Montería de jabalí en la Sierra de la Sagra
El fin de semana ha sido el peor en cuanto a climatología de todo lo que llevamos de otoño. Amaneció en los Collados de la Sagra con media sierra nevada y con una fina lluvia que no cesó durante toda la jornada, acompañada de cristales de hielo seco.
Se hizo la junta a las 8:30 am, y con agilidad se realizó el sorteo y el reparto de las armadas por posturas, saliendo las primeras posturas a las 9:45. Antes de soltar las rehalas ya se pegaron unos 20 tiros, y las manadas se le levantaban a algunos postores colocando sus puestos.
Los caminos estaban casi intransitables, ya que se trata de tierra arcillosa, limosa y los todoterrenos tenían grandes dificultades de acceder, por lo que en muchos casos se optó por entrar andando.
A las 11:00 se soltaron las rehalas, las cuales nada más soltar de los camiones realizaron las primeras ladras y agarres. El día se presentó con una temperatura a las 12:00 am de 3ºC, con viento, lluvia y hielo.
La gente comenzó a disparar por las posturas altas, señal de que se iban subiendo los cochinos para salirse de la mancha, realizando buena labor los perros, que estuvieron cazando en perfectas condiciones, es decir, bien abiertos, corriendo y sacando buenas ladras, que algunas veces terminaban en disparo y otras veces se le escurrían entre los puestos sin poder hacer nada al respecto.
Se soltaron las rehalas en tres lugares, encontrándose en el centro de la mancha y retrocediendo por sus pasos. Y tanto a la ida sobre todo como a la vuelta sacaron jabalíes.
En la finca también hay gamos y ciervos, con lo que muchas posturas se deleitaron con su bonita presencia, sin poder disparar sobre ellos, ya que se trataba de montería de jabalí.
Como se comenzó a su hora, la jornada llegaba a su fin a eso de las 15:00, recogidas las rehalas.
Me fui por las armadas recogiendo parte de los cochinos cobrados con un remolque, debido al malestar de los caminos. Llegando a la junta y empezaron a llegar las armadas, con sus cochinos cobrados.
Se oyeron bastantes disparos, sobre 120 (más o menos). La gente me comentó que vieron jabalíes, pero que muchos se fueron ilesos tras los disparos de los puestos (se fallaron muchos lances, debido a la mala climatología), y muchos guarros pasaban desapercibidos para los puestos, como según me confirmaban los rehaleros que sacaban los jabalíes de sus encames.
Al final el resultado fue de 36 jabalíes, dos de ellos con buena boca, de los cuales 9 fueron cobrados por los perros.
Al día siguiente me di un paseo por varias posturas que me comentaron creer abatido algún jabalí y la sorpresa fue que me encontré cuatro jabalíes a menos de 50 metros de las posturas que me lo habían indicado, (es decir que ni se acercaron al tiro), y entre ellos un bonito macareno (que te adjunto en la foto).
Después comimos en el Restaurante de los Collados de la Sagra, migas con tropezones, ciervo, entrantes, vinos, café y postre. Y a descansar un rato, que el día fue duro.
Autor: Jorge Escoms Alonso