La joven cazadora Pilar Escribano es atacada y amenazada de muerte por animalistas

 

Un viaje de caza y cultura ha sido objeto en las redes sociales de un nuevo ataque de amenazas e insultos entre los que se leía: «Ya te fichamos entera a vos y tu novio […] Muerta vas a estar […] Ya tengo fichada dirección».

Redacción | Un nuevo ataque masivo ha intentando acobardar a una cazadora. Insultos y vejaciones se han lanzado hacia ella en varias redes sociales. Amenazas y llamadas de madrugada a su teléfono personal. Un nuevo episodio de la ira animalista contra la caza y los cazadores, y en esta ocasión ha sido Pilar Escribano y su viaje a Polonia tras los corzos el objeto del intensivo ataque.

Pilar Escribano es la responsable de Cupo Libre —el primer «espacio» dedicado a la caza, viajes, gastronomía, moda…— y comparte su pasión con un cazador que lleva años trabajando en el sector cinegético de empresa. Habían planeado un viaje a los corzos en Polonia. Pensado como un viaje de caza y cultura, alternarían los recechos y esperas durante la época de celo del corzo con las visitas a ciudades como Varsovia y Cracovia. «No conocía el país y estaba entusiasmada con el viaje, ya que muchos amigos y familiares me habían contado maravillas y tenía ganas de vivir mi propia experiencia por aquellas tierras», reconoce Escribano a Cazaworld.

De las experiencias del viaje surgen las primeras imágenes, que esta cazadora comparte a través de las redes sociales de una forma «ética, sensata y original». Cuando hay que mostrar animales cobrados es «necesario expresarlo con el máximo respeto hacia la pieza abatida», explica Escribano. Además, trata de «dignificar» la caza de cada una de las especies con su posterior aprovechamiento culinario, y entiende que la actividad cinegética permite dar a conocer el mundo rural, sus tradiciones y todo lo que rodea.

«Muerta vas a estar»

Mediante la publicación de fotografías y comentarios sobre su experiencia en Polonia, la creadora de Cupo Libre ha ido compartiendo sus vivencias de caza tras los corzos en este país europeo, experiencia que califica como «preciosa y maravillosa». Pero las imágenes con los corzos iban a encontrar una reacción agresiva, un ataque masivo. «Me gustaría soltarte desnuda y lastimada […] y después cazarte desde lo lejos con arma y tecnología […]. Debería ser legal cazar a los humanos deformes y horrendos como vos»; «Hija de mil puta!! Vos, tu novio y todos van a pagar. Conchuda»; «Enfermos hijos de puta»; «Hija de putaaaa te vas a pudrir en el infierno»; «Ya te fichamos entera a vos y tu novio […] Muerta vas a estar […] Ya tengo fichada dirección».

Estos son algunos de los cientos de insultos y amenazas que Escribano está recibiendo a través de las redes como respuesta a sus fotografías sobre la caza de corzos en Polonia. Todos siguen el mismo patrón: ofensas sin respeto y deseos del mal ajeno. Una pauta que se repite en los ataques contra la caza y los cazadores. Mucho odio y sinrazón  (algunas de las imágenes criticadas no mostraban piezas cazadas) en mensajes cortos a través de redes sociales. Incluso una llamada a su teléfono personal ha formado parte de esta oleada de odio. El móvil sonó de madrugada y Escribano lo cogió —pensando que sería su hermano, de viaje en otro país con diferencia horaria—: una voz femenina con acento sudamericano le profirió insultos y la consiguiente sensación de malestar.

«Desde la semana pasada —cuenta Escribano— los comentarios son ofensivos, repulsivos, y desde un punto de vista legal, delictivos. No entiendo cómo un ser humano puede desear cosas tan deleznables a un semejante». Esta cazadora entiende que acciones ofensivas como la que ahora dirigen contra ella «malogran, para desgracia de la corriente ecologista, una corriente que también en necesaria, al igual que la caza, para la conservación del medio».

Ya sea en Facebook o Instagram, las dos redes donde los insultos y amenazas se han multiplicado, los mensajes no son respondidos. «Mi reacción es entrar en sus perfiles, bloquearlos y denunciar su mensaje, con el fin de que las propias plataformas puedan castigar y cerrar sus perfiles para que no cometan tales tropelías». Paradójicamente, algunas de esas plataformas está sancionando a la propia Escribano.

A raíz de denuncias de los individuos que la insultan, una fotografía publicada en Instagram en la que aparece con un rifle en las manos ha sido eliminada por relacionarla con la «violencia o amenaza de violencia».

«No ha cambiado nada»

Tras los ataques e insultos, ninguna entidad del sector se ha puesto en contacto con ella, por lo que Escribano considera que los cazadores están «huérfanos de un líder o asociación con verdadera fuerza que pueda defendernos antes la sociedad “generalista”». Por ello, ha emprendido sus propias acciones legales contra aquellas personas o perfiles que han atacado a Cupo Libre de una manera «que considero delictiva», afirma su creadora.

Esta reacción de odio que se vierte sobre un cazador por el hecho de serlo o de manifestarlo a través de redes sociales es algo que «no se puede consentir». Escribano entiende que haya a quienes no gusten determinadas acciones, formas de vida o actividades, pero si están hechas con el respeto y bajo un marco legal no tienen derecho a atacarlas. Hacerlo es «repulsivo e intolerante».

La caza es una actividad que puede ser criticada de forma constructiva, comenta Escribano, pero otra cosa son los mensajes de odio y amenazas, o cometer conductas delictivas en este sentido.

«Seguiré practicando y contando mis experiencias cinegéticas como venía haciéndolo —advierte esta joven cazadora—. De hecho no he parado de publicar, siguiendo mi forma habitual de dinamización del blog. Para mí no ha cambiado nada». Practicar la caza desde un punto de vista responsable y ético, amparado a su vez por la legalidad vigente, «es lo que permite libremente practicar y expresar todo lo concerniente a esta ancestral actividad».

Después de este desagradable capítulo, Escribano se queda con los miles de mensajes de apoyo que ha recibido de forma púbica y privada, con las llamadas de amigos y amigas que, aun no siendo cazadores, siguen su blog y disfrutan con sus contenidos. Se queda con el «trato extraordinario» recibido en Polonia y el «viaje muy completo» en el que han disfrutado de la cultura, la gastronomía y la abundante caza de este país centroeuropeo.