En el ‘kilometrín’ de los jabalíes
Los agricultores de la zona urgen medidas como las batidas de caza porque «hay que empezar a coger la manzana y no queda ni una en el suelo».
Según un estudio de la Universidad de Oviedo la población de jabalíes en Asturias aumenta a un ritmo anual del 7% y actualmente superaría los 60.000 ejemplares.
Hasta 41 jabalíes han llegado a contar en las últimas semanas los vecinos de la zona conocida como La Cantera, en la parroquia de Cabueñes. La invasión de suidos se repite a diario con el mismo patrón: a última hora de la tarde la manada, integrada por ejemplares adultos y rayones, irrumpe en las fincas y «lo destroza todo, prao y árboles. Además, ya tienes miedo porque te atacan».
Lo cuenta Javier Paniagua, propietario de un terreno de 16.600 metros cuadrados de árboles frutales, entre ellos pomares. «Dentro de quince días, tenemos que coger la manzana y este año no me queda ni una en el suelo», lamenta este vecino cuya actividad agrícola depende de la venta a un llagar de la zona. «Donde hay jabalíes acaban con los árboles, destrozan alrededor y los secan», explica Antonio García, vecino de La Cantera desde hace once años.
A José Rubio, propietario de una ganadería de cien reses en la misma área, los suidos le llegan hasta delante de la cuadra: «La corrada ye un barrizal; como el terreno está blando, van a buscar bellotas y a fozar». Los vecinos localizan la guarida de los suidos en una zona de matorral por la que acceden, a la carrera, a sus fincas. «Este es el ‘kilometrín’ de los jabalíes», cuenta Paniagua mientras señala el camino repleto de huellas.
Ocho céntimos por metro
A los daños materiales se suman los ataques a humanos y animales. A un kilómetro de las propiedades de estos tres vecinos, un suido mataba la pasada semana a un perro. «Hace ocho días a mi mujer la embistió un jabalí cuando estaba con el perro, al ir a tirar la basura», cuenta Antonio. En su propiedad ha optado por colocar una alambrada para impedir el acceso de los animales, una medida que en fincas de mayor extensión, como las de Paniagua y Rubio, no es viable. Esta semana, el primero registraba una denuncia -la cuarta- ante la Consejería de Infraestructuras, Ordenación del Territorio y Medio Ambiente, responsable de las indemnizaciones por daños de especies cinegéticas. Las medidas tomadas por el Principado hasta la fecha pasan por enviar a un técnico que evalúa los daños.
«Pagan los desperfectos que ven, pero eso no es una solución», sostiene. Por metro cuadrado, la indemnización es «de ocho céntimos», mientras que por árbol percibe «siete u ocho euros, cuando son pomares que me darían ciento y pico kilos de manzana». José Rubio también reclamó a la consejería la pasada primavera. «Fue un desastre; ocurrió lo que no había ocurrido nunca, no me quiero ni imaginar lo que vaya a pasar el año que viene porque va a haber el doble. Tengo visto a madres paridas con seis crías cada una».
Más de 60.000 ejemplares
Según un estudio de la Universidad de Oviedo, la población de suidos en Asturias supera los 60.000 ejemplares y aumenta a un ritmo anual del 7%. Ante la falta de respuestas de la consejería, en la que «nos dijeron que teníamos que convivir con ellos», Paniagua ha presentado un escrito en el registro municipal «para que la Policía Local tome medidas. Hablan de subir con dardos y coger alguno». No obstante, para los vecinos la mejor opción sigue pasando por las batidas o «jaulas para atraparlos».
Informa Gloria Pomarada para elcomercio.es