Las japonesas avanzan en un terreno históricamente masculino: la caza

Desde finales de los años 90 el número de ciervos en Japón saltó de menos de 400.000 a más de tres millones, según el ministerio de Medio Ambiente; la población de jabalíes se duplicó a más de un millón en el mismo período.

Chiaki Kodama sopla su silbato llamador de ciervos y rápidamente aparece un ciervo macho. Ella toma posición lentamente y aprieta el gatillo. Momentos más tarde, Kodama y una amiga que realiza su primera salida de caza buscan al animal herido por el bosque.

Las cazadoras Chiaki Kodama y Aoi Fukuno cargan un ciervo prefectura de Fukui / Reuters. Thomas Peter

«Hay que tratar de seguirle el rastro de sangre en el suelo», aconsejó Kodama mientras se dirigían a una ladera de la montaña en la prefectura de Fukui, en Japón.

La cazadora de 28 años, que tiene un negocio de peluquería, es parte del pequeño pero creciente número de japonesas que entra a un mundo predominantemente masculino como es el de la caza, donde en otras épocas los hombres incluso tenían prohibido hablar con las mujeres antes de salir a realizar esa actividad.

La cazadora Chiaki Kodama sopla su silbato llamador de ciervos en Oi prefectura de Fukui / Reuters. Thomas Peter

A medida que la fraternidad de hombres cazadores se reduce debido a que los jóvenes no siguen las tradiciones y disminuye la población rural, comienzan a ser reclutadas mujeres para ayudar a proteger las granjas contra los ciervos y jabalíes que son considerados como una peste por los agricultores.

El granjero Manabu Ushiyachi dice que, en lo personal, él da la bienvenida a cualquier cazador, sea hombre o mujer, para mantener alejados a los jabalíes salvajes que comen sus hortalizas.

Un ciervo abatido en Oi prefectura de Fukui / Reuters. Thomas Peter

 

«Hay granjas que han sido devastadas por completo», dijo, y agregó que en su caso sus intentos de poner trampas contra los animales fracasaron.

Desde 2008, los granjeros japoneses perdieron unos 170 millones de dólares por año debido al creciente número de ciervos, jabalíes, monos y pájaros, informó el mes pasado el Ministerio de Agricultura.

«Intentamos métodos como la construcción de barreras para minimizar el número de muertes, pero no fue suficiente», dijo Kazuhiro Akiba, jefe de la oficina de Control de la Vida Salvaje en Fukui.

La cazadora Chiaki Kodama carga a un ciervo en su camioneta en Oi prefectura de Fukui / Reuters. Thomas Peter

Akiba dijo que la caza resulta entonces indispensable «para mantener el número de animales bajo control y un ecosistema sano».

Del total de 105.000 cazadores registrados en Japón, dos tercios son mayores de 60 años, y sólo 1169 son mujeres, según la Asociación Nacional de Caza, que llegó a tener medio millón de cazadores en los años 70.

Los grupos de cazadores y los gobiernos locales están tratando de reclutar mujeres cazadoras también a través de las redes sociales y ofrecen tours de caza y entrenamientos teóricos.

La cazadora Masami Hata dispara a un pato en Hakusan, prefectura de Ishikawa / Reuters. Thomas Peter

El sitio de la Asociación Nacional tiene un blog titulado «¡Conviértete en una mujer cazadora!», donde las mujeres cuentan sus experiencias. Una de las mujeres que escribió en el blog destacó «el amable gesto» de incluir baños portátiles para mujeres en las cabañas de caza.

En algunas prefecturas japonesas las mujeres pueden inscribirse en cursos o tours de caza. Otras, como Kodama, brindan entrenamiento en el terreno.


La niebla matutina se levanta en un coto de caza en Hakusan, prefectura de Ishikawa / Reuters. Thomas Peter

Tras dispararle al ciervo, Kodama y su amiga de 28 años, Aoi Fukuno, siguieron la huella de sangre del animal herido hasta encontrarlo muerto junto a un árbol caído. Kodama le enseñó entonces a su compañera cómo destripar al animal y luego lo llevaron junto a un río para lavarlo.

Un ciervo muerto en Oi prefectura de Fukui / Reuters. Thomas Peter

«Es muy interesante poder ver finalmente con mis propios ojos lo que leí en los libros para obtener mi licencia», dijo Aoi.

Textos por Megumi Lim / Reuters

Edición Fotográfica: Alfredo Sánchez

Publicado en lanacion.com.ar