Montería: opinión sobre las normas del buen montero
La semana pasada publicamos unas normas sobre el buen montero. Y le preguntamos a nuestros usuarios que les parecían. La respuesta ha sido muy interesante. Reproducimos aquí la opinión de Javier Espinella:
«hay dos normas fundamentales que predominan sobre cualquier otra:
1ª No olvidar en ningún momento que lo que tenemos en las manos es un arma de fuego que puede matar a cualquiera de los participantes en la montería, incluido nosotros mismos
2ªNo moverse jamás del puesto asignado ni para mejorarlo ni para pistear hasta que no haya terminado la montería
Por mucho dinero que haya costado el puesto, por muy grande que sea la res. Si no estamos de acuerdo porque no hay tiradero o cualquier otro motivo, al final de la montería se lo haremos saber al organizador y le reclamaremos o, directamente, antes de iniciarse se lo diremos al postor y no ocuparemos el puesto.
Para todo esto hay solución. Una vez que se ha producido la tragedia, no hay nada que hacer.»
Una opinión llena de sentido común y de experiencia montera.
También os traemos la opinión de Ricardo Alonso Barajas Gómez, un montero experimentado. Su lectura no tiene desperdicio y refleja el pensamiento de muchos usuarios con los que he hablado en las últimas semanas.
«Llevo monteando desde mediados de los 70. Primero acompañando a mi padre y ahora es él quien me acompaña. Y no llevo a mi hijo porque me da MIEDO. No he pasado jindama frente a búfalos ni leones, y solo un poco frente a elefantes. Pero en batidas y monterías he pasado MUCHO MIEDO. Hasta el extremo de irme de un puesto. Además de imprudencias de orgánicos y pistoleros varios, que me han puesto el pelo de punta, he visto varios heridos, un amigo retirado de las monterías desde que el “compañero” del puesto de al lado le quitó las gafas de un balazo y muchos, muchos sustos. Demasiados.
Lo de las normas está bien, pero lo importante es que haya sentido común y hacer las cosas bien. Y luego formación, información y seriedad.
Formación, porque no todos conocemos las normas, ni nuestras armas, ni nada de nada. Cada año veo en las juntas a monteros que están empezando a cazar y que no han recibido la “instrucción” mínima de un amigo o familiar. Que no saben distinguir un horquillón de un ciervo, qué es disparar sobre el viso o cuál es el alcance de su arma. No hay que presuponer que todos sabemos todo lo que hay que saber. Creo que los cazadores con licencias de menos de 3 años deberían montear con escopeta, o acompañados de otro montero de mayor experiencia y que sería el responsable en caso de mala actuación del inexperto. En ese periodo deberían ser capaces de aprender lo más básico. No es que una escopeta no pueda matar a un compañero, pero el peligro es siempre menor. Está claro que algunos nos sacamos la licencia tras muchos años de aprendizaje y que unos montean más en un año que otros en seis, pero una media de tres años sería más o menos aceptable para todos. Además, con esto nos quitaríamos a más de un cantamañanas que viene de montería porque no sabe qué hacer con el dinero.
Información, porque, por más que nos duela, deberíamos actuar como las compañías de seguros. Hay que denunciar siempre y si es necesario hacer “listas negras” paras limitar los riesgos. Y aquí el riesgo es de muerte. Todos hemos cometido algún error o imprudencia una vez, pero hay muchos que lo hacen sistemáticamente. Pues, ¡duro con ellos! No basta con que usted y yo nunca más vayamos a una montería organizada por Fulano, que pone los puestos con más peligro para el montero que para las reses. Tenemos que hacer fotos, denunciar a ese Fulano y hacer pública la sentencia. Los blogs no organizan adecuadamente esta información y no son prácticos. Hay que elaborar listas públicas, detalladas, argumentadas con pruebas (sentencias si se puede) y varias referencias y derecho a réplica (tipo Hunting Report). Listas negras deben incluir a:
- Monteros que:
o Tiran:
§ sin seguridad (en línea, sobre el viso o cerca de otros monteros o perreros) o
§ sobre especies o individuos no autorizados o
§ cerca de los perros o en los agarres o
§ hacia la mancha o
§ sin ver claramente a qué disparan o
§ cortando la caza que va a cumplir a otros puestos o
o Se cuecen a copas en la junta
o Se “mejoran” con riesgo para ellos o para otros
o Muestran actitudes violentas y o imprudentes en el manejo de las armas
o Tiran al blanco en la montería
o Llevan los rifles a punto mientras se colocan por si “sale algún “bicho” camino del puesto” (cuando oigo a alguien llamar “bichos” a las reses y cochinos me echo a temblar. Una res es una res; bichos son las cucarachas, las escolopendras los políticos y los de Hacienda).
- Orgánicos que:
o Ponen los puestos
§ Sin marcarlos exactamente en los planos y en el monte (ambos con número)
§ A menor distancia de la legalmente permitida
§ En situaciones expuestas y contra todo sentido común (ocurre mucho en las traviesas)
§ Sin visibilidad, enmontados, etc…
o Traen postores que no conocen la mancha ni saben dónde está el posible peligro.
o No informan adecuadamente de las normas
o No denuncian las infracciones a la Guardia Civil
o No hacen suficientes esfuerzos por mantener la seguridad en general
Finalmente pediría a la Guardia Civil que no interfiera en el desarrollo de las cacerías, pero que sea exhaustiva en su actuación antes y después:
- Exigiendo la presentación de toda la documentación necesaria,
- Haciendo controles de alcoholemia (y hasta drogas) a los cazadores que estimen conveniente,
- Controlando la veracidad y seguridad de la ubicación de los puestos (acompañando al postor cuando los marque o sitúe, por ejemplo)
- Retirando las armas a quienes incumplan la normativa en cuanto a la seguridad en su manipulación.
- Presentándose en la junta de carnes para:
o Verificar que solo se han abatido las especies – individuos autorizados y denunciar a quién haya hecho otra cosa
o Gestionar in situ las posibles reclamaciones (incluso denuncias) que pudieran motivar la mala actuación de monteros u orgánicos.
Con estas ideas a vuelapluma y otras más que se nos puedan ocurrir a todos, no erradicaremos los accidentes en la caza, pero sí podemos limitarlos al mínimo tolerable. No se trata de querer controlarlo todo, pero sí de hacer las cosas bien. Solo eso, bien. Seamos serios; no toleremos a los pistoleros, matarifes, orgánicas pirata, temerarios de gatillo fácil y pseudocazadores esnobs que se cuelan con frecuencia en las juntas y estropean el día a todos. Y defendamos la seguridad de todos; especialmente de los perreros y batidores.
Finalmente quiero abogar por el sorteo por lista. Lo argumento; normalmente monteamos con algún amigo, compañero o familiar de quien podemos fiarnos y con muchos desconocidos. Si nos apuntamos por orden en la lista lo normal es que tengamos a alguien de confianza a un lado, al otro o a los dos. En todas las monterías hay un orden lógico de salida de las armadas. Propongo (y así lo hacemos en algunos sitios) sortear sólo quien va al primer puesto de la primera armada; “El 25- Don Astulfo Sinergio al 1 de La Cuerda del Repetidor” . Pues al segundo puesto de esa armada irá el 26, que normalmente será compañero o amigo suyo. Al tercero el 27 de la lista y así hasta el final. Cuando se completa una armada, sale. Como van juntos los que son amigos o familia, irán en el vehículo y se evitan encajes complicados y confusiones. Cuando se llega al último de la lista, se sigue por el 1 y así hasta el “24- Don Milortrino Finxat al 7 de la Traviesa de las Colmenas”; seguro que en el 6 tiene a su amigo, hermano o socio, que será de quien más se fíe en toda la montería.
Este sistema es más rápido, más seguro, tan aleatorio como cualquier otro y menos accesible al fraude en el sorteo. Yo sé al 100% que ni mi hermano ni ninguno de mis amigos me pondría en peligro ni por el mayor cochino del mundo, que no tiran si no lo ven claro, que no beben sol y sombras en la junta. Si cazara así pasaría menos miedo y podría llevarme a mi hijo.»
Creo que con estas dos opiniones, poco queda más que añadir, ¿algún comentario?