Voces de caza
José María Mancheño: «La caza ha sido una cosa de señoritos, pero hoy está socializada»
Conoció la caza siendo ya un adulto y ahora intenta incorporar a su hijo, al menos para que conozca la parte positiva de esta actividad, que comparte y defiende como presidente de la Federación Andaluza. A José María Mancheño le duele que se siga considerando a los cazadores ‘fachas’ o ‘delincuentes’ y explica que es una actividad totalmente regulada y que hace ya años que se convirtió en una práctica para todos los sectores. En una sociedad que sigue rechazando el tema, el malagueño pide respeto y más información.
¿Cuáles son los mayores problemas de la caza hoy día?
De puertas hacia afuera, el animalismo. Hay un acoso brutal hacia actividades como la nuestra y es un grave problema que se traduce en proyectos legales como el que presentó Podemos hace una semana al Parlamento andaluz con una ley de protección animal que era nefasta para nosotros. De puertas para adentro, el tema de los daños a la agricultura, el aumento de la población del jabalí, que es muy peligrosa para la ganadería intensiva y extensiva… Y luego la pérdida de hábitat está causando una merma de la caza menor: perdiz, tórtola…
¿Cómo se defiende un cazador ante un grupo de animalistas?
Lo llevamos muy mal. El gran problema de la caza hoy día es el desconocimiento que hay sobre ella, muchos prejuicios. Eso provoca que una gran parte de la sociedad tenga rechazo. A un animalista no lo puedo convencer, es inútil. Con un animalista no se puede razonar ni hablar. A ellos les pedimos respeto, porque la nuestra es una actividad legal y que encierra mucho más que lo que dicen ellos.
¿Qué otros aspectos abarca y que la sociedad no suele conocer?
Nosotros cazamos de forma sostenible. Hacemos labores de conservación de la fauna, de suplementación alimentaria, además genera mucha riqueza en el medio rural.
¿Cuánto dinero puede mover la caza hoy día en España?
Aproximadamente unos siete mil millones de euros anuales. Eso los dos tipos de caza, la social y la comercial.
¿Qué opina del furtivismo?
Es una lacra, nosotros difundimos que es necesario tener guardas privados en los cotos y así se combatiría. Eso es delincuencia, al igual que existe en otros ámbitos de la vida, eso no son cazadores.
He visto además que la caza es una de las actividades deportivas que más licencias acumula en España… ¿Cómo va la tendencia?
Sí, somos la tercera actividad en España, en Andalucía la segunda después del fútbol y a nosotros también nos afectó la crisis. En Andalucía seremos unos 100.000 federados.
Y en Málaga, ¿hay mucha afición?
Claro, la gente piensa que aquí estamos todo el día en la playa, pero federados tenemos unos 15.000 ahora mismo. Hoy día Málaga es un referente en la caza.
En los últimos años, con la imagen que han dado ciertas personas subiendo fotos mientras cazaban, como es el caso de la polémica del Rey Juan Carlos con los elefantes, ¿no cree que ha ayudado a que se desprestigie la profesión?
Sí, ha afectado negativamente. Eso representa a un tipo de cazador con un alto poder adquisitivo, no es el común. Yo soy contrario al excesivo exhibicionismo, considero que esas fotografías nos hacen daño, porque la persona que no caza no puede entender la razón de esas fotos. Si yo mostrara otras fotos de comida, de bebederos, de la labor que hacemos limpiando el monte, regulación de las poblaciones… la gente se daría cuenta de que la caza es más.
Y hablando de exhibicionismo, los restaurantes con esas cabezas de animales en la pared…
Te podría decir lo mismo, pero detrás de esas cabezas de toro, de jabalí… hay una actividad reglada. Que haya gente que no lo comparta, pues sí. El gerente de restaurante sabe que eso puede causar rechazo a cierta clientela. Igualmente, hay muchos prejuicios sobre la caza…
¿Cómo el de que los cazadores son fachas?
También. Ese sí que es curioso, es uno de los prejuicios que me revuelve el estómago, primero porque no soy facha y segundo porque soy de Sierra de Yeguas, un pueblo pequeño de Málaga, cazo en la sociedad de mi pueblo, pago mis tasas y de los cazadores que he conocido, una inmensa mayoría son gente humilde.
¿Por qué cree que sigue pasando?
Porque igual todavía se relaciona aquellas cacerías que hacía Franco, pero es que eso no es así, no tiene nada que ver. Es verdad que históricamente la caza ha sido una cosa de señoritos, de reyes y nobles, pero hoy día la caza está socializada.
¿Cree que puede influir también el uso de la bandera de España en algunos complementos?
Sí, el uso de la bandera se sigue relacionando con la extrema derecha, pero no es así. Esos prejuicios son los que más me duelen, la caza es para todo tipo de personas.
¿Se van incorporando más mujeres?
Sí, es cierto que todavía es un grupo minoritario, pero es verdad que cada vez hay más y muy buenas. Tenemos de todo y cada vez más.
Y, en su caso, ¿cómo empezó?
Una vez siendo abogado ya, empecé a trabajar en la federación y me gustó. Ahora a mi hijo también le intento hacer ver lo bueno que puede haber en este mundillo, no lo obligo a ser cazador el día de mañana, pero quiero que entiende nuestra labor.
Marina Rivas para diariosur.es