Las cotorras son los mayores enemigos de los nóctulos gigantes

Un estudio del CSIC reitera el grave impacto de las cotorras de Kramer porque expulsan de sus nidos y matan a los mayores murciélagos europeos en el parque María Luisa de Sevilla.

La cotorra de Kramer (Psittacula krameri) y la cotorra argentina (Myiopsitta monachus) protagonizan desde hace tres décadas una de las invasiones más espectaculares y sonoras de las ciudades de buena parte de nuestro país. En algunos casos, la presencia de estas especies invasoras no pasa de ser una anécdota pero en ocasiones se convierte en un drama ecológico.

En el caso de Sevilla, con especial intensidad en el famoso parque de María Luisa, las cotorras de Kramer se han convertido en una amenaza directa para la supervivencia de la población local de nóctulo mayor o nóctulo gigante (Nyctalus lasiopterus), el murciélago de mayor tamaño que vive en Europa; considerada como especie “vulnerable” a escala global por la Unión Internacional de Conservación de la Naturaleza.

Las cotorras expulsan de sus nidos a los nóctulos y provocan heridas mortales en muchos ejemplares jóvenes y adultos, según documenta un estudio publicado ahora por investigadores del CSIC en la revista Royal Society Open Science , y destacado en el diario The New York Times .

Los primeros estudios sobre los efectos negativos de la colonización de las cotorras de Kramer en la población de nóctulos de Sevilla se llevaron a cabo hace cinco años. Después de diversas publicaciones científicas, las autoridades de la capital andaluza aprobaron un plan para controlar la expansión de las cotorras pero paralizaron parcialmente su ejecución debido a las quejas de diversos colectivos preocupados por el uso de métodos de caza en estas intervenciones. El verano de 2017, en concreto, el Ayuntamiento de Sevilla suspendió la contratación de un servicio para reducir la población de cotorras con el uso de escopetas de perdigones.

Los autores del nuevo estudio recuerdan que «ambas especies comparten preferencias por las mismas cavidades de árboles para la reproducción». La competencia tiene un claro vencedor, mientras que el número de nidos de cotorras de Kramer en el parque de María Luisa «aumentó en un factor de 20 en 14 años, el número de árboles ocupados por nóctulos disminuyó en un 81%».

Las cotorras ocuparon la mayoría de las cavidades utilizadas previamente por nóctulos, y se muestran agresivos con los mamíferos voladores provocando la muerte de muchos de ellos, indican los investigadores del CSIC. «Estos resultados indican un fuerte impacto [de las cotorras sobre los nóctulos] a través del desplazamiento del lugar de cría y la muerte por competencia directa; y resaltan la necesidad de una investigación a largo plazo para identificar los impactos inesperados que de otro modo serían pasados por alto», concluyen los autores.

Informa lavanguardia.es