Los burros «agresivos» pueden proteger al ganado del ataque de los lobos
Este miércoles se han presentado las conclusiones del «Proyecto de protección frente al lobo de rebaños rumiantes mediante asnos zamorano-salmantinos», que demuestra tras pruebas en campo que la presencia de determinados burros con carácter «agresivo» evita o disminuye los ataques de los lobos al ganado. La Asociación Nacional de Criadores de la Raza Asnal Zamorano-Leonesa y la Diputación de Zamora firmaron hace dos años un convenio para intentar verificar esta teoría que han experimentado en explotaciones ganaderas.
El burro es una especie doméstica con una presencia casi testimonial en el medio rural y el lobo un predador que causa centenares de muertes al año en las explotaciones agrarias. A la vista de experiencias conocidas en otros países donde el asno tiene fama de frenar los ataques lupinos al ganado, la Asociación Nacional de Criadores de la Raza Asnal Zamorano-Leonesa (Aszal) y la Diputación provincial de Zamora firmaron hace dos años un convenio para verificar de un modo fehaciente esta realidad, que serviría además para garantizar la conservación del histórico compañero de fatigas.
El veterinario Jesús de Gabriel y los biólogos Víctor Casas y Javier Talegón ofrecieron ayer las conclusiones del «Proyecto de protección frente al lobo de rebaños rumiantes mediante asnos zamorano-salmantinos» y están convencidos de que la presencia de un burro «con fobia» a los cánidos, y con un carácter de innato «agresivo» se ha demostrado que «es eficaz» para mantener a raya a los lobos y evitar o amortiguar sus ataques a los ganados domésticos. Es preciso, no obstante, que el ganadero realice «un manejo adecuado de la explotación» y contar con la presencia del asno con ganado apropiado, fuera del momento crucial de la paridera y sin perros por medio que pudieran colisionar con el nuevo guardián.
La iniciativa contó con el respaldo económico de la Diputación provincial de Zamora, que aportó 20.000 euros. El diputado de Agricultura y Ganadería, además de ganadero, José María Nieto Vaquero, expresó ayer que la Institución provincial «estudiará» si sigue financiando el proyecto. Reparó, no obstante, en la denuncia «de continuados ataques del lobo por parte de los ganaderos, de que es un patrimonio del medio natural, de los importantes daños que causa y del fuerte enfrentamiento que se da entre los detractores y conservadores del lobo». En esta atmósfera el burro se presenta como una medida más de prevención. «Es necesario buscar nuevos usos para que el burro siga cumpliendo funciones y garantizar su futuro» dijo el diputado.
«A priori, algunos burros tienen una aversión, ‘mala leche’ frente a animales que se acercan al ganado; que salen corriendo y pueden cocear. Son animales grandes, de unos 300 kilos, con mucha fuerza, que pueden matar, que rebuznan y pueden cargar contra otros animales» señaló Talegón.
Para el desarrollo del proyecto «se seleccionaron asnos que mostraron mayor agresividad hacia los cánidos domésticos, que fueron en total una decena de ejemplares». En este caso, «los ejemplares elegidos fueron machos castrados de una edad que variaba entre los tres y los seis años». También se seleccionaron «dos mulos, animales con enorme capacidad de resistencia, agilidad y gran porte, para intentar probar también su eficacia en la tarea de defensa del ganado frente a los depredadores».
El proyecto se puso en práctica en explotaciones de La Bóveda de Toro, Guarrate, El Maderal y Fuentelapeña, tres de vacuno bravo y dos de vacuno manso, y todas ellas de extensivo.
Bermejo y Mular, al decir de Jesús de Gabriel, fueron dos ejemplares que han dejado impronta en esta defensa de la vida y del territorio ante la presencia de predadores dispuestos a hincar el diente.
El presidente de la Asociación Nacional de Criadores de la Raza Asnal Zamorano-Leonesa, Víctor Casas, defendió ayer otras facetas del burro y otras razones para apostar por su conservación. «Cuantos menos burros quedan más nos damos cuenta de su importancia para el medio rural de Zamora y de la región», subrayó. Aszal precisa que «el censo actual ronda los 1.000 ejemplares, muchos de ellos con una edad elevada con lo que la población corre peligro de reducirse considerablemente a medio plazo, según consta en el documento aportado».
Para Casas el asno cumple «un papel fundamental para singularizar el medio rural», y supone «un patrimonio recreativo y turístico» en un medio rural «lleno de potencialidades, de patrimonio y de naturaleza pero donde falta de gente y pasa por un mal momento porque somos incapaces de buscar alternativas».
«No solo es conservar el burro y mantener animales hermosos, necesitamos que sean animales con pureza racial y buscar alternativas y un hueco en el siglo XXI para una raza que tiene un gran valor en trabajos forestales, en la producción de leche para cosmético y jabones, y en actividades ligadas a la naturaleza y al turismo».
Informa J. A. García para laopinióndezamora.es