácter campestre.
Antaño era difícil predecir sus migraciones, actualmente casi imposible. Apostados en la media veda o agazapados durante el invierno, son muchos los cazadores que persiguen a las apreciadas manchas azules, y estas, año tras año padecen la gran presión que se ejerce sobre ellas. Quejas y más quejas entre cazadores descontentos que no hacen nada por mejorar la situación de nuestra torcaz.