Christian Cortázar: «Las cuatro especies silvestres que deben preocuparnos en relación con la tuberculosis en España son jabalí, ciervo, gamo y tejón»
Christian Gortázar es doctor en Veterinaria y responsable del grupo de investigación SaBio (Sanidad y Biotecnología) del IREC, el Instituto de Investigación en Recursos Cinegéticos, que depende de la Universidad de Castilla – La Mancha y del CSIC. Acaba de publicar, junto a su compañero Pelayo Acevedo y a técnicos de Sanidad Animal de la Junta de Castilla y León, un estudio referente a la prevalencia de la tuberculosis en especies salvajes y domésticas en dicha Comunidad.
El estudio, basado en un amplio programa de vigilancia desarrollado por la Consejería de Agricultura y Ganadería de Castilla y León, analiza los factores de riesgo de tuberculosis para bovino, caprino y jabalí y tiene implicaciones para otras regiones de baja prevalencia. El modelado reveló que el principal factor de riesgo de tuberculosis para el ganado bovino es su propio manejo (explotaciones de carne, pastos comunales). Sin embargo, en algunos casos la abundancia de jabalíes, la infección por bacterias del complejo M. tuberculosis (CMT) en jabalíes y la presencia de vallados cinegéticos también contribuyeron a explicar la tuberculosis del ganado.
Los investigadores concluyen que el Mycrobacterium tuberculosis complex o bacilo de Koch es de carácter multi-anfitrión en Castilla y León, dándose en jabalíes, ganado y de forma local en ciervos y gamos. La detección de jabalíes infectados en fincas cerradas triplica a la que se da en abiertas; los pastos comunales son un riesgo de contagio y la prevalencia es muy baja comparada con la detectada en el sudoeste de España. El estudio de la tuberculosis animal en regiones de baja prevalencia también ha desentrañado otras conclusiones: especies como el tejón están insuficientemente estudiadas y, por otra parte, la caza parece incapaz de controlar la sobrepoblación de jabalíes como freno a la enfermedad.
¿Por qué estudiar regiones con baja prevalencia en animales silvestres y de ganado? ¿Hay factores aún por descubrir sobre la transmisión u hospedaje animal de la enfermedad?
¡Desde luego! En todo el mundo existen zonas calientes en las que se concentran la inmensa mayoría de los estudios: Michigan en Norteamérica, el parque Krüger en Sudáfrica, la isla sur de Nueva Zelanda, el suroeste de Gran Bretaña y desde luego el centro-sur-oeste de la península ibérica. Pero fuera de estas zonas calientes también hay fauna, y ganado extensivo. Necesitamos entender en profundidad cada sistema para poder diseñar medidas de actuación adecuadas a cada caso.
El estudio deja claro que en los terrenos cercados la frecuencia (prevalencia) del bacilo de Koch se triplica con respecto a fincas abiertas y aspectos como la alimentación suplementaria masiva pueden ser negativos. ¿Hasta qué punto un manejo óptimo es importante para erradicar la tuberculosis del campo?
Las bacterias causantes de la tuberculosis pueden infectar a varias especies, domésticas y silvestres. Cuando una especie animal es capaz no sólo de infectarse, sino también de desarrollar la enfermedad hasta el punto de convertirse en transmisores eficaces, la llamamos hospedador. Una población de hospedadores silvestres, por ejemplo de jabalíes, tiende a presentar mayor prevalencia (proporción de infectados) cuando se encuentra a mayor densidad (animales por superficie) y más agregada en el espacio, por ejemplo en torno a comederos o puntos de agua. Además, hay factores genéticos (determinados genes o simplemente la endogamia) y otros factores que pueden dar lugar a más tuberculosis en poblaciones cerradas.
Los cerramientos generan más positivos de tuberculosis, pero los pastos comunales también son fuente de contagio. No siendo posible aislar fauna salvaje del ganado, ¿cuál es el modelo óptimo para frenar la enfermedad?
No creo que haya una única solución, la bala de plata. Más bien que habrá que diseñar soluciones para cada situación. Por eso es tan importante caracterizar bien cada sistema. Una vez conocidos los principales hospedadores, sus interacciones y otros aspectos epidemiológicos, es posible diseñar planes de actuación. Como base, estos planes deben partir de una buena monitorización tanto de las poblaciones animales involucradas (domésticas y silvestres) como de su estado sanitario. A partir de ahí las opciones son variadas y seguramente complementarias entre sí: bioseguridad, control poblacional y vacunación.
¿Qué hace convertirse al jabalí en principal hospedador de la tuberculosis?
Los jabalíes con infección confirmada presentan ADN del complejo M. tuberculosis en el 18-54% de los hisopos oronasales y el 5-26% de las muestras fecales. Un tercio de los jabalíes infectados puede ser considerado “superexcretor”. Estos “superexcretores” con tuberculosis generalizada son probablemente los principales diseminadores del bacilo en espacios naturales y explotaciones ganaderas vecinas. No obstante, el papel del jabalí como hospedador del CMT fuera de las regiones mediterráneas de alta prevalencia está aún por definir.
¿Hasta que punto es necesario estudiar especies como el tejón? ¿Pueden ser tan significativos como portadores de la enfermedad en climas continentales como son los ungulados en climas mediterráneos?
Las cuatro especies silvestres que deben preocuparnos en relación con la tuberculosis en España son jabalí, ciervo, gamo y tejón. En la mayor parte de la España seca, las densidades de tejón son tan bajas (<1 por km2) que no suponen un riesgo significativo. Sin embargo, donde el hábitat permite densidades más altas, el tejón seguramente contribuye a la comunidad de hospedadores. Esto lo están investigando en profundidad los colegas del SERIDA en Gijón, como Ana Balseiro.
¿Toda la cabaña ganadera se sanea periódicamente y los casos de tuberculosis se eliminan? Solo se detecta la enfermedad en el jabalí y el venado cuando están muertos. El manejo y la prevención en ganadería y caza son dispares. ¿Qué recomendaría?
Hay que cambiar el dogma y España lo está haciendo: el dogma clásico era que la tuberculosis era una enfermedad esencialmente bovina. Sin embargo ahora reconocemos que se trata de una infección multi-hospedador, con participación de varios hospedadores domésticos, no sólo el ganado bovino, y varios hospedadores silvestres. Partiendo de ese reconocimiento, el Ministerio de Agricultura cuenta con un plan de actuación que puede encontrarse en su web, con el acrónimo Patubes (Plan de actuación sobre tuberculosis en especies). Ese plan revisa la situación actual y plantea actuaciones.
Partiendo de que mientras haya convivencia de ganadería y fauna salvaje, o concentraciones de esta última bajo cerramientos, la tuberculosis no se podrá erradicar, ¿se puede controlar?
Nuevamente, se trata de ir cambiando dogmas. Como ya dijeran algunos investigadores británicos hace 20 años, no es posible erradicar un patógeno que es compartido por varios hospedadores, actuando solamente sobre uno de ellos. Eso mejorará con la aplicación del Patubes. En las zonas de mayor prevalencia, donde conviven altas densidades de ungulados silvestres con ganadería extensiva, habría que pensar más en el control que en la erradicación. Aplicando las recomendaciones del Patubes estoy seguro de que podemos mejorar mucho la situación, y así se ha venido demostrado en pequeños experimentos desarrollados por varios grupos de investigación españoles. En este contexto, es necesario contar con dos actores clave: ganaderos y cazadores. En cuanto a los ganaderos, sus esfuerzos por mejorar la bioseguridad de las explotaciones son fundamentales. Y los cazadores tienen la responsabilidad de la gestión sensata de la caza, desde muchos puntos de vista.
En el estudio afirman que la presión cinegética es baja en Castilla y León si se quiere evitar el aumento de la población de jabalíes. ¿A qué densidad óptima habría que llegar (jabalí/hectárea) para controlar la enfermedad o cómo sería el control poblacional adecuado de la especie?
No hay cifras mágicas y además, estimar con precisión la densidad de jabalíes resulta muy costoso. Más bien, lo que se pretende es frenar el actual crecimiento exponencial de la especie. Según Jose Luis Garrido, en los últimos 30 años los resultados de caza del jabalí se han multiplicado por 10 en España. De continuar esa tendencia, los daños, los impactos medioambientales y sobre todo los problemas sanitarios derivados de la sobreabundancia de jabalíes van a resultar insoportables.
¿Algo que quiera añadir sobre la relación entre la enfermedad y la caza?
Pienso que los cazadores deberían aprovechar este tren de la sobreabundancia de ungulados y su control por medio de la caza y de la gestión cinegética sensata, para ponerse una merecida medalla ante una sociedad cada vez más penetrada por el síndrome “Bambi”.
Apunte final… para los lectores de CAZAWORLD.
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