La gran mentira ecologista que busca lucrarse a través de una niña
Greta Thunberg protagonizó un movimiento juvenil que se hizo viral y tras el que se esconde una trama de intereses económicos, políticos y financieros. ¿Será consciente?
Redacción | La tierna historia de una niña protestando contra el cambio climático ha destapado un lucrativo negocio tras el que aparecen políticos, empresarios y ejecutivos de grandes empresas ‘verdes’. Greta Thunberg es una niña sueca que encabezó en 2018 un movimiento de huelgas estudiantiles que protestaban contra el calentamiento global del planeta. Una inocente protesta juvenil que ha desenmascarado un entramado de intereses de grandes multinacionales ecologistas.
Todo comenzó el 20 de agosto de 2018, cuando Greta decidió sentarse en el centro de Estocolmo con una pancarta que decía «Skolstrejk for Klimatet» (huelga escolar por el clima). Faltaban unos días para las elecciones generales en Suecia y, casualmente, la niña decidió iniciar su protesta frente al Riksdag, el Parlamento del país. Greta se sentó día tras día en la plaza de Mynttorget y desencadenó un movimiento juvenil sin precedentes.
De forma casi inmediata, la niña recibió la oferta de intervenir en la conferencia sobre el clima de la ONU y en el Foro Económico Mundial, en Suiza. Ahora, acaba de navegar a vela por el Atlántico con el mensaje de «0 emisiones» y ha sido muy criticada por haberlo hecho en un velero propiedad de Pierre Casiraghi, de la Casa Real monegasca, que no se caracteriza por su lucha contra el cambio climático.
«Caras frescas» para las campañas
El activismo de Greta asombró al mundo entero. Portadas de periódicos, entrevistas, reportajes… La «inocente» ocurrencia de una niña que perdió días de clase para protestar frente a los políticos se hizo viral. En un vídeo que realizó Greenpeace, Greta acusaba a los «culpables» de la «crisis climática» de «seguir haciendo ingentes cantidades de dinero».
Nadie imaginaba que esta protesta juvenil había sido preparada de antemano por el magnate sueco Ingmar Rentzhog y por Bo Thoren, otro activista climático y líder de un movimiento contra los combustibles fósiles.
El periodista Justin Rowlatt ha puesto en tela de juicio la serie de protestas espontáneas de la joven sueca y ha vinculado su activismo medioambiental con intereses de grandes organizaciones ‘verdes’. Al parecer, Thoren buscaba «caras frescas» para sus campañas de ecología y pensó en hacer una protesta escolar como la que surgió tras el tiroteo de Florida.
El artículo de Rowlatt afirma que Greta y su entorno familiar tienen vínculos con «el lobby de la energía verde, determinadas élites del movimiento ecologista y el gabinete estratégico de un exministro socialdemócrata sueco».
El magnate Rentzhog tenía experiencia de años en The Climate Reality Project, promovido por al Gore, y pondría esta nueva campaña en marcha. Afirmó a los medios suecos que conoció a la joven Greta de forma causal, pero terminó reconociendo que había conocido a su madre, Malena Ernman, tres o cuatro meses antes de las «sentadas» de la joven.
Veganismo, libro y grupos financieros
La madre de Greta era cantante de ópera, pero abandonó todo por seguir los pasos de su hija. Repentinamente se hizo vegana y escribió el libro Scenes From the Heart, que salió a la venta solamente una semana después de que Greta saliera a la calle con su pancarta «Skolstrejk for Klimatet».
El padre de la joven sueca lo ha dejado todo para organizar su agenda. Supervisa todos los movimientos de su hija, pero es Daniel Donner el jefe de prensa de la niña, que trabaja en la European Climate Foundation. Este es un lobby con sede en Bruselas que tiene financiación de importantes grupos empresariales y financieros.
Es un entramado empresarial el que parece manejar todo el desarrollo de esta historia juvenil, que arrancó en la plaza de Estocolmo de manera aparentemente espontánea y ahora se ha convertido en un fenómeno viral. De hecho, Greta cuenta en sus redes sociales con millones de seguidores.
Aquella primera protesta contra el calentamiento del clima, protagonizada por una niña retraída a la que habían detectado síndrome de Asperger, esconde intereses lucrativos de políticos y grandes multinacionales. ¿Será Greta consciente de todo ello?