La FAC recibe amenazas tras la muerte del niño durante la montería en Guillena

Llamadas anónimas con amenazas han sido puestas en manos de los servicios jurídicos de la Federación Andaluza de Caza.

La delegación sevillana de la Federación Andaluza de Caza ha sido objetivo de amenazas telefónicas a raíz del accidente ocurrido en una finca privada de Guillena y que le ha costado la vida a un niño de cuatro años. Su representante, Manuel Luna, ha atendido en los últimos días a los medios de comunicación, explicando la normativa que regula esta actividad y qué dice sobre la presencia de menores debido a la enorme repercusión mediática que ha tenido la trágica noticia.

Quizás esa presencia en los medios les ha puesto en la diana de los opositores a la actividad cinegética. Sobre las amenazas recibidas este lunes, Luna confirmaba a ABC que ya las han puesto en manos de sus servicios jurídicos para denunciarlas. «Parece que los cazadores no tenemos familia, ni nos duelen estos desagraciados accidentes».

Lo cierto es que la muerte del niño ha reactivado las posturas más contrarias a la caza en las redes sociales. Por eso, desde la Federación demandan que se separe «lo que ha sido un fatal accidente con la normativa que regula la actividad», señala Manuel Luna, quien afirma que están a favor «de imponer todas las medidas de seguridad que sean necesarias», pero no se oponen a la presencia de los menores en las cacerías. «Aquí hay un componente que hay que preservar como es la tradición y el deseo de un padre a transferirle una afición a su hijo». Luna recuerda que la primera vez que asistió a una cacería «tenía 3 años», revelando que no es tan raro que un pequeño, como el que murió este sábado, estuviera en una montería.

El titular del juzgado de Instrucción 16 de Sevilla ponía en libertad provisional al cazador que había disparado por error al niño y le imponía una serie de medidas como la obligación de comparecer en el juzgado cada vez que sea citado y la prohibición de practicar cualquier actividad relacionada con la caza. Le ha retirado la licencia para portar armas, las cuales deberá entregar a la Guardia Civil.

El detenido está siendo investigado por un delito de homicidio imprudente. Según explicó al juez, el accidente se produjo con la montería ya iniciada y cuando él se encontraba en su puesto. Dijo al instructor que nunca vio al niño y que tras percatarse que había movimiento en la maleza, se movió de su sitio. En ese instante escuchó un ruido, hizo un giro de 90 grados y disparó, creyendo que era una presa. También afirmó que desconocía la ubicación del resto de puestos desde donde tiraban los otros cazadores que participaban en el evento. Tampoco sabía que había un niño en la montería.

Luna explicado que no hay una normativa expresa sobre si un cazador debe salir o o no del puesto. «Hay unos criterios éticos y el sentido común. Es habitual que un cazador, cuando avista al animal, se mueva del puesto para coger un mejor sitio. Pero como no conocemos oficialmente cómo ocurrió el accidente, no vamos a valorar si este cazador hizo bien o mal».

Sobre disparar cuando el cazador ha escuchado un ruido y sin ver lo que está disparando, Luna sí fue más taxativo, aseverando que la buena práctica te dice que debes disparar cuando has visualizado el objetivo.

Informa Silvia Tubio para abc.es