¿Por qué la fauna salvaje se acerca a la ciudad?
Los cazadores consideran las batidas como un medio eficaz para controlar las poblaciones de jabalíes mientras que los ecologistas proponen esterilizar a los animales.
La concentración de estorninos, las avalanchas de palomas y la proliferación de jabalíes y corzos en la ciudad han generado preocupación en los últimos meses. La sequía, los incendios, el abandono del medio rural, el aumento del arbolado y la cada vez más inidentificable frontera entre lo rural y lo urbano provocan imágenes tan insólitas como las de pasado martes, cuando un corzo resultó atropellado en plena avenida de Santiago de la capital.
«Los jabalíes se están quedando sin comida en el rural y animales como los corzos, como no tienen donde beber, se ven obligados a salir de su zona de confort. En las fuentes no hay agua y se acercan a las ciudad», dicen desde la plataforma Ourense Animalista.
En la Sociedad Gallega de Historia Natural apuntan en la misma dirección, añadiendo el efecto de los incendios. «Los animales están entrando cada vez más en los núcleos urbanos por dos motivos fundamentales: los efectos devastadores de los incendios y la falta de agua en los manantiales, que hace más complicada su subsistencia.
Rubén Pérez, de la asociación animalista Libera!, considera «la presión de la caza» como principal motivación para que los animales salvajes se acerquen a entornos urbanos. También señala «que hay menos de qué alimentarse y menos depredadores» para controlar el sistema. Aún así, defiende la utilización de «métodos no letales», porque las batidas «ni son éticas ni funcionan». Cree que en estos días, muchos animales «buscan comida» lejos de los montes quemados y para Orense propone «la esterilización» como medida efectiva.
No son de la misma opinión en la Federación de Caza de Orense. Su presidente, Antonio García, cree que los animales se acercan con más asiduidad a zonas urbanas «para buscar refugio y comida» y señala la sequía como una de las causas. «El jabalí busca la humedad que ya no hay en los montes y por eso se acerca a los jardines humanos, porque el riego hace que la tierra esté más blanda», señala García. Defiende las batidas como solución, y admite «que quizá no se hagan las suficientes». «Si eliminan la caza, ¿quién pararía a los animales que bajan a las ciudades?», se pregunta.
Otros ejemplos
La tendencia a la introducción de animales salvajes en los entornos urbanos no se circunscribe solo a Orense. Es algo que se agudiza cada año en muchos lugares de Europa y ante lo que las ciudades han empezado a plantearse soluciones. En Las Rozas (Madrid), instalaron en 2007 una red de 10 kilómetros de vallas cinegéticas para proteger varias urbanizaciones, en las que desde jabalíes hasta caballos salvajes eran vecinos ya habituales. Este mismo verano, otros municipios de Madrid, como Torrelodones o Galapagar, activaron la alerta para recurrir a la caza y frenar esta «invasión».
Desde el pasado mes de septiembre, en el aeropuerto de Vitoria-Gasteiz se han empezado a presenciar escenas inéditas, desde que Aena autorizó las batidas de corzos y jabalíes a pie de pista.
Fuera de nuestras fronteras, la sobrepoblación de animales salvajes en los amplios bosques urbanos de la ciudad de Berlín, capital de Alemania, ha hecho que las autoridades locales recurran a la actividad cinegética para frenarlo. Capturan alrededor de 2.500 ejemplares al año.
Informa Brais Iglesias para laregion.es