Jabalíes hieren a dos cazadores en Asturias y atacan a un agente forestal en Álava

Uno de los cazadores ha tenido que ser ingresado en el Hospital Universitario Central de Asturias porque presentaba heridas abiertas y profundas en ambas piernas.

El agente forestal fue atacado por un jabalí que rescató de una balsa de agua y tras esquivarlo rodeando su coche se metió en él para protegerse.

Dos cazadores quirosanos, hermanos, resultaron heridos por el ataque de un gran jabalí durante una cacería en el coto de Quirós. El pasado sábado, día 14, un animal herido atacó con gran violencia a estos dos hombres, de 43 y 45 años, vecinos del pueblo de Ricao, que participaban de monteros. El más joven presenta heridas abiertas y profundas en ambas piernas, y permanece ingresado en observación en el HUCA.

Una cuadrilla de cazadores locales tenía una batida de jabalí en el coto del concejo, cerca del pueblo de Rano, cuando José David Menéndez, montero de 43 años, fue atacado, sorpresivamente, en un camino, por un gran jabalí, herido, que le tiró al suelo y no le permitía levantarse.

Le infirió, con los colmillos, dos heridas, abiertas y profundas, con desgarros en ambas piernas. Una en la parte trasera de una de ellas y la otra en la cara delantera. Llegó a arrastrarle por el camino al engancharse con una cuerda que portaba el montero. Su hermano, Javier, que se encontraba cerca acudió en su auxilio. Con un cayado que portaba y a patadas intentaba liberar a su hermano del suido. En la pelea se llevó también una herida en una rodilla. Un cazador de la cuadrilla acudió en ayuda de los dos monteros de Ricao y abatió de un disparo al jabalí.

Los dos heridos son expertos cazadores, con amplia experiencia, y que no había sufrido nunca un ataque de este tipo. «Tuve suerte, pues yo solo no podía levantarme. Si mi hermano no está cerca podría haber pasado algo grave», aseguró José David Menéndez por teléfono desde el Hospital. El animal tenía gran porte, estaría cercano a los noventa kilos, según integrantes de la cuadrilla.

Los colmillos de los jabalíes son un arma muy cortante, que los animales suelen afilar contra los troncos o piedras. Provocan heridas abiertas, con desgarros y pueden causar graves infecciones. Los jabalíes heridos son animales excesivamente agresivos y no suelen tener ningún problema en atacar a perros y cazadores. Durante esta cacería accidentada también un perro fue atacado y muerto por el mismo jabalí.

Ataque a un agente forestal

Los gruñidos de los dos animales atrapados se oían por todo el parque tecnológico de Álava, en Miñano. Llevaban horas en la enorme balsa ubicada en uno de los extremos de este semillero de empresas punteras. Habían caído al agua de noche. Sus innumerables intentos por salir siempre acababan igual, se escurrían al alcanzar la protección de plástico del borde. Desde el polígono industrial solicitaron ayuda a la Diputación. Un guarda forestal se encargó del rescate.

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Ayudado por un par de vigilantes de seguridad, primero trataron de colocarles una pasarela improvisada con palés. No hubo éxito. Exhaustos, los animales fueron incapaces de alcanzar el césped por si solos. Tocaba entonces dar un paso más en el salvamento.

El funcionario foral les lanzó una cuerda con un sencillo nudo. Primero ‘pescó’ a uno de los ejemplares. Con cuidado lo sacó de la alberca. Se trataba de una hembra adulta. De unos sesenta kilogramos de peso. Enseguida, el animal se liberó por si mismo y recuperó la libertad perdida a la carrera. Se perdió por las colinas cercanas al parque tecnológico.

Quedaba el segundo jabalí. La misma maniobra. Cuerda arrojada al agua una y otra vez hasta agarrar al animal salvaje. El guarda, auxiliado por los vigilantes, logró sacarlo a tierra firme. Éste, muy cansado pero sobre todo desorientado, se soltó y… volvió a caerse a la poza.

De nuevo hubo que volver a empezar. Primero debieron esperar a que el jabalí -también un ejemplar hembra- se calmara un poco. Al enlazarla, el funcionario foral tiró de ella hasta rescatarla. Pero ésta, en vez de tratar de liberarse trotó con insanas intenciones hacia su salvador, quien se refugió tras su todoterreno. Por unos segundos, el puerco salvaje frenó, se revolvió y pareció que se libraría de la cuerda para huir. No obstante, cambió de improviso su trayectoria. Cargó con furia contra el guarda y uno de sus ayudantes, parapetados ambos en la parte trasera del vehículo.

Un par de recortes

El vigilante logró ponerse a salvo en otro automóvil cercano. El guarda, haciendo gala de unos reflejos dignos de un recortador profesional, salvó la primera embestida al huir por el lado contrario del vehículo. El jabalí le persiguió a mordisco limpio. Nueva embestida y otro gambeteo milagroso. Lo suficiente para saltar al todoterreno, cerrar la puerta y, en otro golpe de fortuna, tocar la bocina sin querer.

Asustado por los decibelios, el animal salvaje puso patas en polvorosa. De esta manera, el rescate se saldó con algunas magulladuras por parte del guarda forestal y ambos jabalíes sanos y salvos.

Informan Roberto Osorio para lne.es y David González para elcorreo.com