Leishmaniosis en los perros de caza (y II)
Hace unos días ya avanzábamos información sobre la Leishmaniosis, una grave enfermedad que tiene en alerta a los cazadores, especialmente a los rehaleros por su virulencia en España.
Ahora vamos a hablar de la prevención y de las causas de la enfermedad. Hay que tener en cuenta que la leishmaniosis causa la muerte en la mayoría de los perros de caza afectados si no reciben tratamiento y vigilancia posterior. Para los cazadores, que suelen tener más de un perro de caza, es importante señalar que existe un riesgo de contagio de hasta el 18%. El riesgo es mayor en zonas rurales y cuánto más alta sea la temperatura.
Los tipos de Leishmania son: Leishmania tropica, major, infantum. No vamos a entrar en detalles porque no es el objetivo de esta noticia.
Si piensas que tu perro de caza tiene Leishmaniosis, visita a tu veterinario quien realizará una prueba analítica mediante una muestra de sangre de tu perro. También se puede acompañar de una muestra de la médula ósea o del tejido de un gánglio linfático inflamado para examinarla al microscopio y detectar los parásitos si el veterinario detecta que es necesario.
Es importante recordar que revises todos tus perros de caza si alguno ha sufrido la enfermedad porque exist un período de incubación que puede variar entre 3 meses y 18 meses y de forma excepcional, la enfermedad puede permanecer en latencia durante varios años. Algunos perros son resistentes y, aunque reciban picaduras de los flebotomos, nunca mostrarán síntomas de la enfermedad siempre y cuando estén correctamente alimentados y no estén sometidos a estrés, cosa que los cazadores tienen a bien.
Es importante recordar que la leishmaniosis canina se puede tratar, pero no curar. El tratamiento solamente suprime los síntomas y no impedirá que tu perro tenga una recaída posterior.
Un tratamiento puede durar varias semanas, pero el parásito siempre permanecerá en el perro. Hasta el final de la vida del perro, periódicamente los síntomas pueden volver a aparecer y se tiene que repetir el tratamiento.
Por tanto, lo mejor que se puede hacer es la prevención. Aún no existe una vacuna frente a la enfermedad pero si eficaces repelentes.
En definitiva, cuida a tu perro de caza contra esta enfermedad, tan dañina y perjudicial.