José María Mancheño: «Nuestros hijos están siendo educados en base a ideas biocentristas»
Se llama José María Mancheño y es presidente de la Federación Andaluza de Caza. La caza no existía en su familia hasta que apareció él y ahora su vida gira en torno al mundo cinegético. Afirma que el papel que desarrollan las federaciones es «insustituible» y que no hay entidad que pueda realizar un trabajo similar, añadiendo que la FAC es una «empresa de gestión de servicios a favor de sus afiliados». Dice que la educación actual está haciendo mucho daño en nuestros colegios y que es necesario trasladar a la sociedad los valores sociales, ambientales, culturales e históricos que tiene la caza. Para este andaluz, la caza necesita de un cazador formado e informado y el desconocimiento de la misma es un «terreno abonado para el rechazo de la sociedad en general».
¿Cómo entra la caza en su vida?
No soy el típico cazador por tradición familiar. En mi familia, no existía esta afición hasta que aparecí yo. A día de hoy, soy el mayor de tres hermanos cazadores, uno de ellos cetrero. Sin embargo, la caza ha estado siempre muy presente en mi vida ya que nací en un pueblo malagueño en el que sigo viviendo y donde la caza es algo habitual y muy común. Mis recuerdos más tempranos en materia de caza, eran los de aquellos días en los que capturaba cigarrones (saltamontes) para alimentar los reclamos de perdiz de mis vecinos del barrio, me gustaba capturarlos y luego llevarlos a los terreros de los perdigones.
¿Qué modalidades practica y ha practicado, cuál prefiere y por qué?
Salvo la perdiz con reclamo y la caza de acuáticas, he practicado todas las modalidades. Siento predilección por el rececho y la caza de la perdiz al salto o en mano. Tanto en un caso como en otro, es una caza muy esforzada, muy trabajada; me gusta la caza donde el componente físico tiene mucha presencia.
¿Qué valoración hace de la caza mayor en España?
La caza mayor está viviendo una etapa de esplendor importante, motivada por la delicada situación de la caza menor. Está siendo el “consuelo” de muchos cazadores y lo están sabiendo aprovechar muy bien. Su presente y futuro son muy halagüeños.
Y en cuanto a la caza menor, ¿qué diría?
Está atravesando una situación muy delicada, en casos puntuales diría que crítica. La continua pérdida de biodiversidad de nuestro campo junto a las limitaciones de las Administraciones que impiden una gestión cinegética de calidad han provocado esta situación de precariedad; especies como la perdiz necesitan de nuevas políticas públicas que fortalezcan su recuperación. Y estas políticas deben ir de la mano del mundo de la caza, no tiene sentido mantener lo contrario. Dicho de otra forma, prohibiendo la caza de especies no se conseguirá su recuperación, no se conseguirá nada.
Perros, armas, gastronomía… ¿Qué aspecto de la caza le atrae más?
El contacto con la naturaleza y con la vida en el campo y si es acompañado de un buen perro mejor.
Entre la tradición y la tecnología, ¿con qué se quedaría en la caza y por qué?
A día de hoy, considero que la caza ya es una mezcla de ambas. Hay modalidades como la montería o la perdiz con reclamo, donde es palpable esa mezcla. Sin embargo, por su importancia y los beneficios que nos reporta, considero imprescindibles los avances tecnológicos en elementos de seguridad personal del cazador. Son avances a los que nunca debemos renunciar en pos de la tradición.
¿Qué diría sobre la literatura cinegética? ¿Destacaría alguna obra?
No soy muy tradicional en el ámbito de la literatura cinegética, de los clásicos me quedo indudablemente con Delibes, cuya obra El último coto es mi preferida.
Pero mucho más que los títulos tradicionales, en materia de caza me interesan fundamentalmente obras que abordan la caza desde un punto de vista histórico, cultural, antropológico o meramente literario. Recomiendo La caza y los toros de Ortega y Gasset; imprescindible, Los dioses olvidados de Alfonso Fernández Tresguerres; me interesó Goat Mountain de David Vann; me parece una gran aportación Don Quijote, gran madrugador y amigo de la caza de Santiago Ballesteros e imprescindible me parece Filosofía de la cultura de Jacinto Choza. Son formas diferentes de hablar, analizar y disfrutar de la caza.
¿Hasta qué punto ha influido la caza en su trayectoria profesional o personal?
La caza ha tenido y tiene una presencia muy importante en mi vida desde que, como abogado, empecé a colaborar con la Federación Andaluza de Caza hace ya más de 20 años. Poco a poco, la Federación Andaluza de Caza ha ido ocupando más espacio en mi vida profesional y personal de tal forma que, tras ser elegido presidente de la FAC, puede decirse que mi vida gira en torno al mundo cinegético.
A lo largo de su trayectoria como presidente de la Federación Andaluza de Caza, ¿de qué acción o acciones se siente más satisfecho?
Es difícil resumir tanto trabajo y esfuerzo en una o varias acciones pero puestos a elegir me quedo con la manifestación del 27 de septiembre de 2014 en Sevilla, cuando conseguimos reunir a 50.000 cazadores y silvestristas andaluces reclamando y exigiendo nuestros derechos. Creo que ese día nos ganamos el respeto y la consideración de mucha gente, especialmente de nuestra Administración. Y también contamos con el cariño, la solidaridad y la compañía de muchos cazadores de otras CC. AA. Fue un día de mucha satisfacción y orgullo como cazador.
Por otra parte, ¿qué cambiaría, producto de su labor en la federación, si pudiera volver atrás?
Con aciertos y errores, creo que hemos hecho un buen trabajo en estos seis últimos años en que he ostentado la presidencia de la Federación Andaluza de Caza. Sinceramente, no cambiaría nada, los errores también nos han ayudado mucho a aprender, crecer y mejorar.
La FAC apuesta por promover la caza y el respeto por la naturaleza entre los jóvenes. ¿Cuáles son los principales problemas que pueden encontrar al iniciarse en la caza y cómo podrían resolverlos las distintas federaciones?
Fundamentalmente, son problemas económicos. Nosotros hemos puesto en marcha un proyecto denominado Caza Joven que pretende facilitar el acceso de los jóvenes a la caza, promocionando gratuitamente cacerías individuales y colectivas; y de igual forma, fomentando entre nuestras sociedades federadas la gratuidad de las cuotas sociales que permiten cazar a los jóvenes. Hasta ahora estamos muy satisfechos con los resultados. Estamos convencidos de que este puede ser un buen camino.
¿Considera que la imagen de las federaciones de caza es positiva en términos generales o está dañada por una mala gestión?
Considero que el papel y trabajo que desempeñan las federaciones en representación y defensa de los intereses de los cazadores es insustituible a día de hoy y no existen otras entidades que puedan sustituir esa labor. A menudo, la imagen de las federaciones es dañada por esos detractores que nos acusan de que nos preocupamos exclusivamente por las competiciones deportivas cinegéticas. Y eso es absolutamente falso en nuestro caso.
En el caso de Andalucía, la Federación que presido destina a competiciones deportivas menos del 9% de su presupuesto, mientras que el resto lo destinamos a financiar una carta de servicios amplia que cubre todas las necesidades de las sociedades de cazadores federadas e incluso de los propios cazadores, así como a financiar estudios y estrategias de defensa en beneficio de todos los cazadores andaluces, sean o no sean federados. Nosotros hemos financiado y estamos financiando estudios que han beneficiado y beneficiarán a todos los cazadores andaluces, incluso a esos que no son federados y que tienen un mal concepto de nosotros: el estudio de la perdiz con reclamo, el estudio sobre el zorzal, el estudio del meloncillo, el BIC de la montería…
Junto a ello, elaboramos desde las nóminas y seguros sociales de los empleados de una sociedad, sus planes técnicos de caza y las memorias anuales de actividades, financiamos la asistencia letrada en cualquier juicio en los que se vean involucradas y confeccionamos hasta liquidaciones de impuestos o informes periciales. La Federación Andaluza de Caza es fundamentalmente una empresa de gestión de servicios a favor de sus afiliados, además del órgano de defensa y representación más importante de la caza en Andalucía.
Actualmente, la caza está siendo atacada y puesta en duda por parte de la sociedad. ¿Lo es por críticas radicales de un sector social o porque se ha descuidado la imagen?
Considero que lo que subyace en este temporal que estamos soportando es un debate ideológico que se ha instalado en nuestra sociedad tras la aparición de nuevas siglas en el ámbito político, un debate que, por supuesto, se vale de nuestra descuidada imagen para hacernos daño. Seguimos sin aprender que, en la actualidad, la imagen es fundamental.
Para que la caza sea una actividad natural respetada y admirada por esta sociedad, ¿qué sería necesario?
Personalmente, la educación actual nos está haciendo mucho daño porque en nuestros colegios, a edades muy tempranas, nuestros hijos están siendo educados en base a ideas biocentristas: las animales hablan y cantan, los árboles también, la tierra siente, los animales tienen derechos… Día tras día, nuestros hijos son educados en base a estos principios. Este es el primer problema que tenemos y debemos atajarlo.
Y el segundo, que no hemos sabido trasladar a la sociedad en general los valores sociales, medio ambientales, culturales, históricos… que tiene la caza. El desconocimiento que existe sobre nuestra actividad es terreno abonado para el rechazo de la sociedad en general.
Hace falta mucho trabajo conjunto y mucho esfuerzo de todo el sector que, por naturaleza y por desgracia, está poco cohesionado.
¿Cómo definiría el sector de los medios especializados en caza y su oferta?
Es un sector necesario con una oferta adecuada y que, de una vez, tiene que creerse que también representa, a su manera, a un sector social y económico muy importante de nuestro país. Tiene que ser más proactivo en este papel.
¿Qué valoración haría de las múltiples agrupaciones juveniles de caza?
Siempre que traten de sumar y de no duplicar esfuerzos, me parecen muy positivas y un escaparate importante y necesario para mostrar a la sociedad en general que también la juventud es cazadora.
Y del incremento de asociaciones de mujeres relacionadas con la caza, ¿qué diría?
Tengo una opinión muy positiva, es importante que se visualice que la mujer tiene una presencia importante en el mundo de caza, es la pura realidad. Pero vuelvo a insistir: deben ser entidades que vengan a sumar y no a duplicar esfuerzos; sería ilógico.
¿Cómo definiría el presente de la caza y qué futuro prevé?
Tenemos un presente y futuro difícil para nuestra actividad pero soy optimista porque siempre he mantenido que tenemos argumentos más que suficientes para defendernos de cualquier ataque. Necesitamos trabajar duro y unidos en defensa de nuestros derechos, la importancia social de nuestro sector hace que la unión del mismo sea la clave de la solución de muchos de nuestros problemas.
Si tuviera que destacar una frase o reflexión sobre la caza, ¿cuál sería?
La caza es un hecho natural.
Apunte final… para los lectores de CAZAWORLD.
En pleno siglo XXI, la formación y la información del cazador son claves para una práctica sostenible, segura y respetable de nuestra afición favorita. Antes que la mejor arma o la mejor munición, la caza exige un cazador informado y formado. CAZAWORLD es un lugar apropiado para ello.