«Los cazadores no somos asesinos ni maltratadores de animales»
Miembros de la Sociedad de Cazadores El Urogallo de Ferrol reconocen que la antipatía hacia el colectivo de la caza se ha disparado.
«Queremos que la gente nos permita decirles lo que somos antes de juzgarnos sin saber». Con este mensaje concluye la conversación entre La Voz y la Sociedad Urogallo de Ferrol, la más importante del sector de la caza, por número de miembros, en la comarca. A los aficionados de este ámbito les cuesta hablar de su labor. En los últimos años, con la aparición en escena de las redes sociales, han visto como la antipatía hacia el colectivo se ha disparado. «Nos están haciendo mucho daño. Publican solo lo que les interesa, normalmente fotos de cazadores felices con animales sangrando que no nos representan. Es un tema que nos preocupa mucho», expresa Fran Santiago, vocal de la delegación de La Coruña de la Federación Galega de Caza y socio de Urogallo. «Nuestros enemigos no son ecologistas o animalistas, es aquella opinión pública que no está ni a favor ni en contra, pero que esos colectivos hacen que se posicionen en contra», añade.
Los miembros de esta sociedad se distribuyen por modalidades. Por un lado está la caza mayor, que comprende jabalí y corzo, y por otro la caza menor, que abarca conejo y perdiz. Además, añade Víctor Fernández, tesorero de Urogallo, «una de las especialidades más importantes es la caza sin muerte, que cuenta con numerosos practicantes». El límite «ético» que tienen establecido es el de matar una pieza por cazador y día.
Los profesionales presentes en la conversación, una decena, asienten cuando Víctor dice la frase que encabeza este reportaje: «Los cazadores no somos asesinos ni maltratadores de animales». A partir de ahí, da razones del porqué de la muerte del animal: «¿Por qué matamos? El perro rastreador necesita la muerte del animal de vez en cuando, porque es su instinto. Además, la pieza es comida, nunca la tiramos». A esto agrega que, para él, como para casi todos, «la muerte del animal es el punto en el que se acaba la jornada», por lo que «con lo que más se disfruta es con la adrenalina previa». «La caza no es matar. De hecho, varios compañeros no disponen de arma. Nos gusta el hecho de vernos capaces de coger el coche y el perro, y decir: ‘‘Voy a encontrarte’’», comenta también.
«Ecologistas en la sombra»
Más allá de este debate, se defienden como «los más interesados en respetar el medio ambiente». «Somos más ecologistas que los que se consideran como tal, pero en la sombra», dicen. A continuación, interviene Ricardo López, uno de los veteranos. «Si no es por los cazadores, no habría en el monte más que tojos», subraya. Basa su argumento en la repoblación de especies -continua con su «dinero y esfuerzo», según explican- y en el cuidado de los montes. Desde este año, los cazadores forman parte del operativo autonómico de lucha contraincendios de la Xunta. Asimismo, dejan claro que se gastan «muchísimo dinero» en cuidar de sus perros que, aseguran, «son felices cazando».
Una de las labores más cuestionadas por los grupos animalistas es la de las batidas, que en los últimos años han crecido en la comarca por el aumento de las especie de jabalíes. Cuentan con un plan cinegético, apoyado por Medio Ambiente, en el que se detallan las fechas para realizarlas, entre finales de agosto y principios de febrero en el caso del jabalí. No obstante, a estas se añaden las batidas por daños, que en Ferrol, por ser zona de alto riesgo, se hacen de forma directa tras la aprobación. «La población aumentó mucho, es una especie dañina que hay que controlar», valora el presidente. Colectivos como Libera piden a la Junta «medidas alternativas y no letales».
A pesar de esta labor, la sociedad está más empeñada, dicen, de ir contra ellos. «Como cazador mayormente te tienes que esconder. Yo oculto que lo soy en mi vida diaria», cuenta uno de ellos. En Urogallo confían en que «con educación» lograrán revertir la opinión pública.
Informa Álvaro Alonso para lavozdegalicia.es