La realidad de la caza
Septiembre comienza y, con él, vuelven las ganas, la pasión, las noches sin dormir, los nervios de los días previos al momento de salir de caza. Llega septiembre y comenzamos una temporada nueva, con ilusión de vivir los mejores lances, de seguir practicando este arte, el deporte que tanto nos apasiona y que tantas veces nos quita el sueño. Llega el momento de vivir la caza, de dejar de contar las batallas en pasado para contarlas en presente.
Pero durante estos meses de verano no todo ha sido un camino de rosas para los cazadores españoles. Muchas cosas han ocurrido en la sociedad cinegética de este país: personas que hemos perdido a lo largo del camino, pero que nos guiaran con su luz y su fuerza eternamente; nuevas leyes, nuevos ataques al sector cinegético que no dejan a nadie indiferente. Mi pregunta, llegados a este punto es, ¿hacemos algo para evitarlo?, ¿de verdad el sector cinegético está luchando contra viento y marea para limpiar el nombre manchado de la caza española?, de verdad… ¿estamos unidos?
Muchas son las respuestas que podrán pasar por vuestras cabezas el leer estas preguntas, pero la que seguro que baila en la mente de todos es la palabra «no».
¡No hacemos nada!
¡No luchamos por lo nuestro!
¡No estamos unidos!
Tres frases que describen a la perfección el panorama del sector cinegético actual del país, tres frases que describen: la envidia, la falta de respeto, el poco amor por la actividad cinegética, el egoísmo, las ganas de protagonismo que muchos y muchas practican desde nuestras filas y que son aplaudidos como si de titanes se tratase, pero que en la realidad actual son la grieta que rompe con la unión de los cazadores y que pone fecha de caducidad a la actividad cinegética.
Terminaré este texto con unas palabras que han salido más veces de estas manos, de esta voz, de esta mente: la caza es compañerismo, amistad, amor y pasión. ¡Vivámolo y hagámosla vivir!
Bea Alcoya