Novedades para la caza de la perdiz con reclamo en Andalucía
La Junta de Andalucía tiene que determinar si la identificación de perdigones para reclamo se hará mediante anillas o microchip.
A falta de pocos días para que se abra el periodo de caza de perdiz con reclamo, los aficionados a esta modalidad cinegética ya se preparan para disfrutarla en toda en su plenitud.
Concretamente, comienza en el sur de la provincia el próximo 18 de enero y finaliza el 28 de febrero. En el caso de la parte septentrional, tanto el inicio como la conclusión de este periodo tienen lugar una semana después.
El delegado de la Federación Andaluza de Caza (FAC) en Córdoba, Francisco Javier Cano, indicó que esta modalidad se encuentra en un buen momento tras algunos años de cierta crisis, sobre todo en determinadas especies, como es la perdiz roja.
Una muestra de la mejoría de esta práctica es el incremento de las ferias monográficas dedicadas a la misma. En Córdoba, son dos los encuentros de esta naturaleza cada año, y, en ambas casos, se celebran en diciembre.
Cabra es una de las sedes, «una feria que está muy consolidada en el sector a nivel nacional, a pesar de que sólo lleva seis ediciones», según resaltó Cano, mientras que Encinas Reales y Benamejí acogen la otra. A esto se suma la existencia en la provincia de numerosas granjas especializadas en esta especie.
Una de las novedades más importantes es de carácter normativo por la aprobación el pasado año, por parte de la Junta del nuevo Reglamento de Caza, de un texto que obliga a los propietarios de estos animales a identificarlos y a demostrar su procedencia en las cacerías. No obstante, la Consejería de Agricultura, Pesca y Desarrollo Rural aún tiene que decidir si se utilizan las anillas para estos menesteres o si finalmente se implantará un microchip.
El representante federativo recordó que, con la entrada en vigor del nuevo reglamento, todos los animales auxiliares de la caza, entre ellos, el perro, el hurón, las aves de cetrería o las propias perdices, deben estar debidamente identificados y controlados para evitar ilegalidades, como el furtivismo.
Pero también hay nubarrones en el futuro. El dirigente cinegético indicó que el cambio climático, traducido en extensos periodos de sequía como el actual y en veranos más largos, afecta a estos ejemplares avícolas porque necesitan comida, agua y refugio a fin de impedir que sean capturados por los depredadores.
Informa P. Cruz para abc.es