La caza no es un problema sino la solución para la conservación

25 abril, 2022 • Opinión

El gran problema de la caza menor y en concreto de las aves esteparias NO es la caza, ya que se han cazado durante siglos de una forma mucho más intensiva y con menos limitaciones que las actuales, y nunca faltaron.

El colectivo de los cazadores navarros cada vez está más harto de la actitud que el Gobierno español está teniendo con la caza y sus limitaciones. A entender de la Asociación de Cazadores de Navarra (Adecana) y del colectivo, las sucesivas y progresivas limitaciones y prohibiciones en la caza forman parte de un plan, de una premeditada estrategia muy bien estudiada y diseñada para llegar a la prohibición total y absoluta de todas aquellas especies que no ocasionen daños, (para estas bien que se preocupan de incidir que las erradiquemos). Con el apoyo de la Administración nacional a través del Ministerio de Transición Ecológica y el Reto Democrático (Miteco), y algunos sectores del funcionariado foral que están encantados con esta hoja de ruta, esta estrategia está impulsada y manejada por unas subvencionadas organizaciones ecologistas poco científicas pero muy ideologizadas y que representan a una pequeñísima parte de la sociedad, pero con mucho poder, mucho más del que democráticamente les corresponde.

De todos es sabido, y los funcionarios de medio ambiente en privado lo admiten, que el gran problema de la caza menor y en concreto de las aves esteparias NO es la caza, ya que se han cazado durante siglos de una forma mucho más intensiva y con menos limitaciones que las actuales, y nunca faltaron. El problema está en la degradación de su hábitat, en el medio ambiente, lo que va a conllevar que aunque se prohibiría la caza, muchas especies ligadas a la estepa cerealista desaparecerán si no se modifican y se corrigen situaciones medioambientales que se han deteriorado en los últimos años y ante las cuales la administración miran para otro lado, poniendo solo interés en planes de recuperación de especies si están dotados de importantes cuantificaciones económicas.

Corriente anticaza

No hay derecho que a través de esta corriente anticaza se estén haciendo más caso a estudios generalistas procedentes del sector ecologista financiados por la administración, poco serios y sin base científica, para los que tienen una conclusiones sesgadas y preconcebidas en contra de la caza ya fijadas a priori, como es el caso de la originariamente fundada por cazadores y ahora dominada por anticazas, SEO-BirdLife, que a otros mucho más serios y científicos procedentes del mundo de la caza.

A pesar de que el mantenimiento y conservación del medio ambiente es una responsabilidad de la administración, los cazadores somos los únicos que, con un alto coste económico para nosotros, luchamos por mantener unas condiciones en el campo que permitan la supervivencia de muchas especies, no solo cinegéticas sino indirectamente también muchas protegidas. Pero en vez de premiarnos con una mejores condiciones cinegéticas, conseguidas gracias a nuestro trabajo, se nos castiga con todo tipo de limitaciones. Esto lo único que está consiguiendo es que el colectivo se harte cada vez más y se desilusione. ¿No se dan cuenta que somos los únicos que trabajamos por la perdiz, y que sin nosotros sus poblaciones caerían en picado? El pretender descargar la responsabilidad del mantenimiento de las especies en los cazadores prohibiendo la caza es una actitud errónea e interesada para ocultar las propias responsabilidades.

Este Plan para erradicar en lo posible la caza está dirigida a nivel nacional por la ministra del Miteco, Teresa Ribera, y apoyada por el de Derechos Sociales y Agenda 2030, cuya ministra es la pamplonesa Ione Belarra y su socio animalista de Podemos Equo, que están poniendo su grano de arena con el anteproyecto de Ley de Protección Animal. Este tipo de conductas ignoran y chocan frontalmente con el Plan de Caza Adaptativa puesto en marcha por la Unión Europea, cuyo objetivo es impulsar un proyecto para la caza sostenible de la tórtola y resto de especies, ignorando una serie de proyectos en el que participan varios organismos de España, Francia y Portugal, liderado por el Instituto de Investigación en Recursos Cinegéticos (IREC) y que cuenta con la participación de varias entidades del ámbito científico

Tótola

Un ejemplo muy claro de las maniobras que se están haciendo para prohibir la caza es lo que está pasando con la tórtola, ya que a pesar de que existen estudios muy rigurosos y dirigidos sobre esta especie elaborados por el sector cinegetico, como es el caso de Artemisan o el IREC, que demuestran que su población no está en riesgo y que con una serie de actuaciones se podría mejorar sus poblaciones sin dejar de cazarla, resulta que para prohibir su caza se ha hecho caso a lo que opina tendenciosamente la SEO-BirdLife a través de su Programa Sacre, el cual no es más que un estudio generalista que llevan a cabo voluntarios con nivel medio de conocimientos en identificación de aves centrada sobre todo en las aves más frecuentes, pero solo apuntando las que ven u oyen y, por lo tanto, sin profundizar en su estudio como se hace en los trabajos cinegéticos.

Becada

Algo parecido está ocurriendo con la becada en el País Vasco, donde un naturalista que está realizando un estudio dirigido a las rapaces nocturnas, como en primavera dice que ha escuchado muy pocas becadas con su característico canto, en celo similar al canto de una rana, denominado croule o roding, pretende con ello de forma sesgada e intencionada que se declaren las becadas sedentarias de Euskadi especie vulnerable.

Adecana


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