Voces de caza
Ignacio Ruiz-Gallardón García de la Rasilla: «Prefiero volver a casa sin la cornamenta que hacerlo con un animal joven en el zurrón»
La última edición de la Feria de la Caza, Pesca y Naturaleza Ibérica ha sorprendido a los visitantes con una colección de animales autóctonos de multitud de especies, un compendio zoológico de los continentes del mundo. Faltaban animales de la Antártida, porque no hay especies cinegéticas, y de Oceanía, por ser introducidas o alóctonas las que se permiten cazar. La exposición de Feciex era la suma de parte de los trofeos de caza mayor de Ignacio Ruiz-Gallardón García de la Rasilla, que valora la caza de animales libres cuyo logro sea incierto y el hecho de conseguirlos exija dificultad. Iniciado en la venatoria de las montañas por «los cerros de España», ha pisado las cordilleras del mundo buscando las premisas que dan sentido a su manera de cazar: el silencio, la soledad y el esfuerzo. Dice que, cuanto más alta sea la cumbre, más cerca se encuentra de Dios.
¿Caza para sentirse libre?
Cazo para ser feliz. ¡Difícilmente se puede alcanzar la felicidad si no se es libre!
¿Cuál ha sido la pieza que más ha exigido de usted y de forma más honda le ha hecho olvidarse del mundo?
No podría decir un solo animal. Recuerdo como muy exigentes los marjores, en especial el de Astor, el carnero azul del Himalaya, los distintos tures, el carnero de Stone o el niala de montaña. Algún íbice me ha resultado complicado y he penado bastante con determinados argalis… pero olvidarme del mundo y centrarme solo en el cerro donde estoy, me pasa siempre: desde Gredos al Pirineo o desde las Rocosas al Himalaya.
¿Podría enumerar de memoria las especies que ha cazado? ¿Y las que aún espera poder cazar?
Sí y sí. Las que he cazado desde luego, incluso si no han supuesto un especial reto. Creo que es un honor que debes rendir al animal al que quitas la vida. Yo no cazo para matar y, por tanto, recuerdo muy bien, no solo cada especie, sino cada animal que he cazado. He podido abatir bastantes monteses, corzos o venados, pero me basta con ver su taxidermia para acordarme del lance concreto.
Respecto a las especies que aún espero cazar, solo puedo decir que, cada una de ellas, representa una ilusión o un sueño pendiente de alcanzar y, por tanto, me recreo continuamente pensando en cuándo o cómo haré tal o cual expedición. Yo no suelo olvidar los sueños.
Para usted, ¿el arma es una herramienta o algo bien distinto?
Depende del arma. Algunas las considero una mera herramienta; otras, por su belleza, son mucho más, son joyas y, por último, las que te han acompañado en muchas aventuras son el recuerdo de una vida.
Si tuviera que elegir tres calibres para cazar por el mundo, ¿cuáles escogería y por qué?
Para animales grandes de montaña, un 7.82. Dispara una bala suficientemente pesada con una trayectoria muy tensa. (En España tirar a largas distancias de verdad es infrecuente, pero cuando sales al mundo, hay veces que no te queda más remedio. Me gusta tirar lo más cerca posible, pero debes estar preparado para hacer un disparo, de larga distancia, con la precisión necesaria para que el animal no sufra.)
En la selva, un .500/.465, dado que se dispara sobre piezas de gran tamaño a muy corta distancia. Es un calibre con bastante parada y los rifles express son una preciosidad.
Para España, un .270, que es un calibre muy manejable y con suficiente “muerte” como para abatir animales grandes o medianos de forma bastante quirúrgica.
De las especies a las que ha podido dar caza, ¿cuál le ha arrancado más sensaciones? ¿Ha habido alguna cuya caza no le haya despertado sentimiento alguno?
Como especie, sin hablar de un lance concreto, la que me evoca sensaciones más intensas es la cabra montés: probablemente no sea la más espectacular ni la que habita los riscos más altos, pero son el recuerdo de mi infancia y viven en la montaña más bonita, para mí, del mundo: Gredos.
Respecto si alguna caza no me ha despertado sentimiento alguno, me ha sucedido pocas veces y, en ese caso, no he disparado. (Por ejemplo: en África, existen especies de antílopes que no me atraen nada, como los alcéfalos y, por tanto, salvo que fuera necesario, no he matado). No creo que se deba matar un animal solo por el placer de verle morir. Al menos a mí, la muerte de la presa, me disgusta: es una lástima que no se pueda, como en la pesca, cazar un animal sin matarlo.
¿Cree que el concepto de la conservación está ampliamente asumido entre los cazadores españoles o queda camino por recorrer?
Yo diría que, en todo el mundo civilizado, el concepto de conservación es uno de los pilares fundamentes sobre los que gira la caza. Todo cazador, no así un matarife, es perfectamente consciente de que hay que cuidar con esmero la naturaleza, quitándole solo lo que se debe y devolviéndole parte de lo que te entrega. Otra cosa es que no se sea capaz de comunicar al mundo, de forma convincente, que nadie ama más los animales y su entorno que el cazador y que, la caza, también es parte de la naturaleza; eso sí, la caza bien entendida.
¿Cómo cree que evoluciona la caza en España y hacia dónde camina? Y en otros países, ¿cómo ha vivido su evolución?
Desgraciadamente, la caza en España y en muchos otros países camina hacia el abismo. Es muy difícil explicar que se trata de una actividad humana, tan natural como hacer deporte o leer, si no más, porque sus enemigos han vendido una imagen distorsionada de la caza que el mundo ha comprado. Se lleva décadas educando a nuestros hijos en esta mentira, equiparando en derechos a las personas y los animales, humanizando a las presas, presentando una visión idílica de la naturaleza que no se corresponde con la realidad… y la sociedad ha trastocado sustancialmente sus valores.
¿Cambiaría la cumbre de una montaña por…?
Que mi familia fuera feliz.
Prefiere la caza en soledad, pero si le invitan a una montería, ¿qué diría?
Si me invita un amigo a una montería en la que todos seamos amigos, voy encantado, pero no considero que vaya de caza. Cazan los perros y rehaleros, yo solo disparo. Si me invitan pero no estoy rodeado de gente amiga, no voy aunque sea una magnífica montería.
En las montañas que ha pisado, ¿han sido muchas las peñas sobre las que se ha sentado para mirar al infinito? En la caza que practica, ¿mira el reloj?
Siempre que subo a una montaña, cuando llego a un lugar desde el que sea vea el infinito, me siento y miro el paisaje… probablemente incluso me encienda un puro y descanse un buen rato, disfrutando del lugar donde estoy. El mundo se ve de forma distinta desde la altura y cuanto más alta sea la montaña, más intensa es la sensación que tienes al mirar el valle…
¿Hasta qué punto da importancia al escenario en sus cacerías?
Tiene una importancia absoluta. El escenario no tiene por qué ser bello pero sí natural.
El cazador internacional busca nuevos retos, nuevos escenarios de caza, nuevas especies… ¿Busca los mejores trofeos?
Busco el mejor trofeo que sea capaz de obtener con mis propias fuerzas, sin prevalerme de medios artificiales que desnaturalicen la cacería. Obviamente, cuanto mayor sea el trofeo, más edad tendrá el animal; será más experimentado y el lance más satisfactorio. Pero no podemos olvidar que, en estas cacerías, el tiempo que dedicamos al rececho es limitado y, por lo tanto, no es posible que siempre obtengamos un trofeo grande. Puede que la naturaleza no me premie con un gran trofeo, pero lo que no hago es matar un animal que no haya cumplido la edad mínima. Prefiero volver a casa sin la cornamenta que hacerlo con un animal joven en el zurrón.
Además del componente económico, ¿qué otros factores destacaría como argumentos de la caza?
Favorece la cultura del esfuerzo, lo que perfecciona al ser humando; la caza bien entendida implica esfuerzo y sacrificio en la persecución de la presa, debiendo estar el cazador presto y dispuesto a disfrutar en las condiciones más adversas, lo que sin duda le servirá en la vida.
Favorece la generosidad y el saber renunciar a algo en aras de un bien mayor. Cuando sales a cazar, debes saber que solo puedes tomar lo que beneficia al campo y, por tanto, si no ves una presa con la edad o condiciones adecuadas, debes renunciar a su captura y, aún así, disfrutar del monte.
Permite a la persona cumplir con su naturaleza, pues la caza forma parte de nuestra esencia e instinto, como seres individuales, así como de la historia de nuestra especie.
Consigue que, embridando nuestros instintos y sometiendo la venatoria a unas normas y a una ética, elevemos moralmente su práctica y la dotemos de un carácter marcadamente humano, que la diferencian de otras matanzas que hay en la naturaleza, y contribuye a realizarnos cómo personas.
Mejora y cuida de la naturaleza, evitando posibles epidemias y liberando al animal de una muerte espantosa (Cuando un animal se muere de viejo en el campo, su muerte es larga y dolorosa ya sea porque se muere de hambre al perder la dentadura o porque lo mata un predador que, desde luego, no se preocupa por darle una muerte rápida.) Yo creo que con la acción cinegética el animal encuentra la “eutanasia”, la buena muerte, en el sentido homérico del término, esto es, la muerte en combate, con honor, lo que da sentido a su vida y dignifica su muerte.
¿Ha sentido miedo cazando?
Alguna vez.
¿Le gusta la carne de caza? ¿Alguna en especial?
Me encanta. De la mayor, el corzo. De la menor, la cerceta.
¿Cuáles son los valores naturales y humanos que considera más destacados en la caza?
El esfuerzo y la generosidad.
Si tuviera que elegir una montaña y una especie para una última cacería, ¿cuáles serían?
Otro macho montés en la cara sur de Gredos. A ser posible, en casa.
¿Tiene algo que decir acerca de los movimientos animalistas o anticaza?
Que no tienen la misma visión de la vida y la naturaleza que tengo yo. Para mí, el hombre está muy por encima de los animales y me resulta una aberración ponerlos a un mismo nivel. Que desconocen cómo es de verdad la naturaleza, incluida la del ser humano y que, probablemente, desde esas posiciones están defendiendo una ideología política y una visión materialista de la vida que poco tienen que ver conmigo.
A los que piensan que la caza internacional es solo cuestión de dinero, ¿qué les diría?
Que no es verdad.
¿Cómo definiría el presente de la caza y qué futuro prevé?
El presente es preocupante y el futuro está en nuestras manos intentar cambiarlo.
Si tuviera que destacar una frase o reflexión sobre la caza, ¿cuál sería?
Que mediante la caza bien entendida el hombre sirve a la naturaleza, y se realiza como persona.
Apunte final… para los lectores de CAZAWORLD.
Que no se avergüencen de ser cazadores y disfruten al máximo del privilegio que supone integrarse en la naturaleza cuando se está de caza.