Lobo Marley sobre su compra de permisos de lobo
Hace unos días se supo que la asociación Lobo Marley se había adjudicado dos permisos de caza de lobo en la Sierra de la Culebra. La asociación recaudo el dinero de forma popular y accedió a la subasta donde consiguió dos permisos. Su idea no es cazar esos lobos, sino controlarlos y que sigan formando parte del ecosistema de la zona.
La polémica esta servida. Todas las noticias relacionadas con el lobo traen discusión, polémica y rechazo por algún actor implicado en la misma.
Recordemos que esta subasta se realiza como medida de control poblacional del lobo en la zona. Y aquí es donde surge el primer enfrentamiento. Nadie se pone de acuerdo sobre la población de lobo en España. Y mientras, los ganaderos de muchas zonas se quejan amargamente de los ataques del lobo. Y todos se acusan entre todos.
Nosotros nos hemos puesto en contacto con la asociación para que nos aclarara un poco más su postura. La pregunta clave es si esos dos lobos atacaran al ganado, ¿quién pagaría los daños? su respuesta es:
«Sobre el tema de los lobos comprados, ya sabe usted si es cazador, que las piezas consideradas cinegéticas, no se son de nadie hasta que se cobran en los lances cinegéticos.
Sobre este tema, las consideraciones y acciones posteriores a la adquisición de los derechos sobre estos dos lobos, son complejas y extensas y se encuentran dentro de un proyecto que no vamos a desvelar de momento, pero si le podemos decir, que en todo caso y dentro de las reservas regionales de caza, la responsabilidad de los daños causados por la fauna, es de la administración.»
A la cuestión de como se debe controlar el lobo para evitar daños al ganado, esta es su respuesta:
«El tema puede ser muy extenso, pero vamos a tratar de exponerlos de forma resumida pero perfectamente comprensible.
El control de lobo, siempre es la última opción.
La problemática con la ganadería se genera por dos causas fundamentales que son las que se han de resolver para minimizar el conflicto de este sector con el lobo.
Las causas son la demora en el pago de los daños causados por el lobo, lo cual de forma absolutamente justa en muchos casos ( no en todos), enfada e indigna a los ganaderos que sufren estos daños en su ganadería y la falta de medidas preventivas para evitar el ataque de depredadores por parte de los ganaderos.
En el año 2005, varios biólogos, entre los que se encontraba Juan Carlos Blanco, llevaron a cabo un proyecto denominado LIFE-COEX con el fin de poner en práctica y favorecer medidas preventivas en las ganaderias de distintas comunidades autónomas con población de lobo.
El éxito de esas subvenciones ofrecidas para medidas preventivas, fue muy escaso, siendo muy poco demandado o incluso rechazado (caso asturiano) por los ganaderos.
En este sentido, la Junta de Castilla y León, tras aportar un documento justificativo para la modificación del actual plan lobo, deja ver como las medidas preventivas, no son ni mucho menos una prioridad en sus políticas de conservación y gestión del lobo, lo que es muy preocupante.
Los impagos por daños al ganado que generan indignación y provocan la venganza sobre el lobo en vez de sobre la administración y al final es la pescadilla que se muerde la cola en este círculo vicioso.
Lo fundamental en las políticas de conservación y gestión del lobo es fomentar de manera real y efectiva, las medidas preventivas para evitar ataques al ganado y posteriormente y en su caso, indemnizar de forma rápida a los ganaderos afectados.
Estas medidas disminuirían drásticamente el conflicto.
Como última medida y si no existe otra posibilidad porque hay un ejemplar de lobo viciado en el ganado, se podría previa identificación del ejemplar, su control.
Es necesario tener en cuenta, que en muchos casos, es la propia caza del lobo, la que desencadena estos ataques al ganado, ya que la desestructuración de las manadas, en estos animales con un entramado social tan complejo y maravilloso, fomenta ejemplares incapacitados para cazar presas silvestres.
En este sentido, existe una tesis doctoral de un biólogo, Alberto Fernández Gil, sobre grandes carnívoros en la Cordillera Cantábrica, la cual demuestra que a más controles de lobos, más ataques al ganado por los motivos expuestos.
Por lo tanto, hay varios factores que afectan los ataques al ganado, y ninguna desdeñable.
También quisimos saber porque, según su opinión, la administración no tomaba medidas similares a las que toma con el lince para su conservación, con el lobo si este esta en peligro de extinción.
Su respuesta es la siguiente:
«El lince es un felino que ha estado al borde de la desaparición y ahora se encuentra en vías de recuperación aunque en peligro aún, sin olvidar que existen expertos que auguran un mal futuro para el lince.
El lobo no se encuentra en peligro inminente de extinción, pero si se encuentra en peligro su viabilidad a largo plazo si se sigue cercenando con su caza y control su moderada o baja diversidad genética, que es en definitiva lo que hay que atender y no olvidar, si no, nos encontraremos gastando millonadas como con el lince el urogallo para evitar su extinción abocada por nuestra imprudencia ecológica.
La prevención es la lección que una y otra vez nos da la naturaleza, pero que nos empeñamos en desatender.
En este sentido, las políticas medioambientales, no se hacen eco de los problemas hasta que no están al límite y es ahí donde no debe llegar el lobo, al límite de su superviviencia.
Aparte, la administración, desatiende el plano científico y ecológico sobre el lobo porque es una especie problemática para algunos sectores, manteniéndolo como especie cinegética y controlable es políticamente más generadora de reditos en votos que de la otra manera.
En este sentido, nosotros le podríamos devolver a usted la pregunta, ¿porqué el buitre negro, con más de 600 parejas reproductivas en España, (más parejas que de lobo), no es especie cinegética?. Es un ejemplo de los muchos que le podríamos poner.
Nosotros lo tenemos claro. El lobo es el «paria» de la naturaleza; perseguido, incomprendido, con una fama injustificada, etc; todo ello, genera por parte de los gestores políticos, que el lobo aún en un estado de conservación delicado, no deje de ser una pieza cazable con el fin de apaciguar la ira y la injusticia( generada por los políticos en su mala gestión indemnizatoria), para ese sector perjudicado que demanda soluciones y que en manos de los dirigentes de la administración, siempre es más barato matar lobos que indemnizar correctamente ganaderos.
Agradecer a Lobo Marley que respondiera a nuestras preguntas. Ahora, queda a cada lector sacar las conclusiones pertinentes.