La sobrepoblación del jabalí es una clara amenaza para las aves de La Mancha Húmeda
Un estudio coordinado por el IREC, realizado por Sabiotec y Global Nature, refleja la influencia de los jabalíes en especies vulnerables como las anátidas.
El jabalí es uno de los predadores que causan más daño a otras especies, sobre todo a las nidadas de las aves y a las crías de mamíferos de menor tamaño como el conejo, además de ‘arrasar’ explotaciones agrícolas.
Así lo vienen comprobando temporada tras temporada agricultores y cazadores en el desarrollo de su actividad, y en los últimos años son los científicos quienes han consignado la correlación en la aminoración de ciertas especies de aves y la presencia del jabalí, “con un olfato y un oído prodigiosos” a la hora de descubrir nidos, pollos o crías.
Mariana Boadella, investigadora de la empresa SABIO Tec, vinculada a la Universidad de Castilla-La Mancha, ha encabezado, junto a otros seis expertos de diversos centros científicos, un estudio sobre el impacto de la predación del jabalí en especies de fauna silvestre asociada a los humedales manchegos.
Boadella explica que el proyecto, ya concluido en el campo y ahora en fase de análisis, surgió por la evidencia de que “ciertas especies acuáticas no criaban por igual” debido a la mayor presencia del jabalí en el complejo lagunar de La Mancha Húmeda, un espacio ubicado en las provincias de Toledo, Ciudad Real y Cuenca, declarado Reserva de la Biosfera
El proyecto comenzó en 2015, en base a un censo de aves realizado en este espacio protegido por Global Nature, que paralelamente fue complementado desde el Instituto de Investigación en Recursos Cinegéticos (IREC) y Sabio Tec con otro inventario de mamíferos, en este caso de jabalíes y conejos.
En concreto, compararon muestreos de mamíferos para estimar la abundancia de jabalí, carnívoros y conejos, además de conteos de aves acuáticas y sus pollos en el entorno de 26 lagunas de la Mancha Húmeda.
“Nos dimos cuenta de que en más del 80% de las lagunas había presencia de jabalí, en algunas de ellas de manera más puntual y en otras, con importantes densidades”, explica Boadella, unos datos apriorísticos que tras ser cruzados dieron como resultado una “correlación negativa” en relación a la productividad de la comunidad de aves acuáticas.
Así, tal y como recoge el estudio ‘El incremento poblacional del jabalí amenaza la fauna silvestre asociada a los humedales’, “cuanto más jabalí hay, menos producción de anátidas (hacen los nidos fuera del agua o en islas), mientras que otras acuáticas que crían en aguas profundas no están amenazadas”.
Son especies, según la científica, “altamente vulnerables” las que crían en islas o playas, como cigüeñuelas o avocetas, mientras que las menos afectadas son aquellas que crían en nidos flotantes y aguas profundas, como los somormujos o zampullines.
De la misma manera, observaron cómo la población de conejo en dichos entornos se ve diezmada cuando conviven con los suidos, y por tanto hay “un claro efecto negativo de este mamífero en la abundancia de conejo (Oryctolagus cuniculus)”.
Preservar a las especies más vulnerables
Boadella destaca los beneficios de dichas monitorizaciones para la administración y conservación de la fauna silvestre, “fundamental para abordar los planes de gestión poblacional del jabalí en humedales y preservar, así, a las especies más vulnerables”, tras los desequilibrios de sus poblaciones constatados en España, y en toda Europa.
“El jabalí está en expansión y es un problema europeo tanto geográfico, como demográfico, ecológico y sanitario”, porque “se encuentra donde no había”, debido a múltiples factores como una menor presión cinegética, la modificación de los usos del suelo, el cambio climático, el abandono rural o las nuevas prácticas agrícolas “que han puesto al jabalí el hábitat perfecto”, según la doctora en Veterinaria.
Ese el caso de las extensiones de maizales regados en espacios cercanos a dichos humedales, que representan un escenario “óptimo” para atraer a unos ungulados “muy plásticos”, ya “descontrolados” al haber “aprovechado esos cambios de hábitats”.
Boadella incide “en las consecuencias negativas” de la llegada de poblaciones de jabalíes a entornos donde históricamente no había, y lamenta que la administración “no haya sabido anticiparse a las consecuencias” y se hayan alcanzado escenarios con abundancia de este depredador en fase muy activa, ahora “complejo de controlar”, que provocan conflictos sociales (accidentes) y sanitarios (tuberculosis o peste porcina africana).
Por ello, la científica insta a las autoridades de Medio Ambiente “a ponerse las pilas” para “buscar soluciones” y controlar al jabalí, dado que la caza en los periodos hábiles “es insuficiente”. Apuesta por respaldar los trabajos de técnicos y científicos de centros “punteros a nivel mundial” como el IREC para “ver si lo que hacemos es suficiente” ante la ruptura del equilibrio natural entre las distintas especies.
Autores del estudio
Los autores del estudio son José A. Barasona, del grupo VISAVET de la Universidad Complutense y del Instituto de Recursos Cinegéticos de la UCLM (IREC), Mariana Boadella (SABIO Tec), Christian Gortazar, Joaquín Vicente, Javier Viñuela, y Xurxo Pinheiro, del IREC, y Carlos Zumalacárregui, de la Fundación Global Nature
Informa Julia Yébenes para lanzadigital.com