La ONC rechaza el oportunismo de Ecologistas en Acción y destaca el papel de la caza en la conservación
La entidad sostiene que la suspensión de la caza propuesta por los ecologistas sería un grave error de impredecibles consecuencias.
Informa ONC | La Oficina Nacional de la Caza, la Conservación y el Desarrollo Rural (ONC) considera que la petición lanzada desde Ecologistas en Acción para suspender la temporada de caza en algunas zonas con motivo de la sequía es simplemente una propuesta populista y demagógica que trata de aprovechar la falta de lluvia para lograr el que es su objetivo final, declarado así en varias ocasiones, que no es otro que la prohibición de la caza.
Y es que la actividad cinegética es sostenible en las actuales circunstancias, y a pesar de la sequía, gracias al trabajo de gestión realizado por los cazadores a lo largo de todo el año. La realidad es que el sector cinegético lleva un año combatiendo la sequía con su gestión de los ecosistemas, facilitando puntos de comida y de agua a los animales y controlando su evolución sobre el terreno. “Porque nosotros somos los que gestionamos el territorio y sabemos cuál es la situación real, y por eso sabemos que no están apareciendo animales muertos en el campo y que los cazadores son los que están mejor preparados para gestionar periodos como el actual”, señala el presidente de la ONC, Santiago Iturmendi.
En esta línea se ha preguntado qué hacen los grupos animalistas para compensar a los animales por la falta de lluvia más allá de poner sobre la mesa propuestas sin ningún sustento científico basadas únicamente en su animadversión por una perfectamente regulada y compatible con la conservación de los ecosistemas como es la caza.
Ante esta ‘idea’ surgida de alguna mente brillante del movimiento animalista, la ONC recuerda que en aquellas zonas en las que los gestores cinegéticos han detectado de manera fehaciente problemas ya se ha retrasado o incluso suspendido la temporada de caza. Aplicar esta medida en el resto de zonas, sin ningún criterio objetivo, tendría consecuencias impredecibles, y habría que preguntar quién se va a responsabilizar de problemas como los daños a los cultivos, el incremento de los accidentes de tráfico y el aumento de la prevalencia de la tuberculosis bovina en algunos territorios.
La Oficina Nacional de la Caza confía en que este tipo de decisiones se adopten en base a criterios reales y científicos, y contando para ello con los que mejor conocen el territorio, que no son otros que los propios cazadores.