Halcones peregrinos para controlar más de 50.000 palomas en Sevilla
Halcones peregrinos se encargarán de controlar la población de palomas cimarronas o caseras de la ciudad de Sevilla, que oscila entre los 50.000 y 60.000 ejemplares. El Ayuntamiento local liberará desde la Torre Norte de la Plaza de España cuatro halcones mediante la técnica de crianza controlada denominada ‘hacking’. El contrato tiene una duración de tres meses y un presupuesto de más de 12.000 euros. En los próximos años se quiere continuar con este tipo de actuaciones encaminadas a la «lucha biológica».
El Ayuntamiento de Sevilla soltará halcones peregrinos desde la Torre Norte de la Plaza de España, donde se ubica la Subdelegación del Gobierno, con el objetivo de controlar la población de palomas existente en la ciudad, que se estima pueda estar entre los 50.000 y 60.000 ejemplares.
Utilizando como base la experiencia de ciudades como Barcelona, Granada, Madrid o Málaga, el Consistorio ha sacado a licitación el servicio de introducción del halcón peregrino mediante la técnica de ‘hacking’ -generalmente los halcones consumen una paloma diaria-, un contrato que cuenta con una duración de tres meses y un presupuesto que ronda los 12.396 euros. Así, se utilizarán cuatro individuos procedentes de cría en cautividad y se apuesta por que provengan de poblaciones cercanas desde el punto de vista geográfico y, consecuentemente, genético.
Este contrato supondría el suministro de ejemplares y su cuidado y seguimiento inicial, teniendo en cuenta que esta primera intervención se ha fijado en la Torre Norte de la Plaza de España como lugar «idóneo» y para lo que se contará con la autorización expresa de la Sección de Patrimonio Nacional del Estado en Sevilla.
Además, en los próximos años se pretende continuar con este tipo de intervenciones municipales, ligadas a la lucha biológica, por considerarse que «tienen múltiples aspectos positivos para el objeto de la actuación y para la defensa del patrimonio natural y cultural de la ciudad».
Desde el Consistorio se recuerda, en la pliegos de este contrato, que la presencia de estos animales suponen un elemento que «viene a afectar las condiciones de salubridad pública en el momento en que son susceptibles de contraer diferentes tipos de patologías, muchas de las cuales transmisibles al ser humano (zoonosis)».
Al hilo de ello, se advierte de que las palomas son objeto de gran número de quejas vecinales por diferentes motivos, tanto por su elevada concentración en determinadas zonas, como por las molestias por sus residuos, el deterioro de la superficie de fachadas, por los ruidos, por determinadas fobias o patologías de algunas personas hacia los animales o por riesgo de transmisión de enfermedades.
«Si el número de animales es elevado y el espacio que ocupan es insuficiente, pueden presentarse procesos de mayor virulencia y poder de difusión, adquiriendo carácter epidémico», inciden desde el Ayuntamiento.
Informa larazon.es