Piaras de jabalíes ponen en jaque a una denominación de origen vinícola
Los viticultores de la denominación de origen orensana de Monterrey exigen soluciones al daño que causan los jabalíes y corzos en sus viñedos, que puede menguar las previsiones de recolección.
«Si la Junta no hace nada, deberemos coger un camión y llevarles los jabalíes a San Caetano, a ver si los aguantan allí». Las expresiones de uno de los promotores de la denominación de origen Monterrey, Ramón Blanco, bodeguero de Mourazos (Verín), reflejaba la indignación de los viticultores tras los persistentes ataques de corzos y jabalíes en el viñedo.
«Es una vergüenza. Ayer me gasté 700 euros en vallar un viñedo, pero es imposible colocar postes y protección en todos. Los animales ya están bajando en tropel desde las montañas. Van a por las variedades más maduras, la mencía y palomino. Hace tiempo que planteamos a la Junta esto, y no se toman medidas», denunciaba. Y añadía: «El sector primario, sobre todo el vino, no sobrevivirá si no se ataja al jabalí ya. Es un desastre lo que está sucediendo». El veterano viticultor opinaba que «las montañas no son solución, ya que pueden producir que huyan de arriba y bajen a la llanura». Visiblemente molesto, pedía a las administraciones que se involucrase en el problema. «De la botella que en un restaurante se cobra a 8 o 9 euros, los impuestos suponen unos ingresos tremendos para el Estado; mientras que l viticultor solo recibe 60 o 70 céntimos por un kilo de uva y debe afrontar todos los problemas», resaltaba.
Otro empresario, Aníbal Blanco, se despertó anteayer con la imagen de su viñedo arrasado. Los jabalíes se comieron media hectárea de sus vides. «Es inviable vallar todo, sobre todo para los bodegueros que manejamos una cierta extensión», consideró. Recordaba que hace año y medio presentó un escrito ante la Junta para pedir medidas para atajar los ataques del jabalí. «Aún estoy esperando respuesta», decía. Entendía que la solución «ideal» sería que se abriera un fondo para compensar los daños, «pero no se hace nada».
Desde el consejo regulador declinaron hacer declaraciones sobre la situación que vive el sector.
Varios viticultores se afanan estos días en vallar algunas de sus fincas, sobre todo en Monterrey y Verín, ya que temen que los ataques se incrementen hasta la vendimia. La recolección de la uva en Monterrey está prevista para mediados de septiembre.
Buenas perspectivas
Las primeras previsiones son que la recolección podría superar los cuatro millones de kilos. Sin embargo, varios profesionales, temen que los perjuicios económicos por los destrozos de las alimañas en las viñas pueda menguar las buenas perspectivas para la denominación.
Los alcaldes de Verín y Monterrey se comprometieron a trasladar el malestar del sector ante las consejerías de Medio Rural y Medio Ambiente. La Junta, por el momento, no valoró la indignación de los bodegueros verinenses. Galicia cuenta desde hace años con una línea de ayudas para colocación de cercados eléctricos y perros pastores para prevenir estos ataques a cultivos.
Informa Sindo Martínez para lavozdegalicia.es