«Nadie ha encontrado la fórmula para potenciar la caza y su desaparición sería un problema»
Dos noticias obligaron este verano al profesor Carlos Nores a intervenir. En una supo de un vecino de Gijón que sufrió un problema con un jabalí. «Llamó al Seprona, que lo derivó al Principado, donde a su vez le remitieron al ayuntamiento y allí, al final, le dijeron que no, que tenía que llamar al Seprona». Lo segundo fue un vídeo de una pareja paseando cerca de Oviedo, con un perro suelto que fue a perturbar a unos jabalíes en un matorral. «Los jabalíes contraatacan y el can se protege detrás de sus dueños». Catedrático en Zoología, Nores lleva décadas estudiando la expansión de los suidos en la región para el Instituto de Recursos Naturales y Ordenación del Territorio (Indurot). El centro va ahora a preparar el primer plan de prevención y control de los jabalíes para el Principado y el Ayuntamiento de Oviedo.
El zoólogo Carlos Nores ©Joaquín Pañeda
¿Es un problema sin solución?
Incluso aunque matáramos a todos los jabalíes que hay ahora, a los 60.000 de Asturias, no acabaríamos con él. Vendrían de otra parte. Es como quitar el agua de un agujero que haces en la arena.
¿Pero por qué ahora?
La población de jabalíes crece a un ritmo sostenido de un 7% al año. Es mucho y significa que está lejos aún de alcanzar la capacidad máxima de carga, es decir, su tope. En este momento han empezado a entrar en las ciudades, y eso es algo que no podemos erradicar, pero lo que nos jugamos ahora, lo que es urgente, es evitar que se asienten en las ciudades. Hemos calculado que el jabalí tiene una capacidad reproductora que le permitiría incrementar su población a tasas del 31%.
¿Qué consecuencias tendría un asentamiento de los jabalíes en entornos urbanos?
Hay 87 ciudades en toda España con problemas de jabalíes urbanos. Hay un vídeo en Francia en el que ves lo que pasa cuando entra en un centro comercial, el alboroto, cómo lo encierran en una tienda y ahí lo abaten. ¿Estamos preparados para reaccionar así? En Oviedo ya sabemos que han entrado en un colegio de noche. El día que lo haga en el momento del recreo, ¿sabemos cómo reaccionarán los niños y el jabalí? En Berlín hubo un debate sobre si había que matarlos. El debate se terminó el día en que un ejemplar entró en la autopista y tres personas resultaron heridas.
¿Qué les atrae de las ciudades?
Tenemos una idea un poco bucólica de la montaña, pero en el fondo muy pocas especies, pudiendo, viven en las zonas altas. En los valles y ciudades es donde más facilidad tienen para alimentarse. Hay un vídeo de un jabalí, aquí en Asturias, que con sus patas acciona la apertura de un contenedor para comer. Piensa en nosotros. ¿Dónde se van a vivir los jóvenes? Al barrio con pisos baratos. ¿Y el jabalí joven? A donde no haya otros jabalíes, no le maten y tenga fácil alimentación.
Los ecologistas sugieren que entra en la ciudad por falta de lobos.
Los datos no muestran eso. En Somiedo estudiamos la interacción entre ambas especies, y los lobos acababan con menos jabalíes que los cazadores. Además, se ceban en ejemplares jóvenes, recién emancipados de su madre, pero no tan adultos como para defenderse. El lobo acaba por tanto con un jabalí que, en un porcentaje muy alto, iba a morir de muerte natural, mientras el cazador se centra en adultos reproductores. El riesgo es al contrario. Si el jabalí se asienta en las ciudades detrás de él vendrá el lobo.
¿Qué se puede hacer?
Fastidiarlos, molestarlos en la zona de seguridad alrededor de las ciudades. Organizar batidas con perros para espantarlos hacia los cotos el día antes de que haya batidas. Poner papeleras antijabalí, mejorar la recogida de residuos, enseñar a los policías locales cómo actuar. Multar a quien les da de comer, como en EE. UU., donde pusieron sanciones de 5.000 dólares al que de comida a los osos.
Tenemos la mitad de cazadores que hace 30 años. ¿Qué consecuencias tendría la desaparición de esta actividad?
Está pasando en todas partes y nadie ha encontrado la fórmula para potenciar la caza. Lo cierto es que su desaparición sería un problema añadido para el resto de ciudadanos. Si el jabalí crece ahora el 7%, sin ellos lo haría al 10%.
El ‘cerdolí’ o ‘jabamita’, ¿es un riesgo real o una anécdota?
Ahora la hibridación con cerdos vietnamitas es en Asturias una nota al margen. El problema es que un jabalí tiene cuatro crías pero si se ha cruzado con cerdos llega a los ocho; un aumento de la fertilidad de ese calibre implica que habrá que matar a más. Todo esto empezó con las fotos de George Clooney con un ejemplar pequeño, pero claro, luego crecen y alcanzan los 100 kilos.
¿Y qué se puede hacer con eso?
Multar a quien lo suelta, pero hay un vacío legal ahí. Quienes lo compran dicen que es ganado, porque es un cerdo, entonces no se le pone chip ni se censa. Si se lo tratara como una mascota, sabríamos quién los suelta.
Informa: Ramón Muñiz para elcomercio.es