La Consejería se reúne con tres cazadores de a pie

Hace unos días nos hacíamos eco de una noticia que saltaba en diferentes medios de comunicación y cuyo titular, en el caso de elconfidencial.com, era “Madrid busca cazadores para empezar a sacrificar en mayo 2.500 cabras montesas”.

Al leer el contenido de la noticia, la gran mayoría del colectivo cazador -y de manera muy especial los cazadores que nos movemos en las redes sociales- nos sentimos de alguna forma ofendidos por la connotación que en el desarrollo de la información se daba a la palabra “cazadores”, poco menos que meros aniquiladores de animales.

A partir de esto, usando como herramienta las redes sociales, lanzamos nuestro descontento por el asunto de las cabras madrileñas y se lo hicimos llegar a la presidenta de la Comunidad de Madrid, Cristina Cifuentes. Y fue la propia presidenta madrileña, para nuestra sorpresa, la que nos puso en contacto con el consejero de Medio Ambiente, Jaime González Taboada, el cual no tardó en contestar citándonos a una reunión que se desarrolló en la mañana del 18 de abril en la Consejería de Medio Ambiente del Gobierno regional.

A las 11:30 horas, puntualmente, nos recibían el consejero González Taboada y Mariano González Sáez, director general de Medio Ambiente, a tres cazadores de a pie en la sede de la Consejería: Javier Zamorano, cazador tradicional y gran conocedor de la actividad cinegética en la Comunidad de Madrid, Joaquín de Lapatza, cazador tradicional también y autor del blog LocoPorLasArmas, y quien firma estas líneas, Rocío de Andrés, digital marketing ligada al mundo de la prensa cinegética durante más de dieciséis años y cazadora empedernida.

Lo primero que quisimos saber era la situación real del problema de sobrepoblación de cabras monteses en la sierra madrileña y qué había de cierto en la noticia que habían publicado ya diferentes medios de comunicación, tanto digitales como impresos, tanto generalistas como especializados.

Jaime González nos explicó punto por punto la problemática y gravedad de lo que estaba ocurriendo en la sierra madrileña con una de nuestras especies venatorias más emblemáticas y el desarrollo de los diferentes acuerdos a los que habían llegado para dar solución al problema. El camino no es tan fácil como un “ordeno y mando”, dándonos cuenta de las numerosas reuniones con distintos colectivos, desde asociaciones ecologistas a la federación de caza, pasando por el Patronato del Parque de Guadarrama, asociaciones de cazadores y un largo etcétera.

En primer lugar, queda claro que este problema es fruto de una mala gestión, pero una vez que es real y de extrema gravedad, no cabe dar más vueltas a qué pasó o dejó de pasar. El responsable de Medio Ambiente de la Comunidad de Madrid afirmó que hay que atajar el asunto lo antes posible y a la vez establecer un mecanismo para, una vez eliminado el peligro actual, hacer una gestión óptima de nuestra sierra. Ni que decir tiene que con las medidas oportunas, no deberían darse futuras situaciones como la que ahora mismo vivimos. El problema es tan grave que podría llegar a suponer un riesgo para la salud pública o la propia ganadería en la región (por potenciales contagios de todo tipo de enfermedades).

Hasta sesenta entidades diferentes se reunieron para dar la mejor solución posible al asunto de la sobrepoblación de cabras monteses, desde sociedades locales de caza, ecologistas…, siempre amparándose en la Ley de Parques Nacionales. La resolución que aprobaron fue entrar al Parque para reducir el número de cabras (lo máximo permitido son doce cabras por kilómetro cuadrado y en la actualidad nos encontramos con 43). Por supuesto, teniendo en cuenta lo transitado del Parque Nacional de la Sierra de Guadarrama, el factor seguridad es vital.

Así las cosas, las cabras monteses serán abatidas por cazadores de sociedades locales de caza de la zona, siempre supervisados por guardas forestales y personal del Seprona. En días laborables, ya que nos encontramos en un paraje de alto valor ecológico y muy transitado por personas que realizan diferentes actividades que les ofrece el Parque. En ningún caso se podrá llevar el trofeo el cazador, ya que la caza deportiva está prohibida en todos los Parques Nacionales, si bien en los diez años siguientes a ser declarado Parque Nacional, y en este caso fue mediante la Ley 7/2013, de 25 de junio de 2013, se puede seguir desarrollando la actividad cinegética.

Otro punto que para los cazadores presentes era de vital importancia, era el dejar la carne en el campo, pues para un aficionado a la actividad venatoria eso es algo inconcebible. Pues bien, en este caso, por discrepancias entre algunas de las asociaciones y ante la posibilidad de que en ningún caso se comercializase, se propuso dejarla en la sierra y de esta forma dar solución a otro problema no menos importante, el de los buitres, que ante la escasez de alimento llevan tiempo siendo una cuestión difícil de solucionar para muchos ganaderos de la zona.

Aclarados estos puntos básicos sobre el plan de acción para atajar la superpoblación de cabras monteses en la sierra de Madrid, el resto de la reunión transcurrió intercambiando diferentes puntos de vista a posibles solucione, transmitiendo distintas propuestas e ideas al consejero, el cual recogió para analizar su viabilidad. En definitiva, y más allá de una reunión entre políticos y cazadores, el encuentro transcurrió de una manera muy distendida, dejando patente nuestro malestar por cómo encasilla la sociedad a un colectivo, el nuestro, el cazador, que ama el campo y vive para la conservación de sus especies.

Desde aquí queremos agradecer el tiempo dedicado y sentirnos escuchados, así como el compromiso de seguir manteniéndonos informados.