Organizaciones ecologistas en contra de que la caza sea explotada como reclamo turístico
Las organizaciones ecologistas asturianas han mostrado a través de sus portavoces el desacuerdo de dichas entidades ante la propuesta de convertir la caza en un reclamo turístico.
Tras afirmar que esta apuesta sería sinónimo de riesgo, afirman que tendría que ir emparejada de una garantía para las especies en términos de calidad y cantidad.
No conformes con manifestar su desavenencia, enuncian que no es admisible que la caza se oferte como cualquier otra actividad que conlleve la muerte de animales, porque además, pondría en peligro a los turistas.
Ante esta noticia, como cazador y amante de la naturaleza no me queda otra que rellenar este post de cosas coherentes, ya que a lo anteriormente escrito, denominarlo de absurdo, sería darle más categoría de la que verdaderamente se merece.
En primer lugar, la caza para mí no es un deporte, aunque esté categorizado como tal, la caza es una actividad grabada a fuego en los genes humanos, desde que, como homínidos dábamos caza a animales para sustentarnos.
Claro está, que para afirmar tales aberraciones, además de no estar en absoluto informado, hay que ser muy atrevido. La caza, como afición practicada por aproximadamente un millón de personas en España, deja por los suelos con los datos de víctimas mortales las afirmaciones realizadas. ¿Cuántos motoristas mueren cada año?
La supervivencia de muchos pueblos depende de la caza, y es que, año tras año miles de cazadores extranjeros vienen a conquistar, entre otras especies, nuestras queridas cabras montesas y nuestras queridas patirrojas.
Cuando pierdo mi tiempo en leer determinadas noticias anticaza, anhelo en cantidad la coherencia, la verdadera información, y sobre todo, el que se digan las cosas como son. Pero como dijo Baltasar Gracián “El primer paso de la ignorancia es presumir de saber”.