Menos de 150 urogallos en el Cantábrico

En el 2005 solo quedaban entre 200 y 300 ejemplares de urogallo cantábrico. Hoy, la cifra se ha reducido hasta la mitad. El director del proyecto LIFE+Urogallo y subdirector de la Fundación Biodiversidad del Ministerio, Ignacio Torres, así lo confirmó ayer en la presentación de los resultados finales del proyecto que tuvo lugar en la Casa de Cultura de Ponga y que pretende sentar las bases para conservar la especie. Torres comentó que de cara al próximo año van a actualizar este censo para tener «datos más exactos».

El proyecto LIFE+Urogallo cantábrico ha marcado un antes y un después en la protección de esta ave, que aparece en la lista roja de especies amenazadas de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN). Por primera vez, las administraciones públicas -a todos los niveles-, las entidades privadas y la sociedad civil se han unido para hacer un frente común en defensa de este animal que habita en bosques de haya, roble, serbal y abedul y en algún pinar situado entre 800 y 1.600 metros de altitud, además de en zonas de matorral, claros, pedrizas e incluso pastizales.

Las acciones

La pérdida de un hábitat favorable, la fragmentación de la población, el aislamiento de ejemplares, la depredación, la competencia con otros herbívoros, la colisión con tendidos eléctricos así como otras causas derivadas de la acción humana son las principales causas del declive de la especie en la Cordillera Cantábrica, cuya conservación, según Torres, garantiza la de otras especies que comparten ecosistemas.

En el marco del seminario se expusieron las acciones que se han desarrollado en más de 500 hectáreas para fomentar un hábitat favorable que permita al urogallo cantábrico contar con alimento, refugio y tranquilidad. En este sentido, las tareas de desbroce y aclarado de montes son beneficiosas ya que favorecen la presencia de las arandaneras que son el principal alimento de estas aves, junto con el acebo y el tejo. Desde el 2010 se han actuado en 500 hectáreas. Tras los tratamientos selvícolas que se han utilizado para la reproducción, en el Alto Sil y Omaña se han hallado huevos rotos y ejemplares nuevos y no se han detectado perturbaciones en la especie. La ZEPA Alto Sil alberga uno de los núcleos de mayor población.

La reducción de amenazas naturales es otra de las medidas adoptadas. En este sentido se ha reducido la intensidad del ciervo, cumpliendo los planes de caza y se han llevado a cabo actuaciones para controlar a los depredadores con cámaras de fototrampeo. También se han reducido las amenazas no naturales como la instalación de vallados y alambradas ganaderas. De hecho se han retirado más de 60 kilómetros de vallados peligrosos. La conciliación de usos tradicionales en los montes de utilidad pública es otra de las medidas que favorece la especie.

Centro de cría

El centro de cría y reserva genética del urogallo de Sobrescobio, único en España, es otra de las acciones vitales del programa. Se inició en 2009 con una pareja. Ha recabado importantes datos de la especie. Hoy cuenta con 22 ejemplares, 14 hembras y 8 machos. El problema aquí es la baja tasa de eclosión de huevos, del 36,5%. Las puestas son en mayo. En este tiempo, han llegado a buen término 65 de los 203 huevos recogidos en el monte. Este año, destaca el nacimiento de dos pollos de la retirada parcial de una puesta silvestre.

Informa: Eva Fernández para elcomercio.es