La riqueza cinegética del Monte de Villalpando es su mejor recurso económico

El Raso de Villalpando es uno de los montes de utilidad pública de la provincia de Zamora. Esta masa forestal  de 1.600 ha en plena Tierra de Campos aporta beneficios que provienen de los aprovechamientos cinegético y forestal. La mancomunidad de 13 municipios que lo gestiona recibió 7.300 euros en 2016 por la caza y la venta de piñas.

La Mancomunidad del Raso de Villalpando está instalando en cada uno de los 13 municipios que la integran paneles informativos sobre las características del monte público para que vecinos y turistas conozcan las especies vegetales y animales que pueblan esta masa arbórea, «el pulmón» de Tierra de Campos, con sus 1.600 hectáreas.

Pulmón y fuente de recursos en plena Tierra de Campos zamorana / José Luis Peñas

Según los paneles, que incluyen una fotografía aérea de la zona, el bosque esta compuesto principalmente por repoblaciones de pinos, concretamente piñoneros (Pinus pinae), resineros (Pinus pinaster) y, en menor medida, el pino albar (Pinus nigra) o el pino silvestre (Pinus sylvestris). También existen algunas zonas de encinares, en los claros entre pinares, testigos de lo que fueron antiguos linderos entre fincas, con presencias aisladas de otras especies como el piorno, la esparraguera, el peral montés, el majuelo y la estepa vaquera. Abundan asimismo las zonas de monte bajo con jaras y tomillares, que han crecido en áreas de cultivo abandonadas. Se puede distinguir tomillo blanco, salsero y cantueso.

Caza

La fauna campa con libertad en este refugio arbóreo en el medio de la estepa cerealista, no en vano se trata de un coto de caza que actualmente explota una empresa vallisoletana. Entre las especies cinegéticas se dan algunas caza mayor como el corzo o el jabalí, pero fundamentalmente abunda la caza menor, aves como la codorniz, la perdiz roja y, tratándose de la Tierra de Campos, sobre todo colúmbidas como la paloma bravía, la paloma torcaz y la tórtola.

Tampoco faltan rapaces como el azor, el águila calzada, el águila culebrera, el gavilán, el milano negro e incluso, según el cartel, algún milano real. Con estas aves conviven otras más difíciles de avistar por sus hábitos nocturnos, como cárabo común, el búho chico y el autillo, y en zonas abiertas a otras aves la lechuza común y el mochuelo.

La mancomunidad que gestiona los recursos de este bosque ingresó en 2016 7.300 euros. La riqueza cinegética y las piñas son sus principales ingresos, en el pasado la madera generó los mayores beneficios económicos, aunque en la actualidad es un recurso casi agotado.

Informa laopiniondezamora.es