Los expertos piden implicación de los agentes de la autoridad para controlar al jabalí

13 marzo, 2017 • Noticias de caza

La sobrepoblación de jabalíes en Asturias requiere del compromiso de la Policía Local y la Guardia Civil para poder atajarla y evitar que siga aumentando. El biólogo Juan Carlos del Campo y el profesor de zoología Carlos Nores han afirmado durante la feria Asturcaza que las medidas adoptadas para controlar la población de jabalíes, como son batidas excepcionales y ahuyentarlos con perros de las zonas de seguridad, son efectivas. Del Campo y Nores aconsejan que los agentes de la autoridad se impliquen en este control para que la efectividad sea mayor.

El profesor Carlos Nores durante su intervención en Asturcaza.

La situación de sobrepoblación de jabalíes que se da actualmente en la región no es algo por lo que se pueda pedir responsabilidades a nadie, y las únicas medidas que se pueden adoptar para el control de los suidos son las que ya se han puesto en marcha: batidas extraordinarias y ‘perreos’ para sacar a los animales de las zonas de seguridad. Eso sí, con una premisa previa: la involucración tanto de la Policía Local como de la Guardia Civil.

Son las conclusiones a las que llegaron ayer los expertos convocados en la Feria Asturcaza para debatir sobre el presente y futuro de la especie. El biólogo Juan Carlos del Campo y Carlos Nores, profesor de zoología de la Universidad de Oviedo, coincidieron al señalar en sus ponencias que las medidas en marcha en la actualidad, con una batida extraordinaria el pasado viernes en la zona límite de Villaviciosa y Gijón que acabó con cuatro jabalíes muertos, «son las adecuadas».

Porque, como apuntó Del Campo, «si no lo hiciéramos así el número de jabalíes se dispararía muchísimo, se ha calculado que una población teórica de 5.000 ejemplares crecería un 80 por ciento en un año si no hubiera caza». Otros métodos de control de los que se ha hablado en los últimos tiempos, como la captura y traslado de ejemplares a otros lugares o la regulación de la fertilidad de las hembras con inyecciones, «no son operativas, son costosísimas y poco eficaces», asegura Carlos del Campo, para quien lo importante es «involucrar a los agentes de la Policía Local y la Guardia Civil en las labores de control, junto con personal especializado que ayude a estas labores; hay que incentivar más esta vía», afirma.

En el mismo sentido se expresó el profesor universitario Carlos Nores, quien recuerda cómo en países como Alemania se contratan cazadores profesionales cuando es necesario. Una situación que podría llegar a producirse en Asturias «ante el envejecimiento de los cazadores y la falta de relevo».

A ello hay que unir, señalan los expertos, que la presencia del jabalí no es ni más ni menos que el resultado de un cambio de vida en el entorno rural. «La gente ha abandonado el campo para irse a las ciudades», recuerda Nores, lo que conlleva más terreno sin trabajar y más espacios en los que el jabalí se puede reproducir con facilidad. «Es un problema de todos y entre todos lo tendremos que resolver, lo que no se puede es reclamar responsabilidades al Principado; la superficie de bosque ha aumentado, a todos nos parece muy bonito pero tiene consecuencias», alerta el profesor.

La sobrepoblación de suidos es «una cuestión muy compleja», indica Nores, poco partidario de las simplificaciones. Pero lo que está claro, sobre todo «en el caso de Gijón, con numerosos daños en la zona rural», es que la única medida efectiva de control es la de «programar más aguardos, y tal y como ha establecido el gobierno regional, que cada coto organice el número máximo de piezas a batir». Además, Carlos Nores apuesta por «extenderlos de forma constante en el tiempo, porque de nada sirve que sean puntuales», así como «poner en marcha perreos para echar al jabalí de las zonas de seguridad, no pueden crearse refugios porque es entonces cuando la población se dispara».

Y para ello, Nores también defiende que se involucre a la Policía Local y la Guardia Civil. Porque «cuando hay batidas los animales pueden salir a las carreteras y hay que primar la seguridad». En este sentido, los expertos también recomiendan usar escopetas o flechas en vez de rifles, lo que reduciría el riesgo en las cacerías.

Informa Luján Palacios para lne.es


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