La Junta de Castilla y León descarta un repunte de la tularemia en las liebres
El responsable del Servicio de Caza y Pesca de Castilla y León, Ignacio de la Fuente, ha desmentido cualquier repunte de tularemia en las liebres. A lo largo de 2016 han sido analizadas cerca de 40 liebres y ninguna de ellas ha dado positivo por esta enfermedad ni por el virus de la hemorrágico vírica del conejo (VHN). Sobre el envenenamiento de perdices por ingesta de semillas blindadas, de la Fuente ha afirmado que la prohibición de estas semillas era una asignatura pendiente de Europa.
El jefe de Servicio de Caza y Pesca de la Junta de Castilla y León, Ignacio de la Fuente, ha descartado hasta el momento repunte alguno de la enfermedad de la tularemia en las liebres. En contra de los indicios que han llevado a la Federación de Caza de Castilla y León a publicar en su página de Facebook la posibilidad de un rebrote de esta enfermedad entre las poblaciones de liebres, de la Fuente aseguraba en el programa ‘A Tenazón’ de Radio Marca, que dirige Leonardo de la Fuente, que entre las 37 liebres analizadas en 2016 ninguna de ellas ha dado positivo por tularemia ni de la enfermedad hemorrágico vírica del conejo (VHN), que como recordó de la Fuente, «también afecta a las liebres».
En cualquier caso, el responsable del Servicio de Caza y Pesca recuerda a los cazadores que ante la presencia de cualquier comportamiento anómalo de una liebre, o la aparición de algún ejemplar muerto, se pongan en contacto con los agentes medioambientales para que sea retirado por ellos y enviado a los laboratorios de la Junta para practicar el análisis. «La última liebre ha entrado la semana pasada y se le están haciendo los análisis» para comprobar los motivos de su muerte.
Además, de la Fuente recuerda que la tularemia es una enfermedad endémica, «quiere decir que la bacteria está siempre presente en el campo y especialmente afecta a las liebres», por lo que recomienda que el manejo de esta pieza se realice siempre con guantes y que se le retiren las vísceras lo antes posible, especialmente si hay temperaturas elevadas. En 2007, en Castilla y León se diagnosticaron 367 casos de tularemia en personas, en su mayoría cazadores.
Igualmente, de la Fuente recordaba la peligrosidad que supone ingerir carne de jabalí sin que haya sido examinada por un veterinario debido a la triquinosis, parásito muy presente en las piezas de caza y especialmente en el jabalí.
Sobre la muerte de perdices por ingesta de semillas blindadas, incluso tratadas con productos que han demostrado ser causantes de la muerte de estas aves, el jefe del Servicio de Caza y Pesca recordaba que la prohibición de este tipo de semillas era una asignatura pendiente de Europa.
Informa: salamancartvaldia.es