El guarda herido por un jabalí celebra que el animal no se «cebara» con él
El guarda Mori pidió a sus compañeros un cinturón para hacerse un torniquete en la pierna mientras llegaban los servicios de emergencias del Principado.
El tajo de más de siete centímetros de profundidad que el guarda Antonio José Mori luce en su pierna izquierda da buena cuenta de la embestida que ayer sufrió por parte de un jabalí mientras trabajaba en el coto regional de Cangas de Onís.
La cuadrilla, completada por un cazador gijonés (Ángel Rodríguez), un montero (Pedro García) y su perro, llevaba desde las siete de la mañana siguiendo el rastro del animal, al que habían herido con la escopeta. Tres horas más tarde, a la altura de Cezures, una zona sin acceso rodado ubicada entre El Bosque y La Riera, el jabalí, de unos 70 kilos, se encaró a sus cazadores. «Los helechos lo tapaban, por eso cuando nos dimos cuenta de su presencia estaba a un metro y no hubo tiempo de reaccionar para rematarlo. Sentí que me cogía entre las piernas y del golpe caímos los dos al suelo rodando», contó ayer el herido a La Nueva España desde el Hospital de Arriondas, donde fue intervenido.
«Entonces le di una patada en la cabeza para que me soltara mientras los demás intentaban persuadirlo a palos. Menos mal que no se cebó mucho conmigo y siguió su marcha cuesta abajo porque generalmente son muy destrozones y éste tenía buenos cuchillos en la boca», apuntó Mori, que pasará varios días ingresado para controlar la infección.
Con sangre fría y un dolor inmenso, el guarda solicitó a los compañeros de caza un cinturón con el que se hizo un torniquete a la espera de que llegaran los servicios de emergencia. El herido, de 50 años, no podía moverse y por eso fue evacuado en helicóptero del Servicio de Emergencias del Principado de Asturias (SEPA) tras una operación de grúa en la que se desplegaron 30 metros de cable. «Al ver la tajada y tanta sangre pensé que me había tocado la femoral y que la palmaba, pero sucedió todo tan rápido que no tuve tiempo para sentir miedo», confesó Mori. «En los 23 años que llevo de guarda alguna vez me habían intentado atacar, pero siempre reaccioné a tiempo para abatirlos», explica el hombre, que agradeció a los bomberos, Guardia Civil y sanitarios implicados en el rescate la atención prestada. «Volveré a trabajar, pero con mucho respeto».
Informa Cristina Corte para lne.es