Hallada un águila muerta bajo una torreta eléctrica en Zamora

Miembros de la Asociación Montañera de Tera descubrieron un águila muerta sobre la base de una torreta metálica de electricidad mientras caminaban por la Vega de Tera (Zamora). En noviembre, el Seprona recibió una alerta por la muerte de un buitre, un águila ratonera y un azor en la misma provincia. La muerte por electrocución y por colisión es una realidad denunciada por conservacionistas y, desde hace años, es una de las preocupaciones de los departamentos de Medio Ambiente de la Administración y de las propias compañías eléctricas.

El águila hallada muerta en la base de la torreta eléctrica.

Águila muerta en Vega de Tera / I. Gómez

Las torretas y los tendidos eléctricos siguen cobrando su tributo de vidas en la avifauna y, en este caso, la prueba está en el tendido eléctrico que discurre por el valle de Vega de Tera, que es un escenario integrado en el Parque Natural Lago de Sanabria y Alrededores, y además Reserva de la Biosfera.

El cuerpo del ave rapaz, yacente en la base de una torreta metálica de electricidad, fue hallado por personal de la Asociación Montañera de Sanabria que recorría el pasado sábado la zona para rendir en la desastrada presa de Vega de Tera un homenaje a las víctimas de la tragedia de Ribadelago, ocurrida hace ayer cincuenta y ocho años atrás.

No dejaba de resultar chocante que la torreta en cuestión esté emplazada en las proximidades del lago que mantiene el pequeño muro de la presa.

La muerte de aves, especialmente rapaces, en los tendidos eléctricos es una realidad en diferentes puntos de la provincia de Zamora, con un importante número de torretas y de kilómetros de tendidos en su territorio. El pasado mes de noviembre agentes del Servicio de Protección de la Naturaleza (Seprona) fueron advertidos de la aparición de diversas aves muertas en la base de un poste de alta tensión enclavado en la finca Palomares, en el término de La Hiniesta. En este caso perdieron la vida un buitre, un águila ratonera y un azor según apuntó entonces la persona que tropezó con el desastre.

Las aves encuentran la muerte con las infraestructuras eléctricas en casos por electrocución, en torretas que todavía carecen de correcciones medioambientales para evitar los latigazos, y en otros casos al colisionar con los cables, a veces, por falta de visión con estos viales.

Preocupación

Tanto la electrocución como la colisión es una realidad denunciada por los colectivos conservacionistas y, desde hace años, aparece como una las preocupaciones evidentes de los departamentos de Medio Ambiente de la Administración y de las propias las compañías eléctricas.

La corrección de tendidos eléctricos para minimizar los daños a la avifauna es uno de los compromisos adquirido por el conjunto de las eléctricas, con especial interés en las Zona de Especial Protección para las Aves (Zepas) y en los espacios protegidos.

Informa laopiniondezamora.es